Disciplina en el aula, un concepto cambiante, pero más necesario que nunca para generar buen ambiente

Mon Mar 12 09:22:00 CET 2018

Un estudio reciente publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a partir de los datos del último informe PISA señala que la disciplina mejora los resultados más que el número de alumnos por aula. En este sentido, abunda la experta en Educación de la UAH, Ana Belén García Varela, quien advierte que el concepto tradicional de disciplina ya no es válido ‘porque la sociedad ha cambiado y también la forma en que comprendemos las relaciones sociales’ pero sigue siendo muy necesaria para favorecer el clima de convivencia y respeto dentro de la clase.

 

‘Ya no se trata de aplicar una disciplina mediante la que los estudiantes obedecen unas órdenes del maestro por miedo a un castigo, que es totalmente ineficaz; estamos hablando de crear un buen clima de aula donde todos los estudiantes se respeten entre sí y también exista un respeto hacia la figura del maestro. La clave de este respeto es hacer a los niños conscientes de su responsabilidad. Esta es la clave para construir una sociedad comprometida’, señala.
De hecho, la profesora de la UAH agrega que otros problemas actuales, como el acoso escolar, ‘están relacionados con la falta de creación de este buen clima y con cómo estamos enseñando a las nuevas generaciones a resolver sus conflictos’.
El desarrollo de la empatía es clave para crear un buen clima de aula y también es fundamental desarrollar la resiliencia de los alumnos para que aprendan a enfocar las dificultades como una forma de crecimiento y superación. Igualmente es importante potenciar su capacidad de creer en sus propias capacidades personales.
Recuerda, no obstante, que las normas no son algo específico de la escuela, ‘sino que es algo que debemos trabajar también desde el ámbito familiar’
Más allá de la disciplina, para generar este ambiente positivo en el aula se necesita disponer de contextos motivadores para el aprendizaje. ‘Independientemente del debate sobre si los niños deben o no tener deberes para realizar en casa, deberíamos plantearnos el tipo de tareas que los niños realizan y cómo aprenden ¿Se sienten motivados por lo que están aprendiendo?, ¿Le dan sentido a los conocimientos que adquieren en la escuela?, ¿Seguimos dando prioridad solo a los contenidos o realmente hemos pasado a trabajar para el desarrollo de competencias en nuestros estudiantes?’
En este sentido estima que, por fortuna, cada vez más escuelas se unen a iniciativas de innovación en las que se rompe la estructura tradicional, basada en la memorización, y se da a los niños un papel activo en su propio aprendizaje. ‘Estas metodologías favorecen que los estudiantes se impliquen con más motivación en sus propios aprendizajes, trabajen en grupo mejorando la relación con sus compañeros, desarrollen competencias fundamentales relacionadas con la comunicación verbal y escrita o la búsqueda de información, tan importantes en la sociedad actual’.