La UAH colabora con la Red Temática de Micro y Nanoplásticos en el Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades
El pasado mes de febrero, la Universidad de Alcalá acogió la primera reunión de la Red Temática de Micro y Nanoplásticos en el Medio Ambiente financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades del Gobierno de España.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió hace unos meses a la comunidad internacional que se realizara una evaluación exhaustiva de la presencia de microplásticos en el medio ambiente y de sus efectos en la salud de las personas.A su vez, instaba a reducir la contaminación por plásticos para proteger el medio ambiente y evitar que la población esté expuesta a los microplásticos. El llamamiento se hace eco de un problema internacional que va en aumento. Toda investigación sobre el tema es un paso adelante en la búsqueda de una solución que debe ser perentoria.
La Universidad de Alcalá acogió el pasado mes de febrero en la Facultad de Derecho la primera reunión de la Red Temática de Micro y Nanoplásticos en el Medio Ambiente financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades del Gobierno de España. Se trata de un hito importante para la universidad, como nos cuenta el profesor del departamento de Química Analítica, Química Física e Ingeniería Química de la UAH, Roberto Rosal García. ‘El hecho de que la Universidad de Alcalá coordine una de estas iniciativas en un campo de gran proyección mediática como es la contaminación por microplásticos, nos ofrece la posibilidad de incrementar la visibilidad de nuestras investigaciones’, afirma.
Según nos explica el experto, el plástico por sí solo no es un problema, sino su gestión cuando se convierte en un residuo. ‘No hay que demonizar los plásticos. Son materiales muy útiles y con un contenido energético relativamente bajo. Si sustituyéramos todos los envases de plástico por otros materiales, estaríamos consumiendo mucha más energía y triplicando las emisiones de gases de efecto invernadero. Lo que sucede con el uso de plásticos, como con cualquier otro material, es que lleva asociado como un problema de gestión de residuos. Es necesario tratar los residuos plásticos de manera correcta para evitar su diseminación incontrolada en el medio ambiente’. Por lo tanto, no es el uso de los plásticos, sino el destino que les damos una vez los hemos usado y ya no nos sirven. Asegura: ‘Una vez liberados al medio, los residuos plásticos sufren procesos de envejecimiento y degradación que conducen a fragmentos cada vez más pequeños. Hasta una micra (una milésima de milímetro) se consideran microplásticos. Los fragmentos menores de una micra, los nanoplásticos, pueden ser internalizados por los seres vivos, incluyendo las personas. En su proceso de degradación los plásticos liberan los aditivos que se incluyeron en su manufactura y que constituyen una variedad amplísima de compuestos tales como colorantes, plastificantes, retardantes de llama y estabilizantes, entre otros muchos’.
Las consecuencias medioambientales son impredecibles.Roberto Rosal comenta que ‘su impacto a largo plazo sobre los ecosistemas y sobre la salud de las personas es esencialmente desconocido puesto que en su mayoría se trata de contaminantes persistentes, que permanecen en los ecosistemas incluso durante cientos de años y con los que los seres vivos nunca han estado en contacto hasta que empezaron a ser producidos por la industria química’.
Sin embargo, hay efectos perjudiciales inmediatos. ‘Hay un efecto estético evidente, que por ejemplo afecta a las costas y al turismo; pero, además, están los efectos negativos sobre los ecosistemas y sobre las personas, ya que nosotros no solo estamos expuestos a los micro- y nanoplásticos, sino que nos alimentamos de seres que a su vez los han podido internalizar. No es un problema menor. Se ha estimado que, al ritmo actual, en 2050 habrá más masa de plástico que de peces en los océanos de la Tierra. La contaminación alcanza también a los suelos agrícolas, e incluso al aire que respiramos, que lleva una cantidad importante de fibras sintéticas, sobre todo en las ciudades’, asevera el especialista.
El profesor Rosal considera que hay una serie de recomendaciones fáciles de cumplir para conseguir una mejor gestión residual del plástico por parte de toda la sociedad: ‘es importante evitar que los plásticos que utilizamos se conviertan en un residuo incontrolado. Para ello hay que utilizar correctamente lo puntos limpios y los contenedores de reciclaje; pero sobre todo tenemos que ser conscientes de que son materiales potencialmente contaminantes. Lo ideal sería pensar en el momento de comprar un producto de plástico o que lleva plástico entre sus materiales, qué se va a hacer con él cuando ya no resulte útil. Es importante estar bien informados. Por ejemplo, los objetos formados por varios materiales no son reciclables. Esto incluye desde pañales o briks a cepillos de dientes que terminan en un vertedero o, en el mejor de los casos, en una incineradora’.
La ciudadanía debe concienciarse para que el problema no vaya en aumento teniendo graves consecuencias para el medio ambiente y la salud de las personas. ‘Que la gestión de residuos plásticos genere un problema, no significa que no sea manejable. Los esquemas oficiales de recuperación de la UE (más Noruega y Suiza) recogen el equivalente a la mitad de la producción. De ellos una cuarta parte (en España más) va a basureros. Las cifras son francamente mejorables y no es un volumen de residuos enorme: los plásticos solo suponen un 10 % del total de residuos generados en Europa, la mayoría de los cuales son residuos de construcción y minería.
En otras palabras, tratar residuos no es una tarea inabordable; pero hay que hacerlo de forma correcta. También es importante evitar la demagogia, por ejemplo, en lo que respecta a la incineración, que es una opción muy usada en otros países’, detalla. En definitiva, poniendo todos de nuestra parte, podemos frenar la contaminación medioambiental provocada por la mala gestión de residuos de los plásticos.
Publicado en: Reportaje