‘El movimiento terraplanista confirma la pérdida del prestigio social de la ciencia’, según el profesor Cabos de la UAH

Los terraplanistas o defensores de la idea de que la Tierra es plana, y no esférica, han saltado a la actualidad recientemente con la celebración de encuentros internacionales o incluso la iniciativa de fletar un barco para viajar hasta el borde del planeta y así demostrar su teoría.

Para William Cabos, coordinador del grupo de investigación de Física del Clima de la UAH, la explicación para que existan movimientos como éste, que niega un precepto del conocimiento científico establecido hace siglos, es que ‘la ciencia está perdiendo prestigio e influencia en la sociedad’. Las cosas han cambiado mucho desde que, en periodos históricos como la Guerra Fría, la supervivencia de un país dependía de la capacidad de los científicos para fabricar armamento sofisticado. Entonces, ‘se consideraba a los científicos, especialmente los físicos, como seres que tenían mucha autoridad, y lo que decían tenía mucho peso. Ahora todo eso se ha ido perdiendo.’

El Hombre siempre se ha aferrado a sus creencias, y algunas como las del contacto con los espíritus o los ovnis, están muy extendidas en la cultura popular. En realidad, el movimiento de los terraplanistas es una parte más de ese mismo fenómeno. En la raíz de estas creencias contrarias a la ciencia están las ideas previas que todos tenemos, ‘conceptos que aprendimos de la vida diaria, que a veces nos transmitieron nuestros padres o amigos, y que muchas veces son equivocados, pero intervienen a la hora de darnos una explicación de los fenómenos naturales. Además, estos conceptos resultan ser simples, en tanto que las ideas científicas no lo son’, comenta el profesor. Dentro de esa experiencia cotidiana, percibimos una apariencia de que la Tierra es plana, y eso pasa a formar parte de nuestras ideas previas.

William tiene además experiencia docente con alumnos del grado en Magisterio de Educación Primaria. En las aulas ha podido observar lo ‘difícil que es reemplazar esas ideas previas por ideas científicas, que muchas veces resultan contraintuitivas. Es decir, van en contra de la intuición cotidiana. Por ejemplo, nuestra intuición nos dice que si aumentamos la causa de algo, aumenta el efecto. Pero, en ciencia, no siempre las cosas son así.’ Hicieron un laboratorio en el que trataron de averiguar cuáles eran esas ideas preconcebidas que los alumnos tienen sobre un tema determinado. Pudo constatar que incluso los alumnos que ya estaban en la universidad conservaban, al menos, vestigios de ellas, pese a que algunas ya han sido totalmente reemplazadas por el conocimiento científico.

En la difusión de estas ideas desempeña un papel indiscutible las redes sociales y plataformas como Youtube, donde han proliferado los videos que presentan estas teorías. ‘Si esos planteamientos concuerdan mejor con las ideas previas de la gente, los aceptan más fácilmente que la propia ciencia’, explica William. Además, los razonamientos que se dan en ellos son contrarios al método científico. Proporcionan una explicación para un fenómeno concreto, pero si esa misma idea la tratas de aplicar a otra situación, va a dar resultados incorrectos.

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William David Cabos

Otro factor que contribuye a que haya público que acepte estas teorías anti científicas es que éstas se presentan como certezas. Sin embargo, como apunta William, ‘un científico honesto casi nunca puede decir que algo es cierto con el 100 % de seguridad. En primer lugar, porque nuestro conocimiento es limitado. En segundo lugar porque, por ejemplo en el caso del cambio climático, no podemos decir que de aquí a 20 años la temperatura vaya a aumentar exactamente en dos grados. Hablamos de posibilidades basadas en hipótesis plausibles sobre el desarrollo de la Humanidad y en nuestro conocimiento del funcionamiento del sistema climático’. Y eso no convence tanto a la gente, que prefiere afirmaciones cercanas a los dogmas de fe. En el campo de la ciencia, ‘uno puede creer lo que quiera, pero tiene que ser capaz de demostrarlo’.

El punto de vista de un científico y docente como William, es que ‘uno no debe basar su entendimiento de los fenómenos en creencias, sino en argumentos que puede que le convenzan más o menos, pero que son los racionales y están basados en nuestro conocimiento científico’, y siempre teniendo en cuenta que hay gente que se dedica a estudiar cada tema desde punto de vista racional y sistemático.

 

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