El gusano navajero que cuida de sus hijos, un nuevo descubrimiento en la Antártida

Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Alcalá, encabezados por Juan Junoy, del Museum of Natural History de Londres y de la Universidad australiana de Southern Cross descubre cómo el gusano navajero, un nemertino del género Antarctonemertes, cuida a sus crías.

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La hembra protege los huevos dentro del capullo.

El descubrimiento se ha publicado en la revista Polar Biology y ha despertado una gran expectación.

Y es que, aunque la vida de los animales invertebrados es menos popular que la de sus colegas con vértebras, también tienen historias sorprendentes que merecen ser contadas. Los nemertinos del género Antarctonemertes, un nombre que alude a su distribución en el continente austral, protegen a su puesta, lo que no deja de ser algo muy raro para un gusano.

‘La hembra pone sus huevos en un capullo elástico, pero sus cuidados no acaban aquí. Como madre cariñosa, se encierra con su puesta, dejando un agujero por donde puede atacar a los depredadores que pretenden devorar a sus crías. Este gusano posee un arma oculta en el interior de su cuerpo, una trompa provista de un estilete con el que apuñala a sus víctimas. La imagen microscópica revela un pequeño picador de hielo, con su mango, y la presencia de dos bolsas con cuchillas de repuesto’, explica Juan Junoy.

Los capullos son una tendencia evolutiva que se da únicamente en este grupo de nemertinos antárticos, proporcionando una mayor protección de la puesta en del duro ambiente de las aguas polares.

El  estudio se basa en los ejemplares recogidos en la isla Decepción, donde se sitúa la Base Española Antártica Gabriel de Castilla, y en la Tierra de Wilkes, en el otro extremo del continente, en la base australiana Casey, y desvela la identidad del gusano Antarctonemertes unilineatum, un nemertino con una línea dorsal oscura que recorre su cuerpo, lo que lo diferencia de sus parientes, que son de color marrón rojizo uniforme. ‘El análisis de marcadores moleculares ha permitido conocer las relaciones de parentesco entre las especies de Antarctonemertes de las aguas antárticas’, agrega Junoy.

 

Publicado en: Reportaje