Una exposición diseñada en la UAH destaca en el programa del ‘Año Murillo’ en Sevilla

Nadie como él reflejó los estados de ánimo en los rostros de sus personajes sagrados. Este año su ciudad natal conmemora el cuarto centenario de su nacimiento por todo lo alto y una de las referencias del programa es la exposición ‘Murillo y su estela en Sevilla’, organizada por el Ayuntamiento de Sevilla y comisariada por el profesor de la UAH, Benito Navarrete, y fruto de un proyecto de investigación fundamental orientado a la transmisión del conocimiento de la OTRI.

navarretemurilloden1La exposición se inaugurará el 5 de diciembre en el Convento de Santa Clara de Sevilla. Se trata de una visión anacrónica que pretende analizar al artista desde la actualidad. ‘Hemos tratado de hacer ver la importancia que tuvo Murillo en función de la recepción de sus imágenes por parte del público. Y lo hacemos mediante 63 obras, entre ellas 13 del artista, algunas poco conocidas en España; pero sobre todo reúne la influencia, la estela, esos elementos que hacen que su obra haya tenido una gran fortuna en el siglo XVIII, el siglo XIX e incluso en la fotografía, ya en el siglo XX. Es una experiencia novedosa y muy sensorial para el público’, señala el comisario y profesor de la UAH. 

También se incluyen en la muestra obras escultóricas del momento, entre ellas las de ‘La Roldana’ y otros artistas que se sienten persuadidos con los modelos de Murillo. ‘Estamos invitando a que los futuros visitantes miren a Murillo de otro modo, que analicen cómo fabricaba sus imágenes de forma intencionada para que tuvieran una respuesta, una influencia, la que en ese momento y en otros posteriores se pretendía’.

Y es que, según Navarrete, Murillo maneja a la perfección lo que él denomina ‘la retórica de los afectos’, es decir, ‘el artista supo reflejar en su obra los estados de ánimo como nadie, y lo hacía pensando siempre en la reacción del público’. Por eso, el experto de la UAH opina que ‘ha sido un artista muy instrumentalizado desde el principio. Sus contemporáneos, entre ellos Fernando de la Torre Farfán, son muy conscientes de ese poder de sus imágenes y él mismo sabe que su obra tiene una capacidad de llegar al público como ninguna otra y esto es así porque se anticipa a la respuesta del otro y crea obras con grandes dosis de artificio y de intencionalidad’.

El éxito llegó a Murillo de la mano de sus vírgenes y de sus niños, y apoyado por sus relaciones, no solo locales. ‘En la Sevilla del momento estuvo muy bien relacionado con la iglesia, con la nobleza, con los comerciantes…Pero también logra un gran éxito en el exterior, en el siglo XVIII, en Francia y en Alemania, donde su obra profana, los cuadros de niños, se coleccionan. Eso le granjeó una enorme fortuna crítica’, agrega Navarrete.

La estela llega, incluso, al siglo XX, durante la Dictadura franquista, que también instrumentalizó su obra, utilizándola por su capacidad de emocionar al gran público. ‘Solo hay que fijarse en la justificación que dan el ministro de Educación y el director general de Bellas Artes del momento para reclamar a Francia La Inmaculada de ‘los Venerables’, que llegó a España junto con otras obras de gran valor, como la Dama de Elche, el Tesoro de Guarrazar o parte del Archivo de Simancas, fruto del acuerdo de intercambio artístico con el régimen de Vichy. En ese momento argumentaron que estas obras eran reliquias, elementos de nuestra raza. Esta justificación, para mí, tiene tanta carga de instrumentalización como la que dio en el siglo XVII su contemporáneo, Torres Farfán, al decir que las vírgenes de Murillo estaban pintadas por los ángeles. Han pasado 4 siglos entre medias pero sus obras siguen teniendo un alto valor propagandístico…’

Pero ese valor en cuanto a la estimación de su obra se ha perdido en este momento. Tanto es así, que muchos expertos le han eliminado del altar del arte pictórico español de la época, presidido por Velázquez y Goya. En este sentido, Navarrete indica que ‘si parangonamos lo que significa Murillo y Velázquez en el siglo XVII pues tenemos que decir que hay dos maneras distintas, con sus semejanzas y sus diferencias. En este momento, Velázquez está consagrado y, en el caso de Murillo, digamos que no es precisamente el tiempo en que su obra esté siendo más apreciada…pero los gustos cambian, según los momentos…’

En esta exposición han colaborado, entre otros, el Museo del Prado y Patrimonio Nacional, el Museo Thyssen-Bornemisza, el Museo Lázaro Galdiano, el Museo de Bellas Artes de Sevilla, la Biblioteca Nacional de España, Museo del Louvre, la galería de los Uffizi, el RISD Museum de Rhode Island (EEUU), entre otros.

 

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