Un profesor de la UAH descubre al gran público los grandes ‘misterios’ del cerebro

La historia del cerebro es casi tan larga como la humanidad, aunque empieza a coger mucha fuerza con Hipócrates. Su máximo protagonismo, no obstante, lo obtuvo a finales del siglo XIX y comienzos del XX, con teorías como el Mesmerismo o la Frenología, que llegaron para marcharse. A día de hoy sigue siendo el único órgano del cuerpo humano sin descifrar por completo.

En esta entrevista habla del cerebro el profesor de la UAH Esteban García-Albea, que acaba de publicar un libro titulado ‘Su Majestad el cerebro’, formado por una serie de artículos que abarcan aspectos divulgativos relacionados con el cerebro que van desde la historia de la neurología, las enfermedades neurológicas más curiosas, las grandes escuelas de neurólogos (la escuela de Cajal, la escuela de Penfield) hasta cómo se relaciona el hambre con el cerebro, la epilepsia extática de Santa Teresa o los síntomas que afectaron a lo azogados de las minas de Almadén, provocados por el mercurio.

-Profesor, sabemos tanto como ignoramos del cerebro…
-En realidad el cerebro es un misterio. Se sabe mucho, pero todavía desconocemos mucho más. Esa pregunta tan elemental de ¿para qué sirve, qué papel juega? no está cerrada; no lo sabemos todo, como puede ocurrir con otros órganos como el corazón o los pulmones. Las funciones de la corteza están aún sin definir, no sabemos cómo se conectan unas zonas con otras…Se está avanzando mucho gracias, en parte, a la imagen funcional, pero siguen existiendo partes oscuras. Cajal decía que los hechos son recios y las teorías nos abandonan… y eso es lo que ha ido ocurriendo con teorías como el mesmerismo o la Frenología, que parecían soluciones definitivas en el siglo XIX. Ya lo decía Galileo, el cerebro, como el universo, son dos grandes temas científicos en los que se va avanzando pero sigue habiendo desafíos.

-Es una víscera rodeada de misterios…
- Tiene una dimensión mágica de poder y también de enfermedad. Ha sido la víscera mágica, en el sentido del pensamiento mágico. Ahí estaban encerrados los seres malignos y los más benignos. A veces había que operar para extraer los demonios y las arpías, en enfermedades como la jaqueca o como la epilepsia. Pero, al tiempo, se pensaba que el cerebro era el guardián de las esencias más nobles del hombre. Ha habido tribus a lo largo de la historia que han devorado los cerebros de los guerreros que morían para heredar sus virtudes; a finales del s XIX y comienzos del XX, los hospitales, los científicos, tenían ‘hambre’ de cerebros, los querían guardar todos. De hecho, en la antigua URSS, por iniciativa de Stalin, se hizo un gran panteón de los cerebros para guardar los cerebros de los grandes sabios. Se trataba de admirar el talento y el genio del ser humano. Se pensaban que estudiando el cerebro se podría localizar dónde residía el talento, las virtudes y defectos del ser humano…En este panteón está el de Lenin, el de Stalin, pero también el de Chéjov, Páulov, Serguéi Eisenstein, Stanislanski…Se almacenaron centenares y centenares de cerebros. Es el momento de máximo florecimiento del mito del cerebro, la veneración por el cerebro alcanza su máxima intensidad, se busca si el talento reside en el peso, en zonas especialmente desarrolladas del cerebro.

-Lo que parece claro es que no todos los cerebros son iguales
- Lo que es evidente es que el cerebro es complejo y la persona que es muy inteligente para unas cosas puede ser muy lela para otras. Hay personas con unas competencias y otras con otras. El cerebro, eso sí, hay que trabajarlo con voluntad, es una víscera que se desarrolla y evoluciona. La gente tiene facultades innatas de nacimiento, pero hay que desarrollarlas.

-La pregunta que queda en el aire es si la inteligencia artificial podrá sustituir las capacidades del cerebro humano
-Creo que se podrá parecer mucho, como una prótesis de un brazo se puede parecer a un brazo, pero la complejidad del funcionamiento del cerebro, de la mente humana, es muy difícil de conseguir. No sé si los robots acabarán sintiendo amor o se podrán enamorar entre ellos…

Esteban García-Albea
Esteban García-Albea


-Lo emocional se lo achacamos al corazón y lo racional al cerebro cuando los sentimientos también tienen su origen en el cerebro…
-Eso es culpa de Aristóteles, filósofo y naturalista coetáneo de Hipócrates. Se empeñó en localizar la sede de las emociones en el corazón. Esa teoría cardiocéntrica chocaba con la cerebrocéntrica de Hipócrates. Él se sustentaba en evidencias: el corazón late más deprisa si sientes una emoción, notas una presión en el pecho cuando sientes pena…Toda esa teoría tuvo, a través del pensamiento mágico, una gran trascendencia. Pero lo que se sabe hoy es que hay un cerebro emocional del que surgen los buenos y los malos sentimientos.

 

 

 

 

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