Un estudiante de la UAH, 3º premio del Colegio de Economistas de Madrid al mejor TFG

Su nombre es Francisco Javier Carrillo Guajardo-Fajardo, es arquitecto y ahora también graduado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) por la UAH y ha obtenido el 3º premio al mejor Trabajo Fin de Grado del Colegio de Economistas de Madrid, con el TFG titulado ‘El nuevo rol de las ciudades. La Smart City: el verdadero reto del siglo XXI. Desarrollo y Planificación Estratégica de la Ciudad Inteligente’.

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Fco. Javier Carrillo.

Francisco Javier Carrillo es arquitecto urbanista. En los últimos años ha afrontado la situación profesional del sector como un reto personal para cumplir uno de sus sueños y completar su formación: estudiar ADE y lo ha hecho con excelentes resultados, a lo que hay que sumar que su TFG, dirigido por los profesores Fernando Crecente y Antonio Saravia, ha sido seleccionado entre los mejores del curso 2016-2017 por el Colegio de Economistas de Madrid entre todas las universidades públicas y privadas en las que tiene ámbito geográfico de actuación (Madrid, Ávila, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Salamanca, Segovia, Soria y Toledo).

En esta entrevista explica en qué consiste su TFG y cuáles son las perspectivas que se abren para los arquitectos urbanistas y expertos en diversas materias como la economía en este mundo de profundas transformaciones tecnológicas.

-Háblenos de su Trabajo de Fin de Grado
-Se trata de una investigación muy extensa y concienzuda, que tiene como objeto definir qué elementos constituyen una ciudad inteligente y cómo han de gestionarse y coordinarse para que este tipo de proyectos tengan éxito. Llevo muchos años trabajando en documentos de planeamiento urbano y territorial, y veo que es necesario introducir nuevas herramientas capaces de planificar y coordinar de forma conjunta todas las áreas y ámbitos que forman parte de la ciudad. La oportunidad que representa hoy día la “Smart City” ha de ser el catalizador que permita integrar de forma natural todos estos campos y en la que hay que saber aprovechar las ventajas que las nuevas herramientas tecnológicas nos proporcionan.
Mi TFG es un “libro blanco” en lo que refiere a investigación y análisis de la situación actual de la “Smart City” a nivel internacional y nacional, pero además incluye una parte propositiva que trata de poner de relieve todas estas ideas, que trata de ordenar en un documento base cómo debe articularse la estrategia y qué es necesario para ello. Desarrollar un Plan Estratégico que integre todas las ramas de conocimiento, como lo es la economía, que como ha ocurrido en el caso del medioambiente en las últimas décadas, ha de ser incorporada a la planificación de la ciudad como uno de sus inputs fundamentales

-¿Cuál debe ser el reto en este ámbito?
-El reto es incluir todas las áreas que forman parte de la ciudad en una estrategia común, con unos objetivos a medio y largo plazo, un Plan Estratégico con una visión global y un modelo de ciudad. Las ciudades se han convertido en entidades muy complejas, suponen grandes focos de población, con una población tendente al envejecimiento que va a necesitar más y diferentes servicios en un futuro,  y también son importantes focos de actividad económica y empleo, en lo que tampoco hay que olvidar el territorio y la escala rural. Además, nos encontramos con las estructuras y las herramientas de gestión y administración a todos los niveles en cierta manera obsoletas, que va a ser necesario actualizar y dotar de mayor flexibilidad y agilidad para asumir los cambios. La ciudad hoy día es lo suficientemente compleja que hay muchas cosas que el urbanismo por sí mismo no puede resolver. Por ejemplo, en España casi la mitad de los municipios cuenta con un planeamiento vigente aprobado hace más de 20 años y en la Comunidad de Madrid, en lo que llevamos de década, solo se han aprobado 7 planes generales. Tenemos, como urbanistas, el reto de dar un paso más allá y convertir los planes urbanísticos en verdaderos planes estratégicos en los que el urbanismo esté integrado con otros ámbitos de la ciudad de forma transversal.

-En España ya hay modelos de ciudades inteligentes que apuestan por esta estrategia global
-Sí. Es el caso de Santander, que es un referente a nivel internacional, o por ejemplo Málaga. Pero de forma general lo que he puesto en relevancia con mi trabajo es la tendencia actual de cómo muchas ciudades se suben a la ‘moda’ de la ‘Smart City’ a través de la adopción o puesta en marcha de pequeños proyectos o iniciativas que incluyen algún proceso o simplemente una app tecnológica para incorporar el sello “Smart” a sus denominaciones. Esto sólo no es suficiente, en el fondo tiene que haber algo más, una voluntad y un esfuerzo conjunto por acometer y gestionar este proceso de cambio de forma real y más ambiciosa. Instalar solamente unas farolas solares no hace a una ciudad una ‘Smart City’. Ciudades como Santander han sabido aprovechar la oportunidad, contar con una visión estratégica global les ha permitido atraer más inversión, proyectos europeos, desarrollo e implantación de nuevas tecnologías, atracción de nuevo talento e investigadores, etc. generando un ecosistema de conocimiento, emprendimiento y financiación capaz de implementar proyectos e iniciativas, revirtiendo ya en mejoras para la ciudad y sus ciudadanos, buenas prácticas que se están exportando.

-Estamos hablando también de una oportunidad económica para las ciudades, claro
-El volumen de mercado que se espera que generen las medidas de ciudades inteligentes es enorme de cara ya a 2020. Cada vez hay más financiación e inversión (pública y privada) y hay ciudades que han realizado una apuesta firme por ello. También es un momento crucial ya que las ciudades que a nivel internacional y nacional están acometiendo estas propuestas con esta visión global están logrando un mayor nivel de implementación y obteniendo mejores resultados, generando a su vez una ventaja competitiva frente a otras, siendo capaces de atraer más inversión y financiación, lo que redunda en mayores beneficios para las ciudades y sus ciudadanos, convirtiéndose en referencias a seguir. La barrera actual es que para articular este tipo de medidas hacen falta recursos materiales y fundamentalmente económicos. Aquí, las ciudades también han de saber aprovechar las oportunidades existentes en los ‘nichos’ de financiación y ayudas creados ex profeso y que en muchos casos por desconocimiento o por falta de recursos humanos y materiales hacia la presentación de propuestas no se están aprovechando. En este sentido, los profesionales en la materia, podemos aportar nuestros conocimientos y nuestra visión, tanto para diseñar estas estrategias, como para que las ciudades puedan optar en paralelo a estos recursos y disponer de ayudas e inversión como apoyo para su implementación.

-Alcalá o Guadalajara son ciudades medias con posibilidades de aplicar medidas para convertirse en ‘Smart Cities’ de referencia
-Alcalá de Henares es una ciudad ideal para aplicar un proyecto integral de ciudad inteligente, que además está ligada a la Universidad de Alcalá y en la que también confluyen otros sectores económicos, una fuerte presencia empresarial, un amplio potencial turístico, etc.  y que además, puede extenderse a Guadalajara como otra de las ciudades referentes en el Corredor del Henares. Cuentan ambas, por tanto, con elementos fundamentales de partida. Para afrontar esta transformación de la ciudad hace falta talento, innovación y emprendimiento y aquí la Universidad de Alcalá puede jugar un papel muy importante en todo ello.

 

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