Sergio Ramírez, Premio Cervantes 2017: ‘Me siento en estado de gracia’

Es el primer nicaragüense y centroamericano galardonado con el Premio Cervantes, lo que como no podía ser de otro modo, es un premio ya en sí mismo. Sergio Ramírez recibe en el Paraninfo de la UAH el Premio Cervantes 2017 de manos de SS.MM. el Rey, Felipe VI, en una ceremonia que tendrá lugar el lunes, día 23, a las 12.00 horas.

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Sergio Ramírez.

Su alma se curtió en el romanticismo revolucionario de los 70 y enraizó tan profundo que ni las decepciones políticas (fue líder sandinista y vicepresidente del gobierno revolucionario de Daniel Ortega entre 1985 y 1990; Daniel Ortega ahora ni le ha felicitado) han logrado acabar con sus ideales de justicia e igualdad. Político, periodista y escritor, el autor de ‘Adiós muchachos’ y ‘Margarita, está linda la mar’, entre otros títulos, habla en esta entrevista del momento único que está por vivir.


-Está a punto de recibir el Premio Cervantes… ¿qué llena su cabeza y su corazón en este momento?
-Me siento en estado de gracia. El estado de gracia se parece mucho a la epifanía, que es el encuentro con lo sobrenatural, con lo sorpresivo, con lo mágico. El día de la ceremonia, al igual que cuando se produjo el anuncio, significan días mágicos para mí. Siento con este reconocimiento que no me equivoqué cuando a los 14 años publiqué mi primer cuento.

-Vamos a recibirle en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá y es un orgullo inmenso, ¿conoce usted nuestra universidad?
-En distintas ocasiones he podido estar en la Universidad de Alcalá. La primera vez hace 30 años, en abril de 1988, para la entrega del Premio Cervantes al escritor mexicano Carlos Fuentes. Luego por invitación del Rector, hace unos 10 años, para una serie de charlas en la universidad. Me siento honrado ahora regresar con ocasión de este reconocimiento.

-Ser el primer nicaragüense que recibe el Premio debe ser un gran honor…
-Es la primera vez que el Premio Cervantes es entregado a un nicaragüense y a un centroamericano. Esto significa un honor muy grande que Nicaragua recibe a través mío. La riqueza literaria de Centroamérica tiene sus bases y poco a poco las luces del mundo se colocan sobre las mentes de Centroamérica. Al mismo tiempo, me llena de mucha responsabilidad y me obliga a escribir mejor.

-¿Cómo hace usted para convertir la realidad en una obra de arte (eso es lo que ha destacado el jurado y estamos completamente de acuerdo con sus miembros)?
-Mi búsqueda es convertir la realidad en estética, en belleza; ese es el empeño que uno tiene que poner en la escritura y para eso se sirve de las palabras. El milagro es que son unas pocas palabras las que combinadas pueden hacer esa traducción de las ideas, de la imaginación, a la página escrita. Yo lo considero una verdadera epifanía.

-Usted también es un experto político e ideólogo, ¿la política tiene algo de poesía, o en estos albores del siglo XXI la ha perdido por completo?
-Tenemos una historia llena de conflictos y traiciones. En estos días muchos escritores retoman los conflictos contemporáneos, lo que no quiere decir que no exista una excelente literatura que no estará relacionada con ninguna clase de conflicto. En mi caso, mi literatura es una crónica general de mi país y en general de América Latina.

-América Latina vive un momento de cambios políticos, de encrucijadas. Contemplar la región como una unidad es imposible, pero ¿qué futuro le augura usted?
-América Latina continúa padeciendo estructuras económicas y sociales sumamente obsoletas, lamentablemente todo lo que creció en los últimos veinte años no ha sido distribuido en forma justa. Y el equilibrio está en producir riqueza y saber distribuirla con justicia. Tengo una preocupación por el destino del país que me rodea y de América Latina.  Siempre estoy pendiente porque me preocupa mucho lo que ocurre con sus democracias, me interesa la suerte, el futuro, la igualdad social, la discriminación y la injusticia... Considero ahora que la democracia funciona y cada vez logrará ser mejor.

-Háblenos del proyecto ‘Centroamérica Cuenta’, una de sus grandes iniciativas
-A través del Festival literario Centroamérica Cuenta queremos poner esta región en los mapas culturales. Deseamos contar, es decir, ser tomados en cuenta; pero también narrar nuestra experiencia y nuestra historia. Mi intención al haber pensado en un festival como este, es establecer una vía doble de comunicación; por un lado hacia adentro de Centroamérica y por el otro hacia afuera. Para ello no solo hay que crear escritores, sino también lectores. Cada última semana de mayo, Managua se convierte en la capital de la literatura y desde su creación se ha convocado a más de 500 participantes. En esta sexta edición del festival, que va del 21 al 25 de mayo, tendremos a más de 130 participantes de América Latina, España, Estados Unidos, Francia y Alemania. Durante esta semana se realizarán más de 70 actividades: conversatorios, ciclo de cine, talleres formativos, charlas, presentaciones de libros, exposiciones y visitas a colegios y universidades.

-Adelántenos en qué está trabajando, ¿ensayo, novela, cuento…?
-En estos momentos mi rutina ha cambiado completamente. Este Premio ha sido un verdadero terremoto, que causa felicidad, pero desde que se anunció en noviembre he tenido que abandonar lo que he estado acostumbrado. Una vez que pueda retomar mi rutina tengo que decidir qué es lo que voy a hacer, pero obviamente mi decisión es seguir escribiendo.

-¿Qué les diría a esos jóvenes que sueñan con hacer de su mensaje literatura?
-De Carlos Fuentes aprendí a estar promoviendo a los más jóvenes, a no quitarles el ojo. Esto de la literatura es un encadenamiento, una sucesión de generaciones. Creo que los jóvenes que desean escribir deben tener disciplina, rigurosidad y curiosidad. Actualmente tenemos una espléndida nueva literatura en Centroamérica.

 

Publicado en: Entrevista