¿Se está criminalizando la ayuda humanitaria? La directora de Cooperación para el Desarrollo de la UAH responde

Hace pocas semanas, tres bomberos españoles de la organización Proem-Aid fueron absueltos en Grecia. Se les juzgaba por unos hechos acontecidos el 14 de enero de 2016, cuando guardacostas griegos les detuvieron, junto a los tripulantes daneses de la embarcación de la ONG Team Humanity por tráfico de personas. La directora de Cooperación para el Desarrollo de la UAH, Consuelo Giménez, analiza esta situación.

La celebración del juicio y la absolución vuelven a poner encima de la mesa una situación que, no por conocida, resulta extraordinariamente compleja. Como señala Consuelo Giménez, responsable también del Máster Universitario en Acción Humanitaria Sanitaria, ‘nos encontramos ante una crisis humanitaria sin precedentes, tanto a nivel mundial como a nivel europeo, con cuestiones de máxima actualidad: la guerra terrible de siete años de duración en Siria y otros conflictos bélicos no tan mediáticos como el de Yemen, Afganistán, Somalia, RD Congo…, la crisis de los Rohingya y el tema de refugiados en el mediterráneo...’. En este contexto, parece que  las normas y tratados internacionales que han guiado el camino desde la II Guerra Mundial no parecen funcionar, pese a estar más vigentes que nunca, ‘porque sencillamente no se cumplen’.consueloeboladen

En esta entrevista, Consuelo Giménez evalúa la situación actual y aporta algunas claves para entenderla.

-Profesora, ¿qué está ocurriendo con el sistema de valores para que se juzgue por tráfico de personas a voluntarios que están ejerciendo labores de ayuda humanitaria? En este caso, ha tenido una gran trascendencia en los medios, pero ¿sucede más comúnmente de lo que creemos?

-La trascendencia en los medios tiene que ver también con una situación de hartazgo de la sociedad civil, que se ve ante una situación injusta en la que no entiende cómo los países de la Unión Europea no son capaces de estar a la altura de lo que se les pide, pese a tener capacidad y solvencia para reaccionar de otra manera. Pero es cierto que la reacción entre los países no es unánime, no hay consenso en cómo llevar a buen puerto esta situación; la sensación es que no se está tratando de manera adecuada y en este caso, parte de esa sociedad civil, se organiza, se agrupa y trata de actuar realizando la función que, no olvidemos nunca, compete a los gobiernos. A partir de aquí, lo más importante es esa llamada de atención ante una realidad que necesita atención urgente. La sensación es que se está criminalizando a las personas migrantes, pero también a las personas que llevan a cabo acciones de ayuda humanitaria. Es lo que ha ocurrido con la activista Helena Maleno. En este caso la sensación es que no solamente se criminaliza la ayuda, sino que el proceso va más allá, al considerar la imputación un castigo ejemplarizante dirigido a personas que llevan tiempo denunciando violaciones de los derechos humanos. De nuevo entramos en el contexto político y en la compleja relación entre países, llena de intereses.

-Que en pleno siglo XXI una acción humanitaria se contemple como un delito punible nos debe hacer reflexionar ¿no?

-Nos debe hacer reflexionar todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Este tema ha puesto de nuevo el punto en el contexto de partida de la situación: presencia de traficantes más crueles que nunca ejerciendo violencia y maltrato, adultos y niños hacinados en embarcaciones precarias, menores solos sin familias, mujeres embarazadas con historias de violaciones… y lo que nos debe hacer reflexionar también es porqué, como sociedad, consentimos esto.
Nos debe preocupar también que las organizaciones de acción humanitaria actúen siguiendo los principios de acción humanitaria (humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia y universalidad) y que cumplan con la calidad y que las normas éticas guíen sus actuaciones. Nos debe hacer reflexionar el tipo de sociedad que estamos construyendo, el que queremos tener en el futuro y dejar a nuestros hijos. La actual sociedad no parece cumplir las expectativas; de momento no parece tener mucho sentido sobrevivir a costa del deterioro de otros.

-¿Cree que este tipo de sucesos puede frenar a los cooperantes y voluntarios?
-Creo que también hay que diferenciar muy bien entre lo que es un voluntario, un cooperante, un actor de la acción humanitaria….hay mucha confusión entre los términos. Parece que hablamos de lo mismo y no es así. Dicho esto la experiencia me dice que las personas que se implican en estos asuntos tienen unos valores diferentes,  otra visión de lo que quieren de la sociedad en la que viven y quieren vivir. Y los tienen tan arraigados en la manera de sentirlos y creer en ellos que forman parte de sus vidas a todos los niveles, por eso no se va a poner freno, en absoluto, a que personas anónimas se desplacen para ayudar en lo que se pueda.

-¿Deberían estar mejor formados estos actores para evitar que se produzcan este tipo de situaciones
-La formación es básica a todos los niveles, en este caso de la misma manera. Ante una situación de catástrofe humanitaria, sea cual sea la causa, es preciso tener la formación necesaria que te va a permitir abarcarla con los mimbres necesarios. Efectivamente una cosa es estar bien formado y otra muy diferente afrontar la situación real. Pero, sin duda, tiene más posibilidades de enfrentarse a ella una persona formada que la que no lo está pesar del horror que supone enfrentarse a algo así. En este caso soy partidaria de dejar de lado las acciones ‘buenistas’ por muy buen fondo y carácter que tengan y abogo por una formación y profesionalización de la acción humanitaria. Es absolutamente necesario. Muchas veces las buenas intenciones por sí solas hacen que la acción falle o que se consiga el efecto opuesto a lo que se pretende. Hay que ser muy cuidadoso y en este mundo hay ya una larga experiencia sobre lecciones aprendidas, si bien cada escenario es completamente diferente.

 -La UAH dispone de un máster en acción humanitaria sanitaria, ¿se plantea este tipo de formación en el máster?
-Tengo la enorme suerte de trabajar en una universidad comprometida socialmente y con capacidad de mirar alrededor para no ser impasible ante la realidad que le toca vivir. Es cierto que la universidad no cambia a la velocidad que lo hace la sociedad y a la que nos gustaría de manera individual, es imposible hacerlo, pero en este caso creo que ha sido pionera. Ofertamos este posgrado oficial desde la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud junto a Médicos del Mundo (MdM). Pero también colaboran con nosotros otras entidades que hacen un trabajo estupendo en la formación de nuestros estudiantes: Amref Salud África, Premio Princesa de Asturias 2018 de Cooperación Internacional; Medicus Mundi, Medicos sin Fronteras, Farmamundi, Cruz Roja y Oxfam. La UAH oferta este Máster en Acción Humanitaria Sanitaria al que llamamos con mucho cariño MUAHS, por el significado onomatopéyico y porque está la UAH también representada en el juego de letras. Aquí se trabaja todo lo necesario en este campo: el marco legal que va a guiar la acción humanitaria, las características antropológicas de las poblaciones que van a recibir la ayuda, cómo funcionan las ONG a nivel interno y cómo se organizan en terreno; se trabajan situaciones de catástrofes y epidemias, DDHH, programas específicos de salud, diseño de proyectos, seguridad, logística, comunicaciones, programas de rehabilitación postemergencia…además de realizar, para poner en práctica lo aprendido, una salida a terreno y el desarrollo del TFM. Este año nuestros estudiantes se marchan a realizar prácticas muy concretas a los campamentos de Tindouf (Argelia) y a Angola, vinculadas a los proyectos de MdM. Estamos muy contentos con el trabajo del grupo que tenemos, un grupo heterogéneo (enfermeros, médicos, fisioterapeutas, biólogos sanitarios…) responsable y comprometido. Pensamos que salen con una formación excelente que complementa totalmente la que traen de base.

 

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