Pilar Chías: ‘La arquitectura debe participar en la mejora de las condiciones de vida de nuestros conciudadanos’

Hablamos con Pilar Chías Navarro, ex directora y catedrática de la Escuela de Arquitectura de la UAH, especializada, entre otras materias, en los Reales Sitios del organismo público de Patrimonio Nacional.

chias den1
Pilar Chías Navarro, durante la laudatio como madrina, en el acto de nombramiento como doctor honoris causa del profesor Mario Docci

Nos habla de su dirección de la Escuela de Arquitectura, su amplia experiencia como docente e investigadora o la situación actual de la arquitectura española. 

-¿Qué balance hace de su gestión como directora de nuestra Escuela de Arquitectura?

El balance es muy positivo. Me siento muy orgullosa por el trabajo conjunto que hemos desarrollado desde que éramos Escuela de Arquitectura y Geodesia hasta la más reciente fusión de centros que vinculó Arquitectura Superior y Arquitectura Técnica.

Tras estos años de gestión la Escuela se ha situado entre las primeras de España, logrando el reconocimiento nacional e internacional por la calidad de su docencia a todos los niveles (Grado, Máster y Doctorado), y por las investigaciones que desarrollamos en los distintos ámbitos que abarca la arquitectura, que están resultando altamente competitivas y punteras.

La altísima empleabilidad es otra de nuestras fortalezas. Según el Ministerio de Educación somos la segunda Escuela de España en empleabilidad, solo por detrás de la Escuela del Vallés en Barcelona, lo que es un buen indicador de la calidad de la formación que impartimos y la profesionalidad con la que lo hacemos.

Los numerosos premios internacionales de arquitectura que han sido otorgados a nuestros alumnos, egresados y profesores son otro indicio claro de la excelencia y el singular aprecio de la actividad de la Escuela.

-¿Qué proyectos ha impulsado durante su dirección? 

Los proyectos han sido muchos, y para llevarlos a cabo he contado en todo momento con el apoyo de los distintos equipos rectorales, con la colaboración de los sucesivos equipos que me han acompañado en la Dirección y con las Delegaciones de alumnos. En definitiva, he podido contar con toda la comunidad que conforma nuestra Escuela: con los alumnos, los profesores y el personal de administración y servicios.

Todos juntos hemos dado un gran impulso a la internacionalización, a la movilidad de alumnos y profesores y a la docencia en inglés, que han contribuido a que la Escuela de Alcalá sea conocida y valorada internacionalmente y a que tengamos una presencia activa en numerosos foros internacionales.

Por otra parte, la redacción e implantación de varios planes de estudios de Grado y de Máster también han marcado este periodo. Hemos extinguido los planes pre-Bolonia de Arquitectura y Arquitectura Técnica, para implantar sucesivamente los Grados en Arquitectura (habilitante y ya extinto), en Fundamentos de Arquitectura y Urbanismo, y en Ciencia y Tecnología de la Edificación, así como el Máster habilitante en Arquitectura que da acceso al ejercicio profesional en toda Europa.

Todos ellos han sido renovados recientemente por la Fundación madri+d, que nos ha transmitido su felicitación por la implicación y el buen hacer de los miembros de la Escuela.

-¿Qué huella ha querido imprimir en su gestión?

Han sido años difíciles, no solo por la labor de implantación y extinción de los planes de estudios, sino porque han coincidido con un periodo de austeridad económica que hemos sabido gestionar sin que la calidad se viera perjudicada. Obviamente, esto ha sido posible gracias a la colaboración de todos.

No se puede olvidar que los estudios de Arquitectura en la Universidad de Alcalá apenas cuentan con veinte años de existencia, y que la crisis y las medidas adoptadas por los Gobiernos de España para frenarla llegaron cuando la Escuela empezaba su andadura independiente, lo que afectó especialmente a la consolidación de la plantilla de profesores y PAS. Sin embargo, en colaboración con los distintos Departamentos que imparten docencia en la Escuela hemos apostado siempre por incrementarla y apoyado todas las medidas del Rectorado destinadas a su consolidación. Y aunque este aspecto sigue siendo una de nuestras debilidades, hemos contribuido a crear la conciencia de esta necesidad irrenunciable.

También hemos apostado por la creación y la consolidación de los grupos de investigación, apoyando que los profesores más jóvenes lideren sus propios grupos, captando nuevos miembros a través de los becarios FPI y FPU, y en definitiva ‘creando Escuela’ a través de la continuación de la labor de los investigadores senior. 

Mi intención en todas las responsabilidades de servicio público que he desarrollado (y sigo desarrollando) a lo largo de mi trayectoria ha estado guiada por mi firme propósito de que las cosas estuvieran mejor tras mi paso por ellas. Conseguirlo no depende únicamente del empeño propio sino de la colaboración de quienes colaboran contigo, una realidad en nuestra Escuela.

chias den2
Con motivo del nombramiento como doctor honoris causa por la Universidad de Alcalá, fotografía en el Museo ICO con los profesores Juan Navarro Baldeweg (arquitecto, catedrático de Proyectos en la UPM y pintor) y Kenneth Frampton, doctor honoris causa por la UAH

-¿Podría hablarnos brevemente de su trayectoria profesional y docente?

Cuando terminé la carrera, comencé mi andadura profesional en la Oficina de Obras y Proyectos de la Universidad Complutense de Madrid al tiempo que desarrollaba la investigación para mi tesis doctoral: fui la Doctora Arquitecta más joven de España cuando la defendí. 

En paralelo con el trabajo profesional inicié mi dedicación docente e investigadora en la Universidad de Valladolid, Politécnica de Madrid, Universidad de Castilla-La Mancha (por citar solo las españolas) y, finalmente, en la Universidad de Alcalá en la que obtuve la Cátedra y fui la catedrática más joven de mi área de conocimiento.

Con orgullo, mi trayectoria profesional se puede resumir en que me siento una persona privilegiada porque mis actividades docentes, investigadoras y profesionales convergen en mi gran pasión que es la arquitectura. Ello me permite que las tres estén vinculadas y que las experiencias en los tres ámbitos se enriquezcan mutuamente.

Esta circunstancia, y el hecho de contar con colaboradores extraordinarios en los tres ámbitos me ha permitido desarrollarlos en paralelo a las tareas de gestión, y continuar trabajando en instituciones y organismos nacionales (Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora -CNEAI-, Agencia Estatal de Investigación, Agencias Autonómicas de Evaluación, Fundaciones privadas, etc.) e internacionales (Universidades extranjeras, ANVUR, Wessex Institute, etc.)

Ahora aprovecharé para recuperar mi faceta de pintora y dibujante, que son las que han quedado más reducidas en estos años.

-¿Cómo ve la arquitectura en este momento en España?

Aunque la crisis ha repercutido fuertemente en el sector de la construcción, soy muy optimista respecto al presente y el futuro de la arquitectura porque la formación que reciben nuestros alumnos es muy sólida y les permite afrontar un gran número de situaciones y proyectos. La arquitectura actual se extiende mucho más allá de los conceptos tradicionales, abarcando ámbitos como el diseño de escenografías, de espacios virtuales para videojuegos, la realidad aumentada, la arquitectura del paisaje, el diseño de moda o de muebles, las arquitecturas efímeras y el diseño gráfico, por citar solo unos ejemplos. 

No obstante, tenemos ante nosotros retos de primera magnitud, como la sostenibilidad, la eficiencia energética, el desarrollo de nuevos materiales, la rehabilitación y puesta al día del patrimonio edificado, el bienestar de los ciudadanos y, muy importante, la dignidad de la vivienda de todas las personas y en todos los lugares.

No podemos olvidar nunca que nuestra labor tiene un componente moral muy destacado al servicio de la sociedad; una cualidad distintiva de nuestra profesión es la de participar directamente en la mejora de las condiciones de vida de nuestros conciudadanos, de su dignidad en el más amplio sentido.

Afortunadamente los alumnos adquieren en la Escuela una gran capacidad de trabajo y adaptación, y unas habilidades técnicas, gráficas y plásticas que les facilitan el acceso y el éxito en todos estos campos.

Estoy convencida de que el interés, el rigor y el afán de saber guían y forman a un buen arquitecto, a un buen investigador.

-Por último, ¿qué mensaje quiere mandar a la comunidad universitaria? 

En primer lugar, manifiesto mi profundo agradecimiento por estos años en los que he podido conocer y trabajar con muchas personas magníficas. Lo considero un regalo y la experiencia más grata de esta dedicación.

En este sentido, estoy segura de que el actual equipo de Dirección de la Escuela llevará a cabo una labor extraordinaria ante los retos a los que ha de hacer frente.

En segundo lugar, que la arquitectura es apasionante (para mí la actividad más apasionante que se puede desarrollar) y que ofrece numerosas facetas a explorar que ya están abriendo nuevos horizontes y cuya presencia social y demanda profesional son cada vez más importantes. 

Y finalmente, que la Escuela de Arquitectura es uno de los principales activos con los que cuenta nuestra Universidad. Este reconocimiento a nivel nacional e internacional es el mejor legado. 

Publicado en: Entrevista