Olalla García, autora de ‘El Taller de libros prohibidos’: ‘Los escritores no debemos dar respuestas, pero tenemos que plantear preguntas’

Olalla García estudió Historia en la Universidad de Alcalá y se especializó en historia antigua de Persia en las universidades de Bolonia y París. Su amor a la literatura y su rigor a la hora de documentar la historia la han convertido en una escritora de novela histórica cada vez más consolidada. Su último título: ‘El Taller de Libros Prohibidos’, es su primera novela ambientada en Alcalá.

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Olalla García.

1572. Tiempo convulso. Reina Felipe II y la Inquisición, tras el Concilio de Trento y la Contrarreforma, ostenta un gran poder. En Alcalá de Henares se contabilizan, al menos 5 imprentas y con ellas la difusión del conocimiento aumenta entre la población. En ese ambiente surge la novela ‘El Taller de libros Prohibidos’, protagonizada por un misterio y por una mujer viuda, responsable de un taller de encuadernación. Olalla García

-Es tu primera novela ambientada en Alcalá, aunque ya llevas seis…
-Sí. Hasta ahora he tenido un cierto pudor de hablar de Alcalá. Yo he vivido parte de mi vida aquí y conozco a muchas personas con grandes conocimientos de la historia local y eso me hacía siempre poner reparos. Pero al final me he aventurado con esta historia relacionada con las imprentas y los libros en la época en la que el Inquisidor General Fernando de Valdés había publicado su índice de libros prohibidos, con más de 600 títulos, considerado el más restrictivo de la época. Tanto imprentas como librerías, por tanto, estaban especialmente vigiladas en una ciudad en la que, fundamentalmente la Universidad, había sido señera del pensamiento renacentista y humanista en la primera mitad del siglo XVI.

-La novela histórica requiere un importante trabajo de investigación que a usted, como historiadora, le debe resultar muy atractivo
-Sí, como historiadora, me gusta documentarme y es cierto que trato con mucho cuidado los datos históricos que aparecen en esta novela. La verdad es que me siento muy afortunada: me gusta la historia, me gusta muchísimo escribir y creo que es muy importante tener la posibilidad de escribir historias sobre temas que a mí me preocupan y lograr que la gente se plantee interrogantes. Yo no soy de las que piensan que los escritores tenemos que dar respuestas; pero sí creo que debemos plantear preguntas…

-Hablando de ese asunto y salvando todas las distancias…Estamos en un momento con ciertos paralelismos al del desarrollo de la imprenta. Las noticias falsas, el control de nuestra privacidad y nuestros datos, los límites de la libertad de expresión… ¿Usted qué opina, qué nos enseña la historia?
-Esta es mi primera novela fruto de mi preocupación por el mundo de la comunicación e Internet y por los continuos debates sobre si hay o no que controlar los contenidos en la red.  Y sí, salvando las distancias, creo que se produce una situación similar a la que provocó el surgimiento y desarrollo de la Imprenta. Es cierto que en aquella época los gobiernos establecieron el control absoluto sobre lo que se difundía pero, si miramos a largo plazo, la historia nos dice que es imposible poner puertas al campo, incluso a pesar de los controles estrictos. Igual ocurre con Internet. Estoy a favor de evitar los controles y de que prevalezca el derecho de los ciudadanos a la libertad de expresión, a pesar de que eso genere problemas que, desde luego, tenemos que tratar de evitar.

Publicado en: Entrevista