Marta Arévalo, candidata a los Premios Educa Abanca a mejor docente universitaria: ‘Esta profesión es tan agotadora como apasionante’

La profesora del Departamento de Ciencias de la Educación es experta en expresión corporal, danza y TICs aplicadas al deporte y arrastra 16 años de experiencia docente innovadora.

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Marta Arévalo.

Los Premios Educa Abanca Mejor Docente de España tienen el objetivo de reconocer la labor desempeñada por los mejores docentes durante el año en curso con el fin de realzar socialmente la figura del buen docente, su implicación en el proceso de enseñanza de su alumnado, así como su importancia para la sociedad.

La profesora imparte clases en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, en el grado de CCAFYDE y forma parte de un grupo de innovación docente, Esta no es la primera ocasión que Marta Arévalo accede a esta nominación, ya que el año pasado también estuvo nominada junto con otra profesora de la UAH, su compañera de departamento, Cristina Canabal.

-Profesora, ¿cómo se acogen este tipo de reconocimientos?
-Pues con sorpresa y mucho suspense, porque no sabemos quién nos ha presentado a la nominación (y tienen que ser estudiantes) y eso envuelve de misterio el proceso y, además, con un gran sentimiento de responsabilidad, porque no dejamos de estar representando a nuestra universidad, ya que mi labor docente se desarrolla en la UAH. Desde luego, mi nominación no es solo mía, es fruto del trabajo que desarrollamos en el departamento, en el área y en la facultad, porque sin el apoyo de mis compañeros y compañeras mi trabajo también sería diferente.

-¿Qué es para usted la docencia, qué significa ser un buen docente?
-Lo primero, haberte encontrado a ti mismo en esta labor, pero a la vez no dejas de estar en búsqueda permanente de tu propio estilo, porque tú también vas cambiado y te sigues formando. Y otros ingredientes fundamentales son la paciencia, grandes dosis de paciencia, y la creatividad. Creatividad para resolver problemas y buscar soluciones así como tener nuevas ideas para abordar lo que no funciona en la docencia. Además, debemos estar siempre alerta, preguntarnos constantemente en qué podemos mejorar, tener un pensamiento autocrítico, constructivo, que nos permita evolucionar.

-En muchos sectores de la sociedad todavía está muy asentada la imagen del profesor universitario que habla desde la cátedra mientras los alumnos cogen apuntes. Bolonia ha desterrado mucho esa imagen, pero aún pervive…
-Al final, la labor docente es lo menos mecánico que hay, está muy alejada de las labores puramente técnicas, trata un proceso, el de enseñar y aprender, que está impregnado de humanismo. Cada momento del día es diferente para dar clase, cada disciplina es distinta, cada grupo tiene su propia particularidad… Si no tenemos en cuenta todas las variables, que son muchas, no habrá éxito en el proceso de aprendizaje. Es verdad que a veces los profesores universitarios no nos consideramos y no nos consideran maestros, pero sí lo somos.
Por otra parte, para poner en marcha nuevas estrategias docentes se requieren cambios estructurales que en ocasiones no llegan, o llegan a destiempo. Yo siempre dije que Bolonia era un traje a medida que no nos acaba de sentar bien, porque está pensando para otra universidad, no la española. Hay cosas que no funcionan para los grandes grupos, para los espacios que tenemos o las plantillas de profesorado no estable…

-Entonces, profesora, ¿cuál es el reto?
-En mi opinión, uno de los principales retos es la ratio. Hay, tal vez, en determinadas materias en las que no es tan determinante, pero pienso que los grandes grupos condicionan la calidad de la enseñanza que se imparte. Se han hecho avances, pero queda mucho para poder acompañar mejor el aprendizaje de cada estudiante.
Y luego, innovar, que no es tan sencillo. Nos tiene que acompañar la estructura y, en ocasiones, ésta es difícilmente modificable. Nuestro ICE lleva tiempo impulsando grupos, proyectos y formación, hacen un gran trabajo. Pero si, por ejemplo, hay una app interesante para la docencia y no podemos obtener su licencia u obtenerla es complicado burocráticamente, lo fácil se hace difícil, y además creo que la nueva ley de la contratación nos está dando muchos dolores de cabeza.
También considero un desafío la enseñanza junto con otros profesores. Una de las mejores cosas que me ha ocurrido en clase estos años es compartir la docencia con otros profesores. Aporta una riqueza enorme y permite desarrollar proyectos que, de otro modo, serían imposibles de realizar.
Otro aspecto importante que considero un reto, pasa porque nuestros alumnos salgan de la universidad concienciados, con estrategias y herramientas para que el resto de su vida, en su trayectoria profesional, siempre serán aprendices.

-Para terminar, una recomendación para aquellos que quieren dedicarse a la docencia, en el ámbito que sea.
-Primero, que potencien su creatividad, que desarrollen su pensamiento crítico, hacia sí mismos y hacia las estructuras que les rodean, pero participando en los cambios, y que se conecten todo lo que puedan con lo que ocurre fuera del aula y disfruten de esta profesión tan agotadora como apasionante.

Publicado en: Entrevista