‘Las mujeres en el Oriente cuneiforme’, una aproximación al estatus de la mujer en la antigua Mesopotamia

El libro está editado por el profesor de la UAH, Josué Justel, y Agnès García-Ventura, de la UAB. En esta entrevista, el profesor de la UAH aporta información sobre cómo en la antigua Mesopotamia las mujeres tenían cierta autonomía.

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Josué Justel.

-¿Qué encierra el libro Las mujeres en el Oriente cuneiforme?, ¿Por qué analizar el papel de la mujer en esta etapa tan antigua de la historia?
 -El libro surge porque nos dimos cuenta de que no existía un trabajo similar en lengua castellana y vimos también una oportunidad de ofrecer nuevos datos que fueran fácilmente accesibles al público general interesado en historia de las mujeres o en estudios de género, entre otros. Además, recientemente El País ofrecía un reportaje acerca de los nuevos estudios arqueológicos que pretenden integrar a las mujeres en la Prehistoria o la Historia y hacía referencia a opinión de Mary Beard (University of Cambridge) de que, cuando se menciona a las mujeres en la Antigüedad, en el 99% de los casos se hace con críticas negativas. En el mundo cuneiforme tenemos la ventaja de que contamos con documentación escrita riquísima en diferentes niveles y podemos saber bastante bien qué pensaban los propios mesopotámicos y las propias mesopotámicas en relación a este asunto. Así que el historiador no anda necesariamente perdido con sus propias interpretaciones: los textos nos cuentan cómo estas antiguas civilizaciones se entendían a sí mismas.
 
-En el libro hay análisis desde diferentes ámbitos, ¿cuál destacaría y por qué?
 -Mi campo de especialización es el jurídico: trabajo sobre todo con textos jurídicos de naturaleza privada, como contratos matrimoniales, testamentos, préstamos, compraventas, etc. Es un tipo de documentación muy directa, que se conserva tal y como fue redactada, y es una ventana abierta a las sociedades antiguas. Aquí es donde yo me encuentro más cómodo. Y, además, es un campo enorme e inexplorado. Recientemente he calculado que se han publicado más de 17.000 textos de este tipo y quedan por publicar más de 5 000. De todos ellos, unos 7.000 tratan sobre mujeres, y buena parte de ellos ni siquiera duermen el sueño de los justos en los grandes museos. Queda mucho por hacer.
 
-Algunas claves para definir a la mujer mesopotámica
 -En primer lugar, vamos a hablar de mujeres, en plural, porque como en la actualidad hay mujeres ‘ricas, pobres, listas, tontas, guapas y feas’ (tal y como las describen los textos literarios), reinas y mendigas... Hay de todo, como hoy en día. Y, en segundo lugar, la clave es la sorpresa: en una sociedad marcadamente patriarcal había casos de mujeres que disfrutaban de posiciones envidiables respecto a lo que conocemos posteriormente en el mundo grecorromano. Esto llama la atención. Por centrarme en mi campo: había mujeres que disfrutaban de una posición jurídica inimaginable: podían libremente vender y comprar propiedades, gestionar su familia, disponer sus testamentos como quisieran... A veces vemos que se trata de viudas o de divorciadas, lo que les confería unas posibilidades especiales. Pero otras veces estaban casadas o dependían de sus padres, y ni estos últimos ni su marido tenían nada que decir, aparentemente, acerca de sus negocios y asuntos. Esto es inimaginable en el mundo romano de época clásica.

-¿En qué se parece la mujer mesopotámica a la mujer de hoy?
 -Pues sobre todo en que vivían, sobrevivían y llegaron a tener mucha importancia en una sociedad patriarcal. Entonces eran más una excepción que una norma; hoy en día, afortunadamente, ya es norma y no una excepción.

 

Publicado en: Entrevista