En esta entrevista, Antonio J. Morales habla de su trayectoria investigadora y de sus proyectos en la UAH,

Antonio J. Morales.

donde acaba de poner los pies procedente de la Universidad Libre de Berlín, después de hacer un doctorado en la Universidad de Pennsylvania, donde trabajó como investigador y docente durante 10 años.

-Háblenos de sus líneas de investigación, profesor.
-Mi especialidad es el estudio de los textos y su lengua, sobre todo religiosos y literarios: trabajo con material inédito original inscrito en pirámides, tumbas, ataúdes y sarcófagos del Reino Medio (en torno al 2000 antes de Cristo). Se trata de textos con muchas lecturas, significados e interpretaciones (rituales, mitos, guías del más allá que permiten conocer la vida de ultratumba del difunto, la comprensión del cosmos y la naturaleza…)

-Usted regresa a España después de muchos años en universidades con prestigio internacional
-Estudié en Sevilla la licenciatura de Arqueología y empecé allí un doctorado en Historia Antigua, con el egiptólogo José Miguel Serrano, pero mi labor investigadora se ha desarrollado fundamentalmente en el extranjero. Primero hice un máster en Birmingham y Oxford y después me marché a la Universidad de Pennsylvania, donde me doctoré y estuve trabajando durante 10 años. Ya en Europa, realicé un ‘postdoc’ en Heidelberg y luego en la Universidad Libre de Berlín, donde he estado trabajando los últimos tres años. Ahora, he regresado a España de la mano de un contrato Ramón y Cajal que me ha permitido desembarcar en la Universidad de Alcalá.

-¿Y por qué la Universidad de Alcalá?
-He barajado otras opciones, claro, pero al final me he decantado por la UAH por varias razones: no hay expertos en egiptología pero sí hay un asiriólogo, experto en Oriente y especializado en textos acadios, Josué Justel, y eso favorece que podamos crear una nueva línea de investigación en este ámbito. Además, en esta Universidad se da mucho valor a la investigación y para mí eso era muy importante.

- Y a la UAH llega con un proyecto para desarrollar expediciones arqueológicas en la necrópolis Deir-el Bahari
-Desde el año 2014 dirijo un proyecto de excavación arqueológica en Luxor, la antigua Tebas, y en este momento estamos preparando la tercera campaña, la primera con sello de la UAH. En esta nueva campaña en la necrópolis de Deir-el Bahari (es un complejo de templos funerarios y tumbas que se encuentra en la ribera occidental del río Nilo, frente a la antigua ciudad de Tebas, la actual Luxor) me acompañarán unos 25 investigadores de distintos ámbitos, procedentes de diferentes universidades europeas, entre ellos dos arquitectos, Ernesto Echevarría y Flavio Celis, y la experta en geología Teresa Bardají, los tres de la UAH. Se desarrollará durante todo el mes de abril y está financiada por la Fundación Gaselec de Melilla y la Fundación Palarq de Barcelona.

-¿Ya es difícil encontrar algo inédito en Egipto?
-Hay mucho por descubrir todavía. El desierto es complejo, hay aún pirámides ocultas por las dunas, hay también templos y tumbas privadas cubiertas, tapadas, sepultadas por los escombros o la arena que, a buen seguro, depararán muchas emociones y sorpresas.

-¿Qué perspectivas tiene en esta nueva fase en la UAH?
-Por un lado, continuar con las campañas en Luxor y por otro me gustaría que se desarrollase un programa docente que ofrezca a los estudiantes asignaturas relacionadas con la Egiptología. Asimismo, soy muy consciente de la importancia que tiene la cultura en la UAH, y por eso ya hemos programado con el Vicerrectorado de Extensión Cultural un curso de escritura egipcia para primavera y tenemos intención de ofertar un curso de verano sobre religión, magia y medicina en el Egipto faraónico. También me gustaría colaborar en la formación de una buena base bibliográfica sobre Oriente y Egipto y hemos empezado con buen pie, ya que nos han donado 1.400 volúmenes por parte de la biblioteca de Humanidades de la Universidad Libre de Berlín y la Academia Nacional alemana en Berlín, que ya están depositados en el CRAI.

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