La UAH participa en la creación un medicamento contra la ceguera causada por degeneración de retina

Investigadores del grupo ‘Neurofisiología visual’ de la UAH participan en un proyecto de investigación destinado a obtener un medicamento (optofármaco) que podría tratar, sin intervención quirúrgica, enfermedades como la retinosis pigmentaria, que causa ceguera y para la que no existe ningún tratamiento.

La investigación se ha publicado recientemente en la revista ‘Nature communications’ y en ella participan diferentes grupos de investigación de distintas instituciones, liderados por Pau Gorostiza y Amadeu Llebaria,

Pedro de la Villa.

del Instituto de Bioingeniería de Cataluña y el Instituto de Química Avanzada de Cataluña respectivamente, la Universidad Miguel Hernández, la Universidad de Alcalá y el Centro de Investigación en Red en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina.
En esta entrevista el profesor de la UAH, Pedro de la Villa, coordinador del grupo ‘Neurofisiología visual’, explica en qué consiste el hallazgo y la importante implicación de nuestra Universidad en el mismo.

-Profesor, háblenos de este hallazgo
-La idea inicial parte del investigador Pau Gorostiza, que se dedica a diseñar moléculas. En este caso, Gorostiza ya había creado una molécula sensible a la luz (fotosensible) que, cuando recibe el efecto de la luz, produce una reacción, un cambio de forma. Son los denominados ‘photoswitch’. Lo importante, en este caso, es que esta molécula tiene actividad sobre un receptor ubicado en células nerviosas, encargado de ‘despertar’ a estas células. Inicialmente que si estas moléculas se aplican sobre el receptor y reciben un estímulo lumínico, las células se excitan, cambian. Posteriormente, quiso comprobar si las moléculas podrían tener algún efecto fisiológico o farmacológico y por eso acudió a varios grupos de investigación relacionados con la fisiología y la neurología, entre ellos el nuestro.
Llevamos 4 años trabajando en colaboración con el grupo del doctor Gorostiza y otros grupos de investigación y hemos comprobado que esta sustancia, la molécula creada, abre un amplio campo de estudio en el sistema nervioso; pero la novedad, lo que se acaba de publicar en ‘Nature communications’ es que puede ser utilizada como prótesis moleculares reguladas por luz para ayudar a restaurar la visión en ciertos casos de degeneración de retina.

-¿Qué tipo de degeneración de retina podría ser tratada con esta molécula?

-La investigación aún está en fase inicial, ya que hasta la fecha solo hemos realizado experimentos con células aisladas y con tejido retiniano mantenido en condiciones ‘in vitro’, pero hemos comprobado que podría ser eficaz para el tratamiento de un tipo de degeneración de la retina denominado ‘retinosis pigmentaria’, que en la actualidad carece de tratamiento y afecta a uno de cada 4.000 sujetos en el mundo. Una enfermedad que tiene cierta dosis de ‘crueldad’ añadida, en tanto que el sujeto nace sin la enfermedad, que se detecta normalmente en el período de la adolescencia o juventud y en la mayoría de los casos provoca la ceguera total en un período medio de 10-15 años.

-¿Qué es un optofármaco, profesor?
-Hasta ahora hemos oído hablar en el ámbito de la visión de optogenética, (a través de manipulación genética se induce a las células a que expresen una molécula que responde a la luz). Pero la optogenética está teniendo dificultades para las personas que ya tienen la retina degradada. En este caso, hablamos de un optofármaco, es decir, que nosotros podríamos inyectar esta sustancia en la retina y con la aplicación de un estímulo lumínico adecuado para que la sustancia actúe, facilitar que la retina responda a la luz y el enfermo detecte dicho estímulo..

-¿En qué momento está la investigación?
-Sabemos lo que hacen las moléculas en células, sabemos lo que hacen en un tejido y ahora estamos en la fase de experimentar con modelos animales, en una fase de investigación preclínica. Queda mucho camino por recorrer pero hasta ahora los resultados han sido espectaculares, por lo que esperamos que todo el proceso que exige la experimentación preclínica para llevar el fármaco a un ensayo clínico sean positivos.
Hay esperanzas en ese ámbito y hay esperanzas más allá porque en el equipo del doctor Gorostiza se están depurando las moléculas para conseguir que, además de que los sujetos puedan ver haces de luz, sean capaces de distinguir contornos (una puerta, una pared), gracias a la percepción de contrastes y con ello conseguir una visión más fisiológica.

 

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