La UAH, nueva sede del voluntariado nacional para el censo del lobo ibérico y evaluación del estado de conservación de sus hábitats

El profesor del departamento de Ciencias de la Vida, Ángel M. Sánchez, dirige y coordina esta iniciativa, que surgió en 2015 para ofrecer una visión científica e independiente sobre la situación del lobo ibérico en España.

lobodenEl proyecto nació en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (Departamento Biología Evolutiva y Biodiversidad MNCN-CSIC) y actualmente ha cambiado su sede a la Facultad de Ciencias de la UAH con el objetivo de aumentar el conocimiento sobre las poblaciones de lobo ibérico y sus hábitats naturales. Se trata de promover iniciativas y líneas de investigación que favorezcan la conservación de esta especie apical, fundamental para el mantenimiento del equilibrio ecológico de los ecosistemas de nuestras latitudes, que estuvo a punto de extinguirse en España en la década de los 70 del siglo XX debido a la caza incontrolada, apoyada y fomentada desde la administración. Como señala el profesor de la UAH ‘solamente el tesón de un adelantado a su tiempo, como fue Félix Rodríguez de la Fuente, consiguió invertir la tendencia mediante sus documentales y la creación de la Ley de Caza 1/1970 de 4 de Abril, logrando que el lobo pasase de ser considerado una alimaña que se podía cazar todo el año por cualquier método, a especie cinegética sometida a un régimen de vedas anuales. Eso salvó al lobo en aquel momento, pero siguen existiendo grandes amenazas en la actualidad’.

Unas amenazas que no logran solventar los sistemas de protección normativa existentes, incluida la Directiva 92/43/CEE relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres.

- Profesor, el lobo tenía presencia en toda la Península Ibérica, pero, ahora, ¿dónde lo podemos localizar en España?
- Históricamente, el lobo tenía presencia en casi toda la Península Ibérica, a excepción de algunas pocas zonas del noreste de España. Ahora es muy difícil localizar grupos familiares al sur del Sistema Central. En algunos de los que fueron sus territorios históricos, como Andalucía o Extremadura, ha desaparecido; en Castilla-La Mancha solo habita en Guadalajara y sus números decrecen año tras año por presión humana directa e indirecta; en Castilla-León habita el mayor número de grupos familiares pero al sur del Duero la población también está muy mermada y en provincias como Salamanca o Soria ha desaparecido prácticamente. Los datos oficiales cifran la población de lobos en unos 2.000, pero nuestros datos indican que estas cifras no se ajustarían a la realidad y seguramente los datos poblacionales se ajustarían más a 1000-1500 individuos como máximo, en su mayoría restringidos a la zona noroccidental de la Península. Si bien el verdadero problema de conservación del lobo ibérico no son los números, sino la escasa variabilidad genética que presenta la especie, que es la que compromete su futuro a largo plazo si no tomamos las medidas adecuadas.

-¿En qué consiste el proyecto que están desarrollando?
- Se trata de un proyecto de ciencia ciudadana. En este momento tenemos registrados unos mil voluntarios de toda España en nuestra base de datos. Todos trabajan con la misma metodología y para ello reciben una formación previa. Disponemos de grupos locales de trabajo en las diferentes zonas loberas que se dedican a tomar datos de campo a través de los indicios de la especie (heces, huellas, rascaduras, etc.), así como del estado de conservación del territorio donde habita el lobo. Una vez que se localizan los grupos familiares, se instalan cámaras de foto-trampeo para constatar reproducción, identificar individuos y sexos, etc. Todos estos datos posteriormente son analizados e interpretados en gabinete y dan lugar a publicaciones científicas y divulgativas, así como a comunicaciones periódicas que tratarán de influir sobre los tomadores de decisiones que gestionan la especie. En nuestro último estudio, presentado y publicado en 2018, abordamos la primera aproximación a la mortalidad no natural del lobo ibérico en España, constatando que durante el año 2017 murieron de forma no natural entre 500 y 650 lobos atropellados, envenenados y/o muertos por disparos de manera legal o ilegal.

-¿Por qué es tan importante el lobo?
- El lobo es un súperdepredador, es decir, una especie apical que se sitúa en la cima de la pirámide ecológica. Estas especies desencadenan una serie de cascadas tróficas beneficiosas que actúan sobre todos los pisos inferiores de la pirámide aportando estabilidad y salud al ecosistema. Su eliminación produce desequilibrios e incluso una verdadera catástrofe ecológica como podemos ver en lugares tan emblemáticos como el Parque Nacional de Cabañeros, donde los ungulados silvestres proliferan sin control influyendo muy negativamente sobre su propio hábitat. Como vemos, la ecología es compleja; por esta razón, el lobo no puede ser sustituido por el cazador humano con fusil. Esa es otra falacia que no por mil veces repetida llega a ser verdad.

-Pero siempre ha tenido muy mala fama…
-El lobo, en la cultura judeo-cristiana, siempre ha sido relacionado con el mal. Es el que devora los corderos que son símbolo del propio Cristo, una especie de demonio, al fin y al cabo. Esa imagen, como ya intentó Félix Rodríguez de la Fuente en su época, tenemos que erradicarla y es otro de nuestros objetivos. A través del pago de impuestos, los ganaderos españoles reciben importantes subvenciones de la UE que conllevan un compromiso ambiental. Desarrollan una actividad, en teoría, sostenible, en un territorio en el que también pueden vivir grandes depredadores como el lobo o el oso, pero a través de sus sindicatos solicitan constantemente la erradicación o control de esos depredadores que resultan molestos a sus intereses. Este modelo, lógicamente, no puede mantenerse en el tiempo y hay que desarrollar otro que podría ser del tipo de un contrato territorial que llevase asociado medidas para la prevención de ataques al ganado.
La sociedad del lobo se estructura en manadas, se trata de estructuras familiares complejas donde entran en juego el aprendizaje, la dominancia y la subordinación y la experiencia de los ejemplares más viejos y rango jerárquico más elevado, que son los que precisamente conocen el territorio y seleccionan las presas, preferentemente ungulados silvestres que cazará la manada. Existen innumerables trabajos científicos que demuestran que una manada fuertemente cohesionada y mantenida en el tiempo prefiere presas naturales al ganado doméstico. Ejerciendo, a la vez, como súperdepredadores, una labor ecológica fundamental para la buena salud de los ecosistemas, ya que elimina a los animales enfermos o menos dotados. Los lobos autoregulan sus poblaciones, por lo que no es necesaria la intervención humana para controlarlas, es una regla de ecología básica. Matando lobos aleatoriamente, de la manera que se hace en la actualidad en España, se consigue lo contrario de lo que se pretende, ya que al eliminar a los individuos alfa (los dominantes), que son los que poseen mayores conocimientos del territorio donde habitan y transmiten la información al resto, se condena al grupo familiar a cazar presas más fáciles, como el ganado. Protegiendo al lobo conservaremos todos los elementos del medio en el que vive. Matar lobos arbitrariamente consigue todo lo contrario.

-Profesor, qué implica que la UAH sea la sede ahora de este proyecto
-Implica, fundamentalmente, que abrimos una nueva línea de investigación en la Universidad de Alcalá relacionada con la Conservación de Especies Emblemáticas Amenazadas, que era algo con lo que soñaba mucho antes de iniciar mis estudios de Biología en esta misma universidad, viendo esos documentales de Félix a los que nos hemos referido anteriormente…

 

Publicado en: Entrevista