José María Pérez Peridis, Embajador del Instituto Quevedo de las Artes del Humor: ‘Soy amateur, como los golfistas de la Ryder Cup que luchan por la gloria y la victoria’

Arquitecto, escritor, comunicador, viñetista de El País…Ya tenía muchas tareas, pero desde hace algunos meses también es el Embajador del IQH, un cargo que acoge con honor y dedicación.

peridisdenAcaba de recibir el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales 2018, un reconocimiento con el que el Ministerio de Cultura y Deporte pone en valor ‘sus obras y su participación activa en el ámbito de la restauración o de la conservación del patrimonio cultural de España, su extraordinaria labor en educción patrimonial y mediación social’, pero Peridis también es uno de los artistas que más ha enriquecido el patrimonio intangible de la cultura de nuestro país con sus dibujos y su pensamiento.

En esta pequeña entrevista habla de sus grandes responsabilidades como Embajador del IQH, un cargo que él estrena y al que piensa dedicarse ‘con salero, con frescura y con humor’.

-¿Qué se le viene a la cabeza cuando piensa usted en su nueva responsabilidad? Es el primer embajador del Instituto…
-La verdad es que estoy muy tranquilo porque ni tengo despacho ni tengo horario y tampoco funcionarios a mi cargo. Por ello ni cobro ni tengo nómina, lo que me hace sentirme sumamente cómodo y tranquilo. Soy amateur, como los golfistas de la Ryder Cup que luchan por la gloria y la victoria.
Además, es un honor representar desde este puesto tan rimbombante a mis compañeros humoristas que curran a diario para sacar una sonrisa a sus amables seguidores.

-¿Cuáles van a ser sus funciones y cuáles serán los primeros retos como responsable de las relaciones institucionales?
-Las que quieran asignarme el rector, Julio Rey y Nieves Concostrina y Tomás Gallego....que para eso son el alma del Instituto del Humor. El reto es seguir la estela de Forges y prestar mi presencia a los humoristas de toda clase y condición allá donde se me requiera, por muy lejos que se encuentren geográficamente de Alcalá de Henares.

-El IQH es una institución que costó mucho construir pero tan sólida que parece que siempre ha existido. Ya no hay quien la pare…
- No seamos triunfalistas. Eso decían de Galletas Fontaneda, la gran fábrica de Aguilar de Campoo, y ya solo hay un solar donde estuvo emplazada durante casi un siglo. Aunque el Instituto del Humor tiene una estructura liviana que le posibilita salir a flote en difíciles circunstancias. Y como está siendo gestionado con prudencia y mesura, creo que si sigue en esta línea de sabia sobriedad tiene un buen futuro por delante, siempre que los humoristas sigan aportando creatividad y talento a todos sus trabajos y tengan desde la sociedad el reconocimiento que merecen. En esto estamos.

-Un deseo para la cultura en general y el arte del humor gráfico en particular.
- Lo dicho. Talento, libertad y oportunidades para los jóvenes y las féminas.

-Otro deseo para esta tarea que ha empezado
-Nada nuevo. Que como soy calvo y bajito espero estar a la altura de las circunstancias y con la ayuda de Julio Rey haré todo lo posible para no desmerecer a Forges.

 

Publicado en: Entrevista