Investigadores de la UAH estudian nuevos modelos experimentales para reparar los tejidos de la pared abdominal

Un estudio en el que participan los profesores de la UAH Juan Manuel Bellón y Gemma Pascual,  junto a otros investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red en el área temática de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN) demuestra el uso del conejo blanco Nueva Zelanda como animal experimental para varios modelos de reparación de la pared abdominal. La investigación ha sido publicada recientemente en la revista ‘Tissue Engineering’.

- Profesores, ¿podrían explicarnos en qué consiste esta investigación?
- Desde hace más de 20 años nuestro grupo, que forma parte del CIBER-BBN, realiza investigaciones preclínicas acerca del comportamiento de diferentes tipos de biomateriales en la reparación de defectos de pared abdominal. La investigación traslacional en el ámbito biomédico se entiende como la aplicación de los conocimientos básicos que se adquieren en el laboratorio de investigación a la práctica clínica, con el objeto de mejorar la asistencia médica. En nuestro grupo, la aplicación traslacional a la clínica está dirigida a corregir defectos herniarios, bien primarios o secundarios, relacionados con cirugías previas, que realizan aperturas de la pared abdominal (laparotomías) con el fin de llevar a cabo tratamientos quirúrgicos en la  cavidad peritoneal, es decir, en el espacio dentro del peritoneo que no está ocupado por los órganos abdominales. Estos defectos herniarios, casi en el 100% de los casos, necesitan el empleo de un biomaterial que refuerce y corrija el defecto tanto desde el punto de vista funcional como mecánico. La investigación requiere el empleo de un animal de experimentación. En el número monográfico publicado por ‘Tissue Engineering’ sobre modelos experimentales con animales, nosotros defendimos y aportamos nuestra experiencia empleando como animal de experimentación el conejo blanco de Nueva Zelanda para este tipo de investigaciones.

- ¿Por qué este animal es el idóneo para ser utilizado en la reparación del tejido abdominal?
- Este animal ofrece ventajas con relación a animales más pequeños (rata) o bien más grandes (cerdo), en el sentido de que es un animal de tamaño medio de fácil mantenimiento, y muy fiable en cuanto al proceso de lesión/reparación. Otro factor importante que respalda nuestra elección es que es más fácil de manipular que otros animales mayores, como el cerdo, que requieren procedimientos de anestesia más complejos. Además, también debemos considerar que los animales más grandes necesitan instalaciones de alojamiento específicas en términos de tamaño y condiciones ambientales no disponibles en todos los animalarios.  
Nosotros hemos reproducido en diferentes territorios de la pared abdominal el comportamiento de múltiples tipos de biomateriales implantados tanto extra-peritonealmente, en contacto con los tejidos de la pared abdominal, como en contacto con las vísceras de la cavidad peritoneal. Esto último es importante, dada la posible aparición de complicaciones en la misma, después de implantes clínicos que tienen por necesidad que ser ubicados en contacto con el peritoneo visceral que envuelve los órganos situados dentro de la cavidad abdominal. El tamaño del animal permite además obtener muestras suficientemente grandes para su estudio, que van desde la microscopia óptica convencional a la microscopia electrónica, pasando por técnicas de inmunomarcaje, procedimiento histopatológico que se basa en la utilización de anticuerpos, e incluso análisis de la expresión génica. Por otro lado, también las muestras permiten realizar estudios de tipo mecánico, importantes para conocer el comportamiento de los diferentes materiales ensayados.

-  ¿Puede ser empleado en otras innovaciones tecnológicas?
- El conejo blanco Nueva Zelanda también permite, en nuestro campo de investigación de la pared abdominal, el empleo de la laparoscopia. Con la misma, podemos seguir  un mismo animal de forma secuencial, en diferentes periodos de tiempo después del implante y de manera directa, para ver lo que sucede en la interfaz peritoneal (formación de adherencias, reacciones inflamatorias del peritoneo parietal o visceral…). Esta técnica la empleamos desde hace más de diez años con resultados importantes desde el punto de vista traslacional, de la aplicación a la práctica clínica. También actualmente estamos realizando estudios con adhesivos tisulares que tienen por finalidad la fijación de materiales a la pared abdominal, en lugar del empleo de suturas.

-¿Qué otras investigaciones están llevando a cabo en este momento?
- En el momento actual, una de nuestras líneas de investigación, también empleando este animal de experimentación, es el control de la infección de los biomateriales implantados en pared abdominal. Es una complicación relativamente poco habitual en clínica, aunque su aparición va en aumento por el uso cada vez más frecuente de biomateriales para la reparación de defectos de pared abdominal. Desde hace unos cuatro años estamos llevando a cabo ensayos tanto “in vitro” como “in vivo”, empleando diferentes tipos de antisépticos que son utilizados para la impregnación de los biomateriales y que tratan de impedir la adherencia bacteriana en los primeros momentos del implante. El animal de experimentación empleado es idóneo para estos ensayos preclínicos.

Publicado en: Entrevista