Gandhi, 150 años después

En este 2019 se conmemora el 150 aniversario del nacimiento de Gandhi, una de las principales figuras de la historia global del siglo XX, defensor de la 'ahimsa' o no violencia y de la 'satyagraha', o firmeza y persistencia en la verdad.

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Pedro Carrero Heras.

En esta entrevista toma la palabra el profesor de la UAH, Pedro Carrero Eras, presidente también del Instituto de Indología, para hablar de Gandhi, en las vísperas de un curso de verano que ofrecerá en El Escorial en el mes de julio sobre este personaje, al que Tagore puso el nombre de Mahatma (alma grande).

Gandhi nació en Porbandar, en la India, en 1869. La conmemoración del 150 aniversario de su nacimiento ha coincidido este año con el 70 aniversario de la aprobación de la Constitución de la India, efeméride que el gobierno de ese país ha aprovechado para homenajear a una figura que sigue vigente en el corazón de una gran parte de la humanidad.

-Profesor, ¿qué convierte a Gandhi en una figura global?
-Si vamos a los orígenes, Gandhi es un indio que estudia en Londres, en la capital del Imperio, y cuando finaliza sus estudios como abogado vuelve a la India y encuentra dificultades para ejercer, así que cuando le surge una oferta de ejercer en Sudáfrica decide aceptarla. Es en ese período en el que Gandhi está en Sudáfrica donde se desarrolla todo su ideario, su interés por la búsqueda de la verdad. Y todo fue fruto de su experiencia personal: él se da cuenta de que los indios, como él, están marginados por las autoridades. Ni en la India ni en Londres se había sentido tan marginado como en Sudáfrica. Sufre en propia carne la discriminación y reacciona para reclamar sus derechos como ciudadano del Imperio Británico.  

-En Gandhi es difícil diferenciar lo político y social de lo filosófico y lo religioso…
-Sí, todo camina de la misma mano. Es muy difícil separar la filosofía y la religión en la India. Gandhi llega a la India y se involucra en el Partido del Congreso, pero nunca fue un político al uso, ni mucho menos. Porque él considera inseparable la ética de la política. Y la religión para él tampoco es una religión determinada…Hasta que no llega a Londres no se interesa por el hinduismo, no inicia su proceso de aprendizaje. A Gandhi lo que le caracteriza es el respeto por todas las religiones, empezando por el Islam –en la India el contingente musulmán es ingente−. En definitiva, el concepto de religión en Gandhi se puede resumir como sincretismo, con el respeto a lo que hay de valioso y de verdad en todas las religiones.

-¿Qué convierte a Gandhi en un líder?
-Su fama empieza en Sudáfrica y a modo de reivindicación de clase. Él se sentía un gentleman y se siente ofendido con la discriminación. Con esa actitud, oponerse a la violencia de una forma pacífica, soportar los abusos y el encarcelamiento con la resistencia pasiva, consigue unos éxitos que le hacen llegar ya a la India como un héroe. Cuando vuelve a la India, recorre el país con su mujer y poco a poco destaca en el Partido del Congreso con su doctrina de la no violencia y la firmeza en la verdad. Esto va a ser una lucha titánica, porque él reconoce que la India tiene que ser independiente, pero su lucha va a ser completamente distinta, sin violencia y sin acciones terroristas para expulsar al colonizador. Él, con su mensaje, va calando entre la población e incrementando el número de seguidores. Un ejemplo de lo que digo es la famosa Marcha de la Sal. La sal era fundamental en la India y estaba en manos de los británicos y él promueve una marcha a pie desde uno de sus ashram, a la que se unen muchas otras personas. Simbólicamente, ese puñado de sal en su mano, al final de la marcha, tiene una gran fuerza para acabar con el monopolio de la sal impuesto por el gobierno británico y supuso el principio del fin de la ocupación. Su minúscula figura se convierte en gigantesca.

-¿Qué herencia ha dejado Gandhi?
-Entre otros, Nelson Mandela, en Sudáfrica, contra el apartheid, y Martin Luther King, en defensa de los derechos civiles de los negros en Estados Unidos, son los dos grandes iconos de la herencia de Gandhi. La no violencia se convierte en ambos casos en un arma cívica y política de primer orden. Lo fascinante en el caso de estos tres personajes históricos es que tuvieran éxito.  
Gandhi se ha convertido en un referente universal. El gentleman de Londres pasó a ser un hombre desnudo y ascético, solo arropado con su dhoti, y sus principios de firmeza en la verdad y de la no violencia tienen mayor fuerza, como él mismo dijo en una ocasión, que una bomba atómica.

Publicado en: Entrevista