Filosofía del nacimiento. Una nueva puerta para conocer cómo nacemos en la sociedad occidental

La Universidad de Alcalá lidera un proyecto de investigación titulado ‘Filosofía del Nacimiento. Repensar el origen desde las humanidades médicas’muy novedoso, de carácter multidisciplinar, que ha sido concedido por la convocatoria de Retos del Ministerio de Economía y Competitividad y se prolongará hasta el año 2019.

La coordinadora de la investigación, Stella Villarmea, responde en esta entrevista a algunos asuntos relacionados con la filosofía del nacimiento, un ámbito poco abordado desde las distintas disciplinas, que ahora sale a la luz envuelto en polémicas como la maternidad subrogada o el exceso de partos por cesáreas, por encima de lo recomendado por la OMS.

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Stella Villarmea.


-¿Qué es la filosofía del nacimiento?
-La filosofía aborda muchos aspectos del ser humano y uno de ellos es el nacimiento. Todos los seres humanos nacen y es un momento único. Que el ser humano es un ser parido no ha sido abordado a menudo por la filosofía. De lo que trata nuestro proyecto es de estudiar esta circunstancia desde un punto de vista multidisciplinar: historia, antropología, derecho, medicina, matronería, economía… Analizaremos desde todos estos ámbitos cómo se pare y se nace, y qué consecuencias tiene para el ser humano la forma de parir y de nacer.

-¿Estamos naciendo bien en nuestras sociedades occidentales?
-Al hablar de cómo es o cómo debería ser el embarazo, el parto y el nacimiento ponemos encima de la mesa el concepto que tenemos del ser humano y en este ámbito surgen situaciones como la fecundación in vitro, la maternidad subrogada, los partos por cesárea o los partos programados. Todo esto, en el ámbito de la filosofía, que es el más próximo a mí, dice mucho de la noción de ciudadanía que tenemos, de la noción de intercambio económico o de qué es lo legítimo, lo viable, lo correcto. Si me pide mi opinión y solo por poner un ejemplo, en España se producen un 25% de partos por cesárea. Según los datos del Ministerio de Sanidad de 2015, en los hospitales públicos la cifra de cesáreas es del 21% y en los privados es del 37% aproximadamente. No hay que acudir a la filosofía, lo dicen los expertos médicos: eso no es saludable. Las formas de nacimiento están cambiando mucho. Se han instrumentalizado en exceso y ni en términos médicos, ni en términos sociales, es lo más saludable. Esta deriva plantea multitud de cuestiones filosóficas sobre la relación entre el conocimiento, las normas y las prácticas que tenemos y que deseamos en el mundo de la obstetricia. Es lo que yo denomino la reflexión sobre ‘el sujeto embarazado’.

-¿Qué es lo que debería cambiar para mejorar este proceso?
- Supongo que debería cambiar la percepción que de las consecuencias físicas y vitales del parto y del nacimiento tienen tanto los profesionales como las gestantes. Son muchas las preconcepciones comunes que no se corresponden con los hechos ni con sus consecuencias reales. La información en este ámbito, como en tantos otros, es clave. También debería cambiar el orden de prioridades; demasiado a menudo por delante de los intereses de los recién nacidos o sus madres se ponen los intereses de gestión sanitaria o de agenda profesional. Pero quizá lo más importante es cambiar la lente de enfoque: el ámbito del parto y del nacimiento no es solo una cuestión de salud, es también una cuestión de derechos, expectativas, creencias, valores, deseos, intenciones … es, en fin, un ámbito en el que pasan cosas que importan y nos importan como seres humanos, no solo como cuerpos, que también.

-El proyecto se centra en el que nace, pero también analiza a la mujer que da a luz la nueva vida…
-Claro, porque es una experiencia muy singular, no comparable con otras experiencias de las biografías humanas, y hasta ahora hay muy poca reflexión sobre lo que esas vivencias son y qué transformaciones físicas, y también de concepción del mundo y del entorno, generan en la embarazada, en la parturienta, en la nueva madre.

-Están en el inicio de la investigación pero ¿qué pálpito tiene usted de cuáles pueden ser las conclusiones?
-Es difícil aventurar. Tenemos claro que se ha avanzado muchísimo en la igualdad entre hombres y mujeres, pero hay aspectos que permanecen intocados. El entorno de la obstetricia está ahora mismo en el centro de un intenso debate, sanitario y social, a propósito de sus procedimientos, premisas y objetivos. Las controversias obstétricas son un terreno fecundo para la reflexión filosófica epistémica y de género. La sala de partos sigue sin ser, por decirlo con Virginia Wolf, un ‘espacio propio’ para la parturienta. Esto nos tiene que hacer reflexionar sobre qué estamos haciendo mal en este ámbito, el del nacimiento, tan central para la vida de muchas mujeres y de todos los que vivimos en sociedad.

 

Publicado en: Entrevista