‘Estamos en un país en el que se escribe más que se lee’

La Universidad de Alcalá dispone de grandes profesionales trabajando al servicio de la comunidad universitaria: PAS, PDI… es el caso de Rafael Lara, quien trabaja en la sección de Acceso de la Universidad y tiene como afición la escritura y el teatro. Rafael ha escrito varias novelas y es el director de la compañía de teatro Artes Escénicas de Alcalá.

 - ¿Desde cuándo escribe?

Comencé hace bastante tiempo, pero la primera novela publicada fue en 2006 gracias a un ultimátum que me dieron: ‘o lo publicas, o dejas de escribir’. Y así me lancé a publicar novelas.

- ¿Cuál fue esa primera novela publicada?

Cruz del Amanecer, una novela policiaca, ágil, todo se produce en un fin de semana en Madrid con unos personajes muy curiosos. La protagonista es una policía en Madrid que no entiende de normas y trabaja junto a su compañero, con el que forma una pareja explosiva y la trama está relacionada con el robo de los tesoros mejor guardados de la Iglesia Católica.

En 2012, publiqué La Atalaya de los Dioses la obra que más tiempo me ha llevado, y del género en el que me siento más cómodo, la novela de ficción histórica. La trama se gesta en lo que le ocurre a uno de los grupos cristianos en su camino hasta la famosa Batalla de las Navas. Una novela épica, de aventuras, con trazas de crueldad, momentos de amor y siempre con lealtad.

Dos años después edité Los latidos del tiempo. Comenzó con un texto corto que se fue alargando. Es una historia sobre cómo hubiera sido la vida de una persona si en años anteriores hubiera tomado otras decisiones. Es un tema muy manido, pero de él salió una novela rápida de estilo feel good con algunos toques mágicos o sobrenaturales y está ambientada en Madrid a caballo entre nuestros días y los años 80. Tiene un final inesperado de esos que pueden suceder o no.

Y la última, que vio la luz a finales de 2020, es Amanecer Negro, también es policíaca y es la continuación donde se resuelve el caso de Cruz del Amanecer.

Aunque, como a todo el mundo, me gusta el reconocimiento, no es una cosa que me obsesione, por lo que me conformo con mantener la fidelidad de mis lectores. Nunca miro el ranking donde se encuentran mis libros o cuánto me han reportado sus ventas este mes. Soy un autor que se autopublica y mis libros se pueden conseguir en Amazon; aunque tengo que reconocer que esa plataforma la utilizan más para el libro electrónico, ya que, en papel, suelen pedírmelo a mí para que vayan dedicados. El problema es que estamos en un país en el que se escribe más que se lee y raro es el día que no hay 400 títulos nuevos en Amazon y entre todo eso, donde hay cosas buenas y otras menos, el que te descubran en ese pozo sin fondo es muy difícil.

- ¿Entre ellos se encuentra personal de la UAH?

Sí, y bastantes. Una de las cosas que más me gustaría es presentar algunas de mis obras en la Universidad.

- Ahora mismo, ¿está escribiendo algo?

Sí, tengo dos novelas en marcha, pero empiezo con mucho trabajo en la sección y no podré dedicarles tanto tiempo. Una de ellas es un thiller psicológico. Es una historia sobre lo que le ocurre a una persona acusado falsamente que entra en prisión y al salir comienza una trama de pseudovenganza en busca de la verdad. Estará ambientada en el País Vasco y Madrid.

La otra novela, de la que ya tengo hasta el título, Rey Maldito, es una ficción histórica en la que llevo dos años trabajando. Para mí es un verdadero juego de tronos que ocurrió en la España del siglo VI y VII. Está ambientada justo al final de la época visigoda y finaliza con la Batalla del Río Salado, en plena invasión árabe de la península. No pretendo crear tratados de Historia, escribo ficción intentando mantener los sucesos lo más parecido a la realidad y utilizo ciertas licencias para la aventura.

Para la Historia, ya están los libros y, para divertirnos, la ficción.

- Trabajando en este ambiente de la Universidad de Alcalá, ¿nunca ha pensado escribir sobre Cisneros o su época?

No suelo tener más de dos proyectos empezados a la vez. Más que con Cisneros, siempre he pensado en escribir ficción histórica sobre Cervantes, no tanto como escritor sino como militar con su participación en la Batalla de Lepanto, obviando el supuesto mito de que era manco, y su actividad como recaudador de impuestos en Andalucía.

- ¿Ha aprovechado el confinamiento para avanzar en estos proyectos?

Sí, sobre todo para documentarme, pero en relación con los visigodos no existe una documentación muy asentada, porque hay muchas leyendas que aportan un aire místico a la historia y ese hecho, la verdad, me ha venido muy bien para el desarrollo de la trama.

- También es director de Teatro, ¿de dónde saca tanto tiempo para estas aficiones?

El tiempo se puede gestionar, pero no puedes dejarte absorber por cada una de tus actividades. Yo tengo la suerte de que sí puedo repartir y compaginar cada una de ellas sin que me absorba lo suficiente.

Empecé en el mundo del teatro con 15 años como actor, cantante y bailarín en la obra Jesucristo Superstar. Seguí con mi afición, pero luego me casé, tuve hijos y tuve un parón hasta el año 2002 en el que creé, junto con mi esposa, Montserrat Buendía, que también trabaja en la UAH, la Asociación Cultural de las Artes Escénicas de Alcalá. A partir de ahí retomé la pasión de hacer musicales con gente amateur. De este grupo han salido personas de Alcalá que han estado trabajando en musicales de la Gran Vía de Madrid.

Además, en la Asociación también creamos un grupo de teatro infantil y otro de tercera edad, que ahora mismo están parados a causa de la pandemia.

En Alcalá hemos estado muy bien posicionados, a pesar de que nunca hemos tenido ningún tipo de subvención. Nuestra política es la cultura, es una actividad que se ofrece de forma gratuita y todo se ha autofinanciado gracias al dinero que íbamos reponiendo de la recaudación de las actuaciones. Con el grupo infantil hemos actuado en salas pequeñas y en el Hospital Niño Jesús, sobre todo representando Pluff el fantasmita, y La Magia de los musicales, sin embargo, con las personas mayores lo que más hacemos son sainetes.

Montar musicales es complejo y caro, pero con paciencia y ganas hemos sacado adelante muchos espectáculos. En breve, el día 18 de abril tendremos la suerte de volver a los escenarios con una obra infantil Cantalina, el musical que la haremos por la mañana y Entona2, el musical que será por la tarde para público adulto. Dos espectáculos de un gran nivel a pesar de ser amateur. Cantalina incluye números musicales de Disney, con un vestuario muy llamativo para los niños y una historia en la que nuestra actriz (AlumniUAH) interactúa mucho con ellos. Entona2 es más complejo, vocalmente hablando, he escogido los mejores, espectaculares y más complejos números de grandes musicales; incluso, de algunos que no se han estrenado en España y a los que he puesto yo la letra.

También queremos dejar montado antes del verano dos musicales más, El último guateque con canciones de los 60 y 70 y otro donde estoy seguro de que las personas mayores, y los que adoren la copla, le va a encantar, Dos de coplas, una selección de temas interpretados a dos voces que suenan de maravilla.

- ¿Nunca ha pensado en dedicarse en exclusiva al mundo artístico?

Es cierto que en ocasiones me lo planteé. Cuando estuve en el ballet quisieron que diera el salto a profesional, pero por aquel entonces estaba trabajando en un banco y opté por la estabilidad económica; ten en cuenta que en el mundo artístico solo triunfan tres personas y el resto lo pasa mal. Yo sabía que no iba a ser de esos tres, y aparté el mundo artístico como hobby. Soy un hombre de artes, me gusta la pintura, la poesía, el teatro, la música, el baile….

Hablando de poesía, yo soy muy purista, y me cuesta trabajo entender la poesía moderna, pero todo se andará. Tengo clavada la espina de publicar en verso; de hecho, tengo inacabado una pequeña novela negra en sonetos, suena raro, pero los clásicos escribieron muchas comedias en verso, ¿por qué no un thriller?

Las ideas están ahí, estoy tomando un café y me viene la inspiración que puede que se traslade en algo o en nada, por eso siempre llevo encima una libretita donde apuntar mis ocurrencias.

Y te voy a decir una de esas ocurrencias que a veces te llegan, ¿imaginas que, ahora, el PAS de la Universidad de Alcalá tenga un grupo de teatro como actividad?

Publicado en: Entrevista