‘El progreso en la cirugía maxilofacial se consigue incrementando las posibilidades educativas’

El doctor Julio Acero es cirujano maxilofacial, jefe de Servicio al Hospital Ramón y Cajal, primer español que preside la Asociación Mundial de Cirugía Oral y Maxilofacial (IAOMS, en sus siglas en inglés), y además, da clases como profesor asociado en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Alcalá. En esta entrevista habla de sus objetivos, de su especialidad, y de los futuros cirujanos maxilofaciales de España.

 

-Pregunta: Es usted el primer español que llega  a la presidencia de la Asociación Mundial de Cirugía Oral y Maxilofacial ¿Cómo está siendo la experiencia?
-Respuesta: Es una alta responsabilidad, y como experiencia es muy enriquecedora. Nuestros proyectos se han adaptado a los objetivos fundamentales de la sociedad global, que es el progreso de la especialidad y su armonización. Yo siempre he tenido un perfil muy enfocado a la educación a nivel internacional: fui el responsable de Educación de la Sociedad Europea durante doce años y en la Mundial, el presidente del Comité Educativo durante seis. El progreso de la especialidad se consigue incrementando las posibilidades educativas. En este tiempo, en la Asociación hemos mantenido cursos de formación de Posgrado en todos los continentes, también en los países menos desarrollados; hemos creado simposios sobre la especialidad al más alto nivel, como el organizado en Medellín (Colombia); hemos mantenido un programa de estancias de formación de un año con becas en Universidades de Pekín y Shanghái, y en la India, y hemos organizado un Congreso Mundial, en Hong Kong en abril de este año, que fue un gran éxito.

 

Doctor Julio Acero
Doctor Julio Acero

-¿En qué lugar se sitúa España en esta especialidad médica? ¿En qué podemos mejorar?
-Estamos entre los países de referencia en muchas áreas de la especialidad, tenemos prestigio. Podemos mejorar en algunos aspectos. En primer lugar, en la formación odontológica del residente, que era antes mayor de lo que es ahora. Estamos tratando de recuperarla, para equipararnos a países como Alemania, Inglaterra, Bélgica, etc… Por otro lado, como nuestra especialidad se considera de alto nivel, no está presente en algunas áreas geográficas de España, y eso es algo que también habría que mejorar. Y por otra parte, hay Facultades de Medicina en España en las que no se imparten, dentro del área de la Cirugía, conocimientos de Cirugía Maxilofacial.

 

-Usted compagina su labor como médico con la docencia a los estudiantes de Medicina de la Universidad de Alcalá. ¿Cómo ve a las nuevas generaciones de médicos?
-Me siento muy agradecido a la Universidad de Alcalá así como a los equipos directivos del Hospital porque desde mi llegada como jefe de Servicio al Hospital Ramón y Cajal, y gracias a los profesores Noguerales,  Carda, García Villanueva … la Universidad incorporó conocimientos de esta especialidad, dentro del área de la Cirugía,  en el programa del sexto curso. Y lo hizo además en una época complicada, porque con el Plan Bolonia ha habido una reducción de los aspectos teóricos. A las nuevas generaciones de médicos los veo con más preocupación por los aspectos prácticos del ejercicio de la medicina, y de su incardinación con la vida familiar y personal. Y por otro lado, les veo muy bien formados y con más oportunidades de las que teníamos nosotros.

-Usted también ha sido responsable de programas internacionales de formación Indonesia, Kenia, Nigeria… Supongo que debe ser muy gratificante por un lado, pero también muy frustrante, enfrentarse a las dificultades económicas o técnicas que sufren estos países…
-Nosotros hemos pretendido siempre impartir la formación de manera estructurada, y conociendo las circunstancias en que nos movíamos. Estamos en contra de esa ‘cirugía de safari’ que a veces se hace,  en la que se opera a unos cuantos pacientes y se vuelve a España. Es muy loable y se solucionan algunos problemas concretos, pero nosotros, lo que hemos intentado siempre es más ‘enseñar a pescar’ que regalar algunos peces. Adaptamos los programas educativos a las necesidades del país. Así, en países como Nigeria, que tienen una cierta infraestructura, hospitales, universidades… hemos identificado las carencias que tenían, en este caso, en el área de la reconstrucción de los pacientes, y hemos ayudado a un grupo de expertos a hacerse aún más expertos. En otros, como Paraguay, no existía la especialidad… entonces, impartimos cursos básicos, eso ha germinado y nuestra especialidad es ahora oficial.  Hemos realizado programas de formación tanto en Europa (Bulgaria, Rumanía, Serbia, Macedonia, Polonia…), como en América (Perú, Paraguay, Panamá, El Salvador, El Salvador…), en Asia (Filipinas, Indonesia…), o en África (Nigeria, Tanzania, Kenia…). En Kenia hicimos un programa hace años con cursos básicos, y preguntábamos a los locales por las necesidades que tenían. Sobre esas necesidades se elaboraba un temario que aprobaban ellos. Y años después, vamos a volver ahora con un temario más avanzado. El tema económico también es complicado: hemos hecho alguna donación de instrumental, por ejemplo, en Bulgaria, en Nigeria creamos becas, en Tanzania, la Asociación Mundial donó un quirófano entero….

-El trabajo de los cirujanos es muy complicado: tienen en sus manos la vida y la salud del paciente. Pero los cirujanos maxilofaciales se enfrentan a una dificultad añadida, y es que el área en la que trabajan es la que da la expresión a la persona. Supongo que esto supone un ‘plus’ de responsabilidad para los profesionales de su especialidad…
-Efectivamente, esa es la realidad a la que nos enfrentamos nosotros. Lo que es o no complicado depende del grado de formación. Para mí es más complicado arreglar un grifo que enfrentarme a una cirugía de 14 horas…. Por eso es tan importante que los estudiantes salgan de nuestra Universidad con una formación básica, que los residentes logren una formación especializada y que los cirujanos estén toda su vida formándose. Porque además, con la evolución de los tiempos, la cirugía va cambiando, y nuestra especialidad en concreto progresa a un ritmo muy rápido. Es de las especialidades que más ha avanzado en el terreno tecnológico. Ahora mismo, en el Hospital Ramón y Cajal tenemos sistemas de navegación, TAC intraoperatorio… y hay que estar formándose permanentemente. Hoy en día existen métodos de reconstrucción fabulosos, que permiten recuperar la estética y la funcionalidad, y devolver a los pacientes a la vida social. Nuestra especialidad ha sido pionera en avances históricos en la historia de la Medicina, como el  trasplante de cara.

-¿Qué objetivos le quedan por cumplir como presidente Asociación Mundial de Cirugía Oral y Maxilofacial?
-Los planes que nos habíamos propuesto están ya cumplimentados, porque también se ha reorganizado la sociedad a nivel de estructura, comités, medios... Hemos dejado proyectos educativos que asumirá ahora el nuevo presidente. Pero ahora me llega otro reto: seré presidente de la Sociedad Europea de Cirugía Oral y Maxilofacial: en el Congreso Europeo de Munich, que tendrá lugar el año que viene, ‘recibiré la antorcha’ como presidente electo y la presidencia efectiva será entre 2020 y 2022. Durante esa presidencia organizaremos el Congreso Europeo, que es uno de los mayores de la especialidad a nivel mundial y que tendrá lugar en Madrid.

 

Publicado en: Entrevista