El profesor de la UAH Emilio Sola deja al descubierto al Cervantes ‘libertario’ en su último libro

El Año Cervantes ha dado para mucho. Los análisis sobre su vida y su obra se han sucedido y han creado nuevamente un prisma con distintas formas y colores. El catedrático de Historia Moderna de la UAH y experto en espionaje en el siglo XVI, Emilio Sola, también ha aportado su punto de vista en un libro titulado ‘Cervantes libertario. Cervantes antisistema o por qué los anarquistas aman a Cervantes’.

Emilio Sola 'La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres’. Frases como esta impregnan toda la obra de Miguel de Cervantes que, como autor universal que es, se interpreta y reinterpreta a gusto del emisor. Como señala Emilio Sola, ‘es el más cristiano para los cristianos, el más liberal para los liberales, el más ilustrado para los ilustrados y el más anarquista para los ácratas…La riqueza de su literatura y de su pensamiento da para todos y a todos viene bien como bandera’. Y así ocurrió en el siglo XIX con el movimiento anarquista español.

Según el investigador de la UAH ‘los anarquistas españoles adoptaron enseguida a El Quijote como símbolo de su lucha. Cervantes no es un señor del siglo XIX, es un señor del siglo XVI y las claves de antisistema y libertarismo son diferentes, pero en Cervantes se captan muchas y los anarquistas las acogen y las asimilan para su causa. Una causa a la que se ajusta como anillo al dedo los discursos que Cervantes hace en su obra sobre la llamada Edad de Oro (II parte, capítulo XI), en los que habla de una época que ‘en los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío’, una época sin servidumbre, en la que la justicia ‘se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen’.

Esa idea de justicia también está en toda la obra cervantina y se evidencia en El Quijote en capítulos como el 22, en el que Don Quijote da libertad a los condenados por el rey a galeras ‘y viene a decir que nadie tiene derecho a detener a un hombre en contra de su voluntad, ni se puede condenar a la muerte civil a alguien que ha tenido mala suerte en la vida…’, agrega Emilio Sola.

La libertad es igualmente una bandera en la obra del escritor alcalaíno más allá de El Quijote. En obras como ‘Rinconete y Cortadillo’, según el investigador de la UAH, es evidente cómo los dos pillastres tratan de evitar por todos los medios tener un amo, como era su sino, aunque para ello tengan que cometer alguna que otra tropelía.

En definitiva, toda la obra Cervantina está llena de ‘pequeñas cápsulas de ideología libertaria que no tienen nada que ver con los postulados libertarios del siglo XIX, pero tienen el mismo fondo, la misma rebeldía contra un sistema que se olvida de los débiles: las viudas, los pobres, las doncellas, los desprotegidos…’.

El libro firmado por Emilio Sola recopila artículos que el investigador ha publicado en distintos medios de comunicación en las últimas décadas: Diagonal, Cuarto Poder, La Esfera de El Mundo… con el denominador común de esa naturaleza libertaria de un ser, que como agrega el autor, ‘fue un gran visionario en su época y dejó bien establecido lo que pensaba y así lo dejó escrito cuatro días antes de morir en el prólogo de ‘Persiles y Sigismunda’ cuando señala que ‘no son todos los tiempos unos: tiempo vendrá, quizá, donde, anudando este roto hilo, diga lo que aquí me falta, y lo que sé convenía’.

La obra literaria de Cervantes se popularizó enseguida, tras publicar El Quijote y, según Sola, ‘muchos fueron conscientes de sus verdaderos mensajes en favor de la libertad, la justicia. Fue sensible con otras culturas, como la musulmana, y contrario a una monarquía católica que critica de forma sutil en todos sus trabajos’. Y tan sutil fue que la Inquisición nunca intervino para cortar las alas de una de las obras más brillantes que ha generado la literatura universal.

Publicado en: Entrevista