David Fernández Llorca.

Ambos galardones, uno nacional y otro internacional, se entregan a investigadores menores de 40 años para premiar su trayectoria investigadora. En esta entrevista, Fernández Llorca valora estos reconocimientos.

-Imaginamos que muy satisfecho, profesor, con estos reconocimientos...
-Como todo el mundo se puede imaginar, estoy la mar de contento. Por un lado me dan dos premios y, por otro, me dicen que soy joven. Estoy francamente animado y agradecido.

-Háblenos de los premios que le han concedido
-El premio que me concede la Sociedad IEEE ITS, es un premio internacional por mi labor investigadora en el ámbito de los Sistemas Inteligentes de Transporte. Obviamente, la competencia ha sido muy alta, ya que la sociedad tiene miles de miembros y voluntarios en todo el mundo y diría que, prácticamente la mitad, tienen menos de 40 años. Se trata de una sociedad en pleno crecimiento, con gente muy joven tirando del carro. Por otra parte, la medalla otorgada por la RAI (Real Academia de Ingeniería), es un premio que reconoce la trayectoria investigadora de ingenieros menores de 40 años. La verdad es que es muy competitivo también y los ganadores suelen ser ingenieros con un currículum espectacular.

-Su trayectoria investigadora es larga y se ha desarrollado fundamentalmente en la UAH
-Hice mi TFC con Miguel Ángel Sotelo en el 2003. Fue una suerte llamar a su puerta, porque me encontré con un grupo en pleno crecimiento y con un tutor que contagia su entusiasmo a todo el que esté a su alrededor. Terminé mi Tesis Doctoral en el 2008 en el ámbito de los sistemas de detección de peatones para vehículos inteligentes. Tras varias estancias de investigación, una de ellas en Daimler-Benz, conseguí una plaza de profesor ayudante doctor en la UAH, primero, y después pasé a ser profesor titular en 2010. Mis trabajos se han centrado en sistemas de inspección automática, vehículos inteligentes, infraestructura de transporte inteligente y asistiva, etc., con una componente muy intensa de transferencia e innovación. Actualmente me encuentro trabajando en el grupo INVETT, junto con los profesores Ignacio Parra Alonso, Iván García Daza, Noelia Hernández Parra y Miguel Ángel Sotelo, así como con muchos otros investigadores, avanzando en tecnologías relacionadas con el vehículo autónomo y la infraestructura de transporte.

-Es usted subdirector de la Escuela Politécnica Superior y también imparte docencia, ¿cómo hace para compatibilizar todas esas responsabilidades?
-Pues lo hago lo mejor que puedo, pero no es fácil. En el ámbito de la gestión uno siempre tiene la sensación de estar desbordado al 200% y, aunque suene a pedigüeño, mejor nos iría como Universidad si tuviéramos más músculo en nuestra estructura de gestión, tanto a nivel de PDI involucrado, como a nivel de PAS. Hay muchas tareas que podría gestionar un personal de administración y servicios, de categorías adecuadas, de forma consolidada en el tiempo. Para esta mejora habría que dotar de más recursos humanos y de más figuras de gestión para el PDI. En cuanto a la docencia, la cosa tampoco es fácil, ya que la ingeniería evoluciona a una velocidad endiablada y hay que actualizarse. Además, los sistemas de calidad y procesos de evaluación y acreditación nos empujan a una reflexión constante (a veces excesiva) de nuestras metodologías docentes y a la introducción de mejoras. A todo ello hay que sumar que uno tiene familia, y le gusta jugar con sus niños.

-¿Como afronta el futuro?, ¿estos reconocimientos suponen algún punto de inflexión?
-La verdad es que mi compromiso con la investigación como profesor universitario siempre ha sido vocacional e innato, por lo que probablemente no haya cambios sustanciales. Pero qué duda cabe que recibir estos premios supone una responsabilidad como investigador 'joven', dado que genera unas expectativas futuras que uno no sabe si va a poder cumplir. Por suerte, estoy rodeado de muy buenos investigadores, con mucha motivación y ganas de hacer cosas, cada vez de más impacto internacional, por lo que solo tengo que remar con ellos y ver qué depara el futuro.

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