El grupo GEINTRA-US&RF, Premio del Consejo Social por un proyecto de inteligencia ambiental para la vida independiente

Este subgrupo, que pertenece al grupo de investigación GEINTRA, lleva más de 10 años de investigación en este ámbito, ofreciendo soluciones tecnológicas que hacen la vida más fácil a las personas mayores, dependientes y a sus familiares.

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Jesús Ureña durante el acto de entrega del Premio.

En la entrevista, toma la palabra el director del grupo, Jesús Ureña.

-Imaginamos que contentos e ilusionados con este premio
-Sí, sin duda. Hay que tener en cuenta que se trata de un reconocimiento muy importante a la labor colectiva que, durante los últimos años, venimos realizando desde el subgrupo GEINTRA-US& en aras de dar un enfoque práctico y de aplicabilidad a nuestras investigaciones, enfocándolas hacia sistemas para la monitorización y asistencia a personas mayores o con algún problema funcional que desean tener una vida independiente. Y el hecho de que se valore con este premio esta transferencia de conocimiento hacia la sociedad, por parte de un ente como el Consejo Social de nuestra Universidad, supone un gran acicate, estímulo e, incluso, ilusión por continuar realizando aportaciones en este sentido.

-¿Qué es la inteligencia ambiental para la vida independiente, profesor?
-El término ‘vida independiente’ puede entenderse más fácilmente y viene a denotar, en este contexto, el estilo de vida que las personas desean, incluso cuando tienen problemas para lograrlo por envejecimiento o alguna discapacidad. En la medida de lo posible quieren gestionar ellos mismos sus actividades y prefieren que su vida cotidiana se desarrolle en sus propias viviendas, antes que trasladarse a otros domicilios, incluidos los de familiares cercanos, o centros socio-sanitarios. A veces, este tipo de vida puede venir impuesto por razones de tipo económico o por aislamiento de los lugares donde están los domicilios particulares. En cualquier caso, la vida independiente resulta beneficiosa para el bienestar y también para la salud de este tipo de personas, al mantener una mayor actividad física y mental. Esto ha motivado, junto con el gran avance de la tecnología, que se hayan ido conduciendo esfuerzos de investigación para facilitar este estilo de vida. Uno de estos esfuerzos ha derivado en el desarrollo de sistemas electrónicos que permiten monitorizar y ayudar a las personas en su propia actividad diaria. Los entornos o ambientes que disponen de facilidades de este tipo (sensores y actuadores, junto a la capacidad de proceso electrónico de la información, para reconocer automáticamente actividad en ellos y actuar o adaptarse en consecuencia) son los que determinan la conocida como ‘inteligencia ambiental’.  Hay dos aspectos importantes a resaltar: por un lado, el grado de intrusión de los sistemas; esto es, cómo sienten las personas que su intimidad está salvaguardada y, por otro lado, el grado de automatización conseguido, es decir, si las personas tienen que interactuar de alguna forma o si todo es transparente para ellas desde este punto de vista.

-Háblenos del proyecto premiado, ¿cuáles son sus aplicaciones, a quién va dirigido?
-Realmente, se trata de una trayectoria de más de diez años de investigación con numerosos proyectos y resultados científico-técnicos, de los que, en el marco de la denominada Inteligencia Ambiental para la Vida Independiente, se han presentado dos soluciones tecnológicas, el Sistema de Asistencia FragilTec y el Sistema FrailCheck. El primero es un sistema de monitorización inteligente no intrusivo de personas mayores o discapacitadas orientado a la mejora de la vida independiente; el segundo es un sistema de detección y análisis de la actividad física y pautas de comportamiento para ayuda al diagnóstico de la fragilidad en la población anciana. En ambos casos los desarrollos están dirigidos a ese mismo segmento de la población.

-¿Puede profundizar en el proyecto FragilTec?
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Fragiltec pretende dar respuesta a la preocupación cotidiana de familiares o cuidadores cuando una persona mayor elige vivir sola en su propio hogar, lo que se refleja en preguntas del tipo: ¿ha dormido bien?, ¿ha salido a pasear?, ¿ha tenido problemas a la hora de cocinar? Que, sin duda, generan ansiedad por la ausencia de respuestas inmediatas. Existe ya una gran diversidad de sistemas, dependiendo del tipo de sensores y del nivel de dependencia de la persona. Aquellos que necesitan tener sus constantes vitales monitorizadas utilizan sistemas portables (‘wearables’) con sensores específicos, que son muy precisos, pero innecesarios para la mayoría de la población, además de caros. Aquellos usuarios con un menor nivel de dependencia pueden ser monitorizados a través de sensores inerciales o de sus teléfonos móviles, con los cuales se pueden detectar caídas y falta de movimiento. En otros casos, se realiza un despliegue de una red de sensores dentro de la vivienda (para detectar movimiento, paso por puertas, …) o, incluso, de algún sistema robotizado o asistentes virtuales personalizados. Todos estos sistemas son muy válidos, sin embargo, existe una barrera inicial difícilmente superable: la instalación y el mantenimiento de los sensores es costosa y el usuario se siente monitorizado, por lo que en muchas ocasiones rechaza estas soluciones o no las usa adecuadamente. O, sencillamente, no pueden escalarse para alcanzar a una gran parte de la población. De ahí que sistemas mucho más simples y robustos, a la par que menos intrusivos, como el botón ‘antipánico’ comunicado con una centralita, sean los más exitosos y extendidos. En Fragiltec hemos apostado por el uso de los datos de consumo eléctrico, ya que de ello se puede obtener información precisa de algunas rutinas de la actividad diaria de una persona: ¿a qué hora se fue a la cama?, ¿a qué hora se ha levantado?, ¿ha usado la cocina?, ¿ha habido actividad ‘normal’? Además, todo ello se puede derivar desde un único sensor (parecido al contador eléctrico) instalado a la entrada de la instalación eléctrica, usando técnicas conocidas como NILM (Monitorización de Cargas No-Intrusiva, en inglés). El sistema tiene una conexión automática con los familiares o cuidadores autorizados. Hasta hace poco tiempo estas técnicas se empleaban solo para potenciar el ahorro energético en los hogares, pero cada vez más se están derivando aplicaciones relacionadas con monitorización de actividades de personas que lo requieran, de manera transparente y poco intrusiva y fácilmente desplegable a amplios sectores de población.

-Háblenos ahora de Frailcheck
-En cuanto a Frailcheck, se trata de un desarrollo tecnológico relacionado con la fragilidad en personas ancianas (‘frailty’), que tal y como la define la OMS, es un declive progresivo de los sistemas fisiológicos que resultan en una disminución de la capacidad intrínseca de la persona, lo que le confiere un estado de extrema vulnerabilidad a los estresores e incrementa el riesgo de eventos adversos de salud. El objetivo de esta propuesta es diseñar, desarrollar y validar un sistema inteligente que sirva de ayuda a la valoración de la fragilidad en pacientes ancianos. Este sistema se sustenta en distintas tecnologías de detección que permiten medir de manera suficientemente precisa la actividad física del anciano e, igualmente, a través de sistemas de localización y monitorización, obtener también sus pautas de comportamiento. Los pacientes deben portar sistemas inerciales y, en algunos casos, una red sensorial corporal que permita la medida de parámetros fisiológicos relevantes para el diagnóstico. Estos datos se fusionan con los aportados por sistemas de localización ubicados en la infraestructura (sistemas ad hoc, redes WiFi, etc.) del entorno (residencia, hospital, o incluso el propio domicilio del paciente). Con todo ello se ofrece al personal médico y asistencial un conjunto de evidencias objetivas que faciliten la evaluación temprana de la fragilidad de los pacientes, durante los periodos de tiempo que facultativamente se establezcan, así como el seguimiento de las terapias establecidas que permitan retrasarla y, eventualmente, revertirla. Con todo esto se consigue una mejora en la salud de los ancianos, en los procedimientos de valoración de la fragilidad y en la reducción de costes sanitarios derivados del estado de fragilidad y sus consecuencias.

-La población envejece y con ella también se incrementa el porcentaje de personas con dependencia funcional. Es necesario prever esta situación y dar respuestas…
-Es bien conocida la inversión de la pirámide poblacional en los países desarrollados. Para el caso de España, por ejemplo, según datos del INE el número actual de personas mayores de 65 años es superior a los 8,7 millones, lo que supone cerca del 19% de la población total, y de ellos unos dos millones viven solos. Proyecciones para el año 2050 prevén que casi el 40% de la población será mayor de 65 años, mientras que solo un 10% tendrá menos de 15 años. El manejo de una estructura poblacional de este tipo es, sin duda, un reto social y económico inmenso que va a requerir un continuado esfuerzo en infraestructuras, tecnologías y personal especializado.

-¿En qué están trabajando ahora dentro de este ámbito?
-Estamos iniciando nuevos proyectos para consolidar ambos sistemas. Por ejemplo, acabamos de dar inicio al proyecto MICROCEBUS, un proyecto del Plan Nacional en el que somos coordinadores de un consorcio de cuatro centros de investigación, en los que además de ingenieros se incluyen médicos y en el que uno de los objetivos finales es el desarrollo de herramientas de inteligencia ambiental para la monitorización de personas, mayores o con discapacidad intelectual, mediante el seguimiento de sus rutinas diarias. Por otro lado, para el caso FragilTec, estamos contemplando la posibilidad de consolidar la puesta en marcha de una empresa de base tecnológica, ya que recientemente fuimos receptores del Primer Premio del 11º Concurso de ideas para la creación de Empresas de Base Tecnológica-UAH, por el plan de negocio ‘Monitorización inteligente, no intrusiva, de personas mayores para la mejora de la vida independiente (Sistema de Asistencia FragilTec)’ o buscar colaboraciones con otras empresas nacionales e internacionales interesadas (en estos momentos estamos en contacto con algunas de ellas). En lo referente a Frailcheck, se está finalizando el desarrollo del proyecto 'Diseño y desarrollo de un sistema de detección y análisis de la actividad física y pautas de comportamiento para ayuda al diagnóstico de la fragilidad’, financiado por la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha y con participación de personal de la Universidad de Alcalá y del Hospital Universitario de Guadalajara, y la colaboración del Parque Científico y Tecnológico de Castilla La Mancha. Además de todas las tareas de investigación y desarrollo, se están realizando pruebas prácticas en un centro socio-sanitario de Azuqueca de Henares y planificando otras en colaboración con el Ayuntamiento de Marchamalo.

-¿Debe resultar gratificante investigar y obtener resultados positivos en este ámbito? 
-Así es, es muy gratificante el hecho de poder ofrecer algún tipo de ayuda tecnológica a personas con algún nivel de situación de dependencia y a sus cuidadores para facilitar el estilo de vida independiente deseado por ellos o poder contribuir a un mejor diagnóstico médico de síntomas como la fragilidad. Máxime si esas ayudas tienen un buen nivel de aceptación y resultan accesibles para buena parte de la población. Hay que tener en cuenta, además, que muchos de nosotros hemos vivido experiencias en familiares cercanos en las que hemos podido constatar estas necesidades y que, incluso, nos han inspirado para algunas de las propuestas.

 

Publicado en: Entrevista