‘El consumo de opioides en España está bajo control’, señala Cecilio Álamo, profesor de la UAH

El consumo del analgésico fentanilo en España se ha incrementado de forma exponencial en los últimos años –algunas fuentes hablan de un aumento del 248% entre 2004 y 2014-. El catedrático de la UAH y experto en dolor, Cecilio Álamo, habla de los motivos de este incremento y frena las alarmas.

Todos sabemos lo que es el dolor: esa sensación subjetiva que nos empequeñece, nos limita y puede llegar a paralizar nuestro cuerpo y nuestra mente derivando en depresión, dependiendo de sus niveles y de nuestra

cecilioalamodendef
Cecilio Álamo.

tolerancia. Según Cecilio Álamo un 20% de la población española padece de dolor crónico y, cuando es agudo, lo que ocurre en un alto porcentaje de los casos, la solución pasa por la prescripción de analgésicos más o menos potentes dependiendo de las patologías. Entre esos analgésicos potentes se encuentra el fentanilo, un opioide sintético cuyo uso se ha extendido enormemente entre la población mundial, junto con la oxicodona. El fentanilo está haciendo estragos en países como Estados Unidos, donde se vende sin receta médica en el mercado negro y muchos lo toman sin ningún tipo de control, lo que provoca decenas de muertes a diario.

-Profesor, ¿qué es un opioide?
-Hay dos grandes grupos de analgésicos, los opioides, como la morfina o el fentanilo, entre otros, y los antiinflamatorios no esteroídicos (los esteroides son compuestos orgánicos) como puede ser la aspirina o el ibuprofeno, que es el que más se usa en este momento. El representante más característico de los opioides es la morfina pero hay derivados sintéticos, como el fentanilo o la oxicodona, que tienen un uso muy generalizado e importante en este momento a nivel mundial porque son analgésicos potentes para tratar el dolor. Este tipo de opioides se usa para tratar a pacientes con dolor agudo y crónico, también en anestesias y para pacientes oncológicos.

-Pero, profesor, ¿por qué ha crecido la prescripción del fentanilo tanto en España en los últimos años hasta convertirnos en uno de los países donde más se consume?
-Ha habido un incremento muy notable que obedece a la incidencia que tiene el dolor agudo y, sobre todo, el dolor crónico entre la población. En torno al 20% de la población tiene dolor crónico. Se trata fundamentalmente de dolores articulares, de duración prolongada (entre 9 y 11 años). Algunos lo llaman dolores benignos, pero es porque no les duele a ellos, porque levantarse todos los días con dolores es muy duro. Son dolores que producen una pésima calidad de vida, una gran incapacidad de rendimiento laboral, un gran sufrimiento. De hecho, en España uno de cada tres pacientes con dolor crónico no oncológico sufre también depresión. Y no es de extrañar, porque el dolor produce un estrés continuado.

-Se habla de que somos uno de los países del mundo en los que más fentanilo se consume, ¿se está abusando de la prescripción?

-No pienso que en España, en líneas generales, haya un abuso en la prescripción. Las recetas de fentanilo están perfectamente controladas. El Ministerio de Sanidad en 2015 reunió a todas las sociedades médicas relacionadas con el dolor y llegaron a un consenso sobre prácticas seguras para el uso de opioides en pacientes con dolor crónico. Es decir, hay unas directrices sobre cómo se tienen que utilizar y, si las seguimos, los problemas van a ser mínimos. Si luego, a nivel particular, hay algún tipo de desvío de consumo, ese es otro problema que tiene que ver con la educación de los pacientes. Y con respecto a los efectos adversos, la verdad es que son muy conocidos y muy previsibles.

-¿En España se corre algún riesgo de que surja un mercado negro de opiáceos, como ha ocurrido en Estados Unidos y otros países?
-Estados Unidos no es equiparable a España. En USA se está produciendo lo que llaman ‘la muerte silenciosa’ con el fentanilo, que en dosis no adecuadas y, sobre todo, cuando se asocia a otros depresores del sistema nervioso central, puede ser mortal. En nuestro país la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios no ha detectado ningún mercado negro de fentanilo y los controles son muy exhaustivos. En ninguna farmacia entregan este analgésico si no es con receta médica específica para estupefacientes.

-¿Cuáles son los efectos secundarios de la ingesta del fentanilo?

-Están muy bien delimitados y se pueden controlar: cuando la dosis está por encima de la recomendable se produce una sedación excesiva y puede haber depresión respiratoria. También en muchos pacientes produce estreñimiento, por lo que sobre todo al principio del tratamiento se recomienda una dieta rica en líquidos.

-¿En nuestro país hay algún medicamento que se esté sobrerrecetando en este momento?
-Dentro del campo de los medicamentos que producen dependencia están las benzodiacepinas (Valium, Orfidal…) y en este caso es cierto que deberían hacerse curas de deshabituación, porque hay pacientes que llevan años tomando benzodiacepinas y es muy complicado ‘rescatarlos’. Lo que postulamos es que debemos reducir el número de personas a las que se prescribe este tipo de medicamentos durante más de dos meses, que es el período en el que realmente son efectivas las benzodiacepinas. Las benzodiacepinas son muy buenas para tratamientos agudos y crisis, pero después deberíamos optar por otro tipo de medicamentos, dependiendo del tipo de patología.
En definitiva, los pacientes que están tomando estos fármacos, ya sean opioides o benzodiazepinas, deben seguir cuidadosamente las pautas, dosis y forma de empleo que les indica su médico y, en caso de dudas, consultarlo con el facultativo o con el farmacéutico, que también está preparado para darle la información correcta. Si lo hacen así los problemas serán mínimos y los beneficios máximos.

Publicado en: Entrevista