El Centro de Documentación Europea de la UAH, una referencia en estudios europeos

Este centro colabora a escala local y regional con la Comisión Europea en la difusión de las tareas y objetivos propios de la UE con el ánimo de reforzar la comunicación con los ciudadanos en general y la comunidad académica en particular, proporcionando a ambos colectivos información sobre las prioridades políticas de la Comisión y la UE.

 

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J. Fernando Lozano.

El director, José F. Lozano Contreras, habla de las prioridades de este centro, en el momento en que se está iniciando una nueva etapa en las instituciones europeas.

-Profesor, háblenos de los fines del Centro de Documentación Europea de la UAH
-En este Centro promovemos el estudio de la integración y cooperación europeas, somos un punto de referencia para obtener información y conocimientos especializados sobre la integración europea, sus instituciones y las actividades y políticas que llevan a cabo; ofrecemos, igualmente, formación y asesoramiento específicos para el manejo y uso de las bases de datos documentales de la UE; además, nos centramos en la enseñanza, la investigación y la información general en el ámbito de las políticas y actividades de la Unión Europea; prestamos apoyo a docentes, investigadores y estudiantes, así como al público en general interesado en asuntos de la UE y, por último, participamos en la preparación y organización de actos y debates sobre temas europeos.

-Se han establecido en el CRAI, ¿cuáles son los objetivos del Centro a medio plazo?
-En efecto, gracias al Vicerrectorado de Investigación y a la encomiable labor y esfuerzo llevado a cabo por todo el personal del CRAI, hemos conseguido inaugurar recientemente unas magníficas instalaciones. Nuestra primera labor será la de consolidar las actividades y el funcionamiento del Centro en su nueva sede para, a partir de ahí, y en este orden, poner en marcha la nueva página web, reforzar nuestra presencia en las redes sociales y continuar con nuestros menesteres habituales, consistentes, básicamente, en poner a disposición del público en general información y documentación sobre temas relativos a la Unión Europea.
En la agenda del próximo curso académico ya tenemos programadas, entre otras acciones y actividades, una serie de talleres sobre empleabilidad, especialmente diseñados para estudiantes y graduados universitarios; un par de mesas redondas a las que invitaremos a unos cuantos expertos en asuntos europeos, varias charlas sobre la UE enfocadas a estudiantes y profesores de ESO, Bachillerato y Ciclos Formativos de la región; un concurso de microrrelatos sobre el futuro de la UE y, cómo no, nuestro boletín digital sobre novedades europeas, que seguiremos publicando.

-Es un recurso habitual en las universidades españolas…
-En efecto, que una universidad cuente con un Centro de Documentación Europea es algo que otorga a la institución prestigio y posicionamiento en Europa; si además de esto, el Centro se muestra especialmente activo en todo aquello que guarda relación con sus funciones, ya no digamos.
El estatuto de Centro de Documentación Europea lo otorga la Comisión Europea a aquellas Universidades en las que, de manera periódica, se realizan actividades, estudios e investigación sobre cualquier aspecto del proceso de integración europea. Este es un dato especialmente valorado y tenido en cuenta por la UE a la hora, por ejemplo, de valorar y conceder subvenciones, ayudas y fondos europeos para la docencia y la investigación.
Nuestro Centro cuenta con la ventaja de formar parte -desde noviembre de 2018- del renovado servicio general de redes Europe Direct, gestionado por la Comisión Europea y, además, se integra en la Red Europea de Información de la Comunidad de Madrid (REIMAD), en cuyo marco colabora con los centros de información Europe Direct locales cercanos. El CDE es también parte integrante del IELAT, lo que nos permite proyectar nuestra labor hacia el ámbito latinoamericano. Todo ello, obviamente, ha costado mucho esfuerzo y dedicación. Se trata, además, de un logro que debemos consolidar y reforzar, pues la Comisión Europea fiscaliza periódicamente que los centros seleccionados desempeñan adecuadamente sus funciones.

-Profesor, ¿hay un interés creciente por los asuntos europeos o ese euroescepticismo del que se habla en algunos Estados europeos ha calado también en la sociedad española?
-Los asuntos europeos siguen captando la atención de los ciudadanos españoles, muchos de los cuales echan en falta más información en los medios de comunicación por lo que, obviamente, agradecen la labor de divulgación e información que realizamos desde los CDE. Afortunadamente, ese euro escepticismo que ha calado en el tejido social de algunos países europeos de nuestro entorno y que, en términos generales, ha venido acompañado de la mano de los movimientos nacional-populistas, en España apenas se ha notado.
Los españoles seguimos teniendo una fe casi inquebrantable en el proyecto europeo. Según el último Eurobarómetro, el 75% de los españoles considera que España se ha beneficiado de su pertenencia a la UE. Preguntados por cuál sería su voto si se plantease un referéndum para la salida de su país de la UE, el 68% de los encuestados en toda Europa afirma que votaría por permanecer en la UE, mientras que en España el porcentaje sube hasta el 74%. Estos datos, no obstante, deben ser analizados con la debida cautela para no caer en la trampa del excesivo optimismo. En efecto, no podemos obviar que alrededor de la mitad de los europeos (50%) cree que las cosas no van en la buena dirección en la UE, un porcentaje que en España se dispara hasta el 56%...

-Ahora estamos en un momento de cambio institucional en la UE ¿por qué y para qué, profesor?
-Acabamos de superar un nuevo proceso electoral en Europa, caracterizado por la ruptura definitiva del tablero bipartidista, y llega la hora de renovar los principales y más altos cargos institucionales de la UE. De decidir, por consenso, quiénes ocuparán la Presidencia del Parlamento Europeo, de la Comisión Europea (el cargo más codiciado), del Consejo Europeo, la Alta Representación de la Política Exterior, la Defensoría del Pueblo Europeo o la presidencia del Banco Central Europeo, un puesto este último que responde más a criterios técnicos que políticos. La tarea no ha resultado nada fácil. Los líderes europeos, reunidos en el seno del Consejo Europeo, han estado divididos, pero han logrado llevar al acuerdo de que esta nueva etapa el resultado debe reflejar la diversidad de la UE, lo que implica mantener un equilibrio geográfico (países de este y oeste, norte y sur), de género y de partidos en el reparto de los puestos en juego. Ya están las cosas más claras, pero es clave, además, que los elegidos tengan el apoyo del nuevo Parlamento Europeo.
La elección de cargos no es cuestión baladí, habida cuenta de los difíciles retos a los que dichos líderes deberán enfrentarse en este nuevo ciclo: la previsible materialización del Brexit, los rescoldos de la pasada crisis económica y social, el terrorismo, la crisis demográfica, los flujos migratorios descontrolados, el debilitamiento de la alianza euro atlántica, las rivalidades comerciales, las nuevas amenazas estratégicas de carácter tecnológico y militar, la lucha contra la pobreza, la degradación ambiental y la desinformación, o la elaboración y gestión del próximo presupuesto plurianual, son tan solo algunos de estos complejos desafíos.

 

Publicado en: Entrevista