Economía colaborativa, ¿el fin de un bonito sueño?

En esta entrevista, el profesor de la UAH, Ramiro Cea Moure, de Económicas, habla de cómo plataformas que surgieron dentro de lo que se denomina ‘economía informal’, bajo el paraguas de la economía colaborativa, se han asentado en el mercado sin que la legislación consiga, de momento, establecer unas normas generales y consensuadas.

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 Ramiro Cea Moure.

Existen diversas causas que han potenciado nuevos modos de relación entre empresas y consumidores: la crisis económica, ayudada por las nuevas tecnologías en torno a las redes sociales y la movilidad han sido caldo de cultivo para que se desarrollen nuevos modelos de negocio. Algunos de estos modelos, denominados economía colaborativa, prometían el intercambio de bienes y servicios mediante la interacción entre dos o más sujetos para satisfacer una necesidad. El profesor habla de cómo algunas empresas amparadas en este concepto no forman parte de la economía colaborativa.

-Profesor, el desarrollo de la economía colaborativa en plena crisis se recibió con aplausos, pero parece que la felicidad, sobre todo en algunos sectores, ha durado poco y hoy por hoy es un gran negocio con poca legislación –al menos en España- y muchas incertidumbres… ¿o no?
-Al principio la novedad en cualquier sector económico se recibe con una mezcla de alegría por la novedad y dudas por la deriva del nuevo sector de actividad. En una época de crisis cualquier ‘solución’ parece buena para arreglar o al menos paliar el problema en cuestión. Asimismo, cualquier novedad siempre deriva en un vacío legal o limbo jurídico, cuestión que se irá gradualmente cubriendo en función de la deriva del sector.

-Realmente, Uber, Cabify, Airbnb, ¿son economía colaborativa?
-Uber y Cabify son empresas que ponen en contacto el sector de transporte entre la empresa y particulares, mientras que Airbnb se dedica al alquiler masivo de pisos en todo el mundo. En 2006, con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) derivadas de Internet, fomenta la aparición de este tipo de plataformas. Las empresas Uber, Cabify, Airbnb comentan que actúan como meros intermediarios, pero en realidad las responsabilidades son solo del trabajador y su labor intermediaria carece de regulación fiscal adecuada. Asimismo, muchas empresas tradicionales las acusan de competencia desleal, ya que obtienen ganancias del mercado sin responsabilidades fiscales. Ni que decir tiene que estas empresas se están aprovechando de las condiciones de desempleo y precariedad de los trabajadores, así como del anonimato que otorga la relación impersonal entre el empresario y el trabajador precario… Todo esto comentado muestra que estas empresas realmente no forman parte de la economía colaborativa. La economía colaborativa es otra cosa.

-En sectores como el transporte de pasajeros se ha evidenciado que el conflicto ha amainado pero no está resuelto… ¿Se puede hablar de competencia desleal?
-En teoría en la economía todos los competidores deberían competir en igualdad de condiciones, pero en realidad no es así. Ni todos los competidores son capaces de disponer de los recursos en las mismas condiciones, ni son capaces de producir en igualdad de condiciones, ni pueden fijar los precios en las mismas condiciones. Por lo tanto, la competencia perfecta es más un concepto teórico que práctico. Uber, Cabify y Airbnb compiten en desigualdad de condiciones, por lo que su actuación rebasa las líneas de competencia desleal, aunque deberá ser la autoridad jurídica competente las que legalmente dictaminen esa cuestión.  

-¿Qué sectores cree que son los más afectados y cuáles se verán afectados en el futuro por estas nuevas reglas del mercado que imponen este tipo de empresas?
-En principio todos los sectores. Es indudable que este tipo de plataformas son una tendencia tecnológica disruptiva. Según el último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), los sectores que más potencian la economía colaborativa son transporte (62%), alojamiento (18%), financiación (6%), servicios (5%) y productos (5%). Pero, como observamos, el sector del transporte está muy por encima del resto.

-¿Encontraremos soluciones de convivencia a corto-medio plazo o estamos abocados al conflicto?
-A corto plazo estamos abocados al conflicto pero estoy seguro que a medio/largo plazo deberán buscarse soluciones de convivencia en la que todas las partes resulten satisfechas.

 

Publicado en: Entrevista