Cristina Somolinos, Premio Nacional Fin de Carrera de Educación Universitaria en Estudios Hispánicos

La estudiante predoctoral ha recibido el Premio que otorga el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades en la convocatoria 2013/14.

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Cristina Somolinos.

El Ministerio ha tardado, pero ahí están y Cristina Somolinos por fin tiene su reconocimiento a una brillante trayectoria académica que continúa ahora, como estudiante predoctoral en el Departamento de Filología, Comunicación y Documentación. En esta entrevista habla de su trayectoria académica y de sus perspectivas de futuro.

-¿Cómo se siente una al saberse brillante entre los brillantes?
-Bueno, siempre se recibe con mucha satisfacción un reconocimiento de estas características, que no hubiera sido posible sin el apoyo y el cuidado de una red afectiva sólida que me ha acompañado durante estos años de actividad académica, formada por mi círculo familiar más cercano, compañeras, amigas... Además, quisiera señalar que fui beneficiaria de sucesivas ayudas de carácter general del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para desarrollar mis estudios universitarios y dedicarme en exclusiva a ellos, así que creo que también es de justicia cuestionar los procedimientos bajo los que se adjudican estos reconocimientos, que dejan fuera a compañeros que por diversas circunstancias han tenido que compaginar sus estudios con trabajos precarios o con el cuidado de familiares.

-Es un premio a una trayectoria brillante y a una carrera universitaria en el sentido más amplio de ese concepto
-Estudié el Grado en Estudios Hispánicos en la Universidad de Alcalá y durante la carrera tuve oportunidad de involucrarme en la representación estudiantil y en diversas iniciativas de estudiantes, como por ejemplo la revista de crítica literaria Contrapunto, que se sigue publicando hoy todavía y de la que fui coordinadora, pero también pude iniciarme en la actividad investigadora presentando algunos trabajos que estaba realizando en diferentes congresos. De igual forma, participé durante estos años de forma activa en la orquesta de la Universidad como contrabajista y realicé diversos cursos en otras universidades que complementaron mi formación. Todo ello me permitió reunir una serie de méritos que presenté a la convocatoria de Premios Nacionales de Fin de Carrera.

-Imaginamos que la entrega estuvo llena de emoción. Hacía 5 años que no se celebraba este tipo de ceremonias
-Sí, efectivamente. Desde luego que es una buena noticia que el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades haya recuperado esta convocatoria y la ceremonia de entrega, que se interrumpió en 2015, si no recuerdo mal, a raíz de las protestas que en el propio acto se realizaron contra la política del entonces ministro José Ignacio Wert en materia de educación.
También creo que habría que reflexionar sobre los plazos y periodos en los que se otorgan estos premios para que tengan una utilidad práctica. Me explico: este premio es un reconocimiento que tiene bastante peso a la hora de concurrir a convocatorias de contratos predoctorales, que se suelen solicitar al terminar el grado y el máster. En mi caso, terminé la carrera en julio de 2014 y ya han pasado cuatro años desde entonces, por lo que creo que sería más útil si se otorgaran con menor demora.

-En este momento estás realizando el doctorado en la UAH, háblanos de tus investigaciones
-Ahora mismo disfruto de un contrato predoctoral en la Universidad de Alcalá, donde estoy realizando mi tesis doctoral en el ámbito de la literatura española. En concreto, mi investigación aborda los discursos y representaciones del trabajo de las mujeres en la narrativa española contemporánea. Mi interés por este tema parte de una serie de reflexiones que a nivel personal he ido desarrollando a lo largo de estos años y que tienen que ver con la invisibilidad y escasa valoración del trabajo realizado por mujeres, muchas veces con remuneración mínima o nula, sobre todo en el ámbito del hogar. Es una cuestión que ha sido muy trabajada desde otras disciplinas como la Historia, la Sociología o la Economía, pero desde los Estudios Literarios no se le ha prestado demasiada atención. Me parece que la literatura es un espacio donde las escritoras han podido expresar sus inquietudes y participar en el debate sobre su posición social, así como visibilizar y problematizar la relación de las mujeres con el trabajo a través de unos procedimientos específicos que expresan esta relación en toda su complejidad.

-¿Cuál es tu sueño, Cristina?
-La verdad es que me gustaría responder a esta cuestión de un modo más optimista, pero me parece que para quienes forman parte de mi generación, el anhelo que está en el horizonte es la estabilidad laboral y las condiciones laborales dignas con el objetivo de poder construir un proyecto de vida, algo que muchas veces resulta complicado en un momento en el que la precariedad está a la orden del día.

-A los estudiantes que han empezado su carrera en el área de Humanidades este curso y tienen todo el recorrido por delante, qué les recomiendas para acabar en la meta con un buen expediente
-Como no tengo ninguna fórmula mágica para conseguir un buen expediente, me gustaría compartir una reflexión con quienes estén realizando sus estudios en el ámbito de las Humanidades y que tiene que ver con la cuestión del futuro de las disciplinas humanísticas. Si bien los recortes en financiación son una realidad y es cierto que proliferan los discursos que, desde criterios de rentabilidad económica, declaran como inútil todo un campo de conocimiento en el que se disputa el sentido de nuestra vida, también lo es que en general hay interés por actividades humanísticas (conciertos, charlas, películas, representaciones teatrales…). Todo esto es mucho más complejo, claro, pero deja el testigo para que estudiantes y personas interesadas sigamos construyendo el sentido de nuestra existencia de forma colectiva; es decir, en convivencia con otros y otras. Esta, que creo que es la función primordial de las Humanidades, es absolutamente necesaria en la construcción de la sociedad y no puede desaparecer. La pregunta, entonces, está en quién ocupará esta función si las disciplinas humanísticas siguen perdiendo peso en los planes de estudio en un contexto de mercantilización de la educación.

 

Publicado en: Entrevista