Una investigadora de la UAH ha recibido el premio Ciudad de Talavera a la Ciencia, Tecnología e Innovación

La investigadora de la Universidad de Alcalá, Natalia Gómez Casanova, ha sido galardonada con el 'Premio Ciudad de Talavera a la Ciencia, Tecnología e Innovación' de su ciudad natal, Talavera de la Reina (Toledo), en reconocimiento a su trayectoria como microbióloga.

- ¿Qué significa para ti recibir este premio?

- En mi ciudad, recibir el Premio Ciudad de Talavera en cualquiera de sus categorías tiene un gran valor. Es una forma que tiene la ciudad de galardonar el esfuerzo y dar a conocer a sus habitantes, incitando a sus gentes a alcanzar sus metas y luchar por lo que uno quiere. Es por ello, que para mí es un orgullo recibir este reconocimiento por parte de mi ciudad, Talavera de la Reina, en Ciencia, Tecnología e Innovación.

- ¿En qué se centran tus investigaciones? ¿En qué trabajas actualmente?

- Trabajo como investigadora postdoctoral en el Área de Microbiología, en la Universidad de Alcalá, gracias al Profesor José Luis Copa Patiño que, hace 4 años, me dio la oportunidad de trabajar en su grupo de investigación Biotecnología y Ecología Microbiana y Parasitaria, compuesto por gente maravillosa, brillante y muy trabajadora. Actualmente estoy contratada por la Profesora Irene Heredero Bermejo.

Nuestras investigaciones actuales se centran en el testado de sistemas dendríticos, sintetizados por el Departamento de Química Orgánica y Química Inorgánica, frente a microorganismos de relevancia clínica. En estos momentos estamos focalizados en la evaluación de la actividad de estas moléculas frente a biopelículas, ecosistema microbiano altamente organizado y resistente a los fármacos de uso tradicional, de diferentes microorganismos, también realizamos estudios de mecanismo de acción, expresión génica, entre otros.

- ¿Cómo se ha desarrollado tu trayectoria científica investigadora?

- La microbiología siempre ha sido mi pasión, todo comenzó cuando estudiaba la carrera y empecé a trabajar con Candida spp. Tenía muy claro que quería realizar la tesis en esta área y así fue. Después, trabajé en un proyecto de investigación que se basaba en el estudio de la prevalencia del Virus del Papiloma Humano para la prevención del cáncer de cuello de útero en Castilla y León. Después de un tiempo, conseguí mi primer contrato postdoctoral en la Universidad de Alcalá en el grupo de Biotecnología y Ecología Microbiana y Parasitaria.

Me siento tremendamente afortunada. Tener un contrato postdoctoral en España es un privilegio y una gran suerte. Aun así, mi grupo de investigación me ha brindado la oportunidad de trabajar en el extranjero, en la Universidad de Glasgow, con el objetivo de aprender de otros equipos de investigación, entablar lazos y mejorar activamente en este mundo.

- ¿Cuáles han sido las dificultades con las que te has encontrado?

- La mayor dificultad para todas las personas que queremos seguir el camino de la investigación es lograr obtener becas y/o contratos. Los investigadores vivimos en una incertidumbre constante, sabemos hasta cuando tenemos un contrato y no siempre durante mucho tiempo, y mientras tanto, debemos seguir buscando alternativas, ayudar a conseguir proyectos para poder seguir trabajando y vivir de ello. No nos podemos permitir quedarnos obsoletos ya que en ello depende todo nuestro futuro.

- Aparte de dificultades, ¿cuáles han sido tus grandes logros?

- Mi mayor logro hasta al momento ha sido simplemente llegar donde estoy ahora. Sigo trabajando en algo que me encanta y con gente increíble intelectualmente, lo que me permite cada día aprender de su experiencia, como personalmente. El premio que me concedieron se lo debo a mi familia que siempre me ha apoyado pese a lo duro que ha podido ser a veces, a la Universidad de Alcalá por acogerme y a este gran equipo con el que trabajo que me ayuda a crecer cada día. Sin todos ellos, no tendría nada, ni estaría donde estoy. Por todo ello, muchas gracias.

- ¿Está lo suficientemente reconocida la ciencia y la investigación?

- La respuesta es: no. Siendo realistas, sólo la gente que nos dedicamos a la ciencia y a la investigación sabemos valorar y comprendemos su significado. Todos saben lo importante que es investigar, pero pocos se hacen a la idea de lo duro que es dedicarse a ello. Son muchos los aspectos de la ciencia e investigación que no son reconocidos. Es una lástima que, a esta pregunta, pasen los años que pasen, la respuesta no haya cambiado. 

- ¿Qué consejo darías a un joven que está estudiando y quiere dedicarse a la investigación?

- Le diría que comience desde la carrera, que hable con los grupos de investigación que tiene la universidad. Por ejemplo, mi grupo de investigación está catalogado como un Grupo de Alto Rendimiento, donde tenemos alumnos interesados en nuestras investigaciones. Entrar en estos grupos permite al alumno conocer si realmente le gusta la investigación. Es muy bonito decir “quiero ser investigador”, pero detrás de esa palabra hay mucho más. Investigar significa dedicarle muchas horas, no correr, celebrar cuando salen buenos resultados, pero también asumir cuando las cosas no salen bien y buscarle una explicación y una solución. Cuando una persona investiga porque realmente le gusta, el concepto de trabajar de lunes a viernes 8 horas, se desvanece. Ahora bien, si después de probar, continúa gustándole este mundo e incluso le gusta más que al principio, le animo a luchar por su sueño, y que, aunque a veces sea duro y difícil de continuar, le diría: “continúa, lo haces bien, mañana merecerá la pena”.

¡Enhorabuena, Natalia!

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