Jorge Riechmann:“siempre he apreciado el trabajo de los poetas que se sitúan frente al conflicto”



Es poeta de los comprometidos, con el medio ambiente, con la paz y con la propia poesía... Jorge Riechmann ha pasado por la Escuela de Escritura de la UAH para impartir un taller de autor sobre escritura creativa y antes de marcharse nos ha dejado sus impresiones.

 

Poeta, traductor, ecologista... Jorge Riechmann ha destapado en este taller sus últimos ‘secretos’ en forma de poemas para explicar a los participantes cómo se construyen y con qué herramientas.

Jorge Riechmann es el poeta que ha ofrecido el último taller de escritura creativa.

-¿En qué consiste este taller que imparte en la Escuela de Escritura?
-Hay una pequeña contradicción en el hecho de que el taller de autor sea de dos horas, porque hay poco tiempo para introducir elementos prácticos. Sin embargo, he pensado que se podría recuperar algo de lo que supone un taller trayendo un libro de poemas que está todavía en mi propio taller, en el que estoy todavía trabajando, que se llama ‘El común de los mortales’. Creo que si conseguimos no subir demasiado al ponente, en este caso yo mismo, a una tarima, se abre la posibilidad de aprovechar que esos poemas están en proceso de creación para ver de qué manera funcionan y abrir la caja de herramientas y ver cómo están actuando esos textos y cómo podrían hacerlo. Y eso es lo que pretendo hacer.
Por otra parte, hablaremos de las formas en que la escritura poética se puede acercar a los problemas ecológico-sociales. Como ese es uno de los asuntos que están presentes en este libro, haré una pequeña introducción en ese sentido, preguntándonos de qué manera puede la poesía contribuir a esclarecer nuestras ideas.

-Esa es precisamente la segunda pregunta, porque usted forma parte de movimientos y organizaciones ecologistas y pacifistas...¿cómo puede la poesía contribuir a cambiar las cosas?
-Yo creo que de varias formas. En la poesía siempre está presente una dimensión que tiene que ver con la naturaleza profunda del lenguaje y también una dimensión un poco intranquilizadora que tiende a poner en movimiento cosas que solemos tomar por cosas muy fijas, muy determinadas, y en el lenguaje está presente una forma metafórica y metonímica, y eso permite aproximar cosas que pueden parecer dispares, lejanas y también aspirar a algún tipo de conexión entre todas las cosas que, aunque sepamos irrealizables, está ahí como aspiración.
Por otra parte, también hay casi siempre en la poesía una dimensión crítica. No me parece que llegue muy lejos una poesía que se desentienda de las dimensiones conflictivas de la vida humana, y una de ellas es, qué duda cabe, la relación de estas sociedades nuestras con la naturaleza. Yo siempre he apreciado el trabajo de poetas que se sitúan frente al conflicto.

-¿Qué es ser hoy un poeta comprometido?
-Yo destacaría dos elementos. Primero, no hay que concebir la poesía como algo instrumental, como una herramienta al servicio de... creo que la poesía que llega más a la gente es aquella que no traiciona a la propia poesía, que no es utilizada como un instrumento. Y después el otro elemento es no cerrar los ojos ante la realidad, que es una actitud muy humana, pero nos lleva a lugares donde no deberíamos estar. Si somos capaces de conjugar esos dos elementos, no cerrar los ojos ante la realidad y no traicionar a la poesía, quizá estemos cerca de esa poesía comprometida.

-En un momento en que los medios y los modos de comunicación se han multiplicado gracias a Internet, ¿todavía sigue existiendo espacio para la poesía, el lenguaje de la poesía sigue siendo válido?
-Yo diría que sin duda. Por una parte, al lenguaje de la poesía le afecta muy poco la aparición de estos nuevos modos de comunicación y, por otro lado, si pensamos en un sentido amplio, la función poética del lenguaje se manifiesta no sólo en los objetos formales que denominamos poemas, sino en muchos otros contextos. Es incluso susceptible de ser apropiada sin ir más lejos por la propaganda y la publicidad, que hace un uso masivo de los recursos del lenguaje poético. En ese sentido, el lenguaje poético es omnipresente.
Y, en otro sentido, hay algo en la forma tradicional del poema, de la larga tradición de la poesía moderna, desde los poetas románticos alemanes y de Rimbaud para acá, que aspira al conocimiento y transformación de la vida, y en ese aspecto es un empeño de largo alcance, de largo aliento, que tiene sus conexiones con nuevas formas de hacer política y otros empeños culturales también de largo aliento. Esto puede conectarse con algunas formas de comunicación contemporáneas o novedosas y al mismo tiempo señalar las insuficiencias o peligros de esas formas de comunicación. Por ejemplo, la relación de la poesía con el silencio, que convoca y necesita, llama la atención sobre el enorme ruido, barullo, en el que estamos enredados en nuestra vida contemporánea.

Publicado en: Archivo con buena letra