Rosa Pereira, fundadora de la ONG de microcréditos Abarta




Rosa Pereira
es la fundadora de la ONG Abarta, que creó en el año 2008, después de realizar el máster en Microcréditos y Desarrollo Social en el CIFF.

Cuando uno consulta la ‘razón de ser de Abarta’ en la página web, Rosa Pereira, ex alumna de la UAH y fundadora de esta ONG microfinanciera y de desarrollo social, señala lo siguiente: “Abarta es una niña de siete años que, durante dos meses, recorría semanalmente 38 Km. para llevar a su hermana más pequeña al centro nutricional de Médicos Sin Fronteras, donde seguía tratamiento. El espíritu de lucha y fortaleza de esta niña es la viva imagen de la mujer africana".
En esta entrevista Rosa cuenta sus recuerdos de su paso por la UAH y habla de este proyecto solidario.

Rosa Pereira en Níger.

-¿Qué estudiaste en la UAH y cuándo?
-Antes de diseñar el proyecto quise profundizar en temas relacionados con microcréditos y desarrollo, no encontré nada en Barcelona, donde vivo, y el máster que se impartía en CIFF me pareció prefecto para lo que estaba buscando. En 2008 fuimos la primera promoción del Máster en Microcréditos y Desarrollo Social.

-¿Qué recuerdos tienes de tu experiencia en esta Universidad?
-Puede que suene pueril e inocente pero haber estado en la Universidad de Alcalá me llena de satisfacción, es algo así como cuando un niño se sube por primera vez en una limusina. Compartir el curso con gente de múltiples países fue enriquecedor a todos los niveles.
Y, además, tenéis una Universidad preciosa.

-Háblanos de tu trayectoria profesional en general
-Soy enfermera clínica desde el año 1976; durante todos estos años he ido ampliando mi formación con diferentes cursos adaptados a las especialidades por las que he ido pasando.
También soy madre de dos hijos y soy cooperante desde el año 2001. Conocí lo que es África por primera vez en Camerún para realizar las prácticas de un curso de cooperación al desarrollo, ahí ya quedé atrapada por esa magia que tiene África. Una vez te implicas de forma profunda en su realidad es difícil volver a ser la misma, regresar a tu vida rutinaria y olvidar lo que has vivido. Al regresar vi que tenía mucho que aprender antes de dedicarme de lleno a la cooperación.
En 2002 hice el máster en Medicina tropical y salud internacional. En 2003 solicité una excedencia en mi trabajo y entré en Médicos Sin Fronteras, pasé 5 años trabajando en diferentes proyectos de emergencia en Congo, Angola, Níger.. Y hasta aquí.

-Eres la fundadora de la ONG Abarta, cuéntanos cómo surge la iniciativa
-El permiso de mi empresa finalizó a finales del 2007 y ante la imposibilidad de renovarlo creé una ONG en 2008 para realizar proyectos de desarrollo que pudieran dar continuidad de forma muy humilde al excelente trabajo de emergencia que realizan las grandes ONGs. Níger fue el último país donde trabajé, la zona que más me llegó a afectar por su pobreza, por los índices tan altos de malnutrición infantil, por las adversidades climatológicas en las que tienen que sobrevivir. Durante mi estancia en el proyecto de emergencia nutricional mantuve un contacto muy directo y estrecho con la población, sobre todo con las madres. Es admirable su fuerza, su dinamismo, la lucha tan dura que tienen que llevar a cabo para poder salir adelante... No pude olvidarlas.
El nombre de la ONG es en honor a ABARTA (significa déjala libre, es el nombre que reciben las niñas huérfanas o abandonadas por su padre) Abarta tenía 8 años cuando la conocí por primera vez. Llegó a nuestro centro con su hermanita de 1 año a cuestas seguida por su madre embarazada de 7 meses, gravemente enferma. La hermanita de Abarta podía seguir un tratamiento ambulatorio para su malnutrición, pero para poder tratar a la madre las ingresamos a las dos. Abarta destacó por su alta responsabilidad, su alegría, fuerza y dinamismo. Cuidó de su madre, su hermana y aún le quedaba tiempo para cargar con otros pequeñines ingresados. Nos impactó a todos. Ella es sin duda la imagen de todas las mujeres Africanas.

-¿El proyecto está dando sus frutos?
-Una vez finalizado el estudio de viabilidad, recibimos la primera subvención. Iniciamos el proyecto en 2010, justo en ese año Níger sufrió nuevamente una gran emergencia nutricional y además nuestra crisis económica ya estaba en pié de guerra...Sinceramente no era el momento idóneo para empezar un proyecto, pero asumí los riesgos y por suerte el trabajo realizado dio sus frutos. La primera evaluación a los seis meses fue totalmente exitosa, las mujeres participan activamente en la formación, devuelven el 100% de los créditos y proponen nuevas iniciativas para crecer. Actualmente hay 442 mujeres en el programa y este verano entrarán 160 nuevas mujeres.

-¿Cómo funcionan los microcréditos?
-Tratándose de microcréditos y debido a la gran controversia que hay al respeto me gustaría aclarar que este proyecto está diseñado puramente con fines humanitarios y no entra en nuestros planes crecer como microfinanciera. Tengo muy presente evaluar los efectos que el microcrédito produce en las mujeres para evitar que en vez de beneficios pueda causarles más problemas de los que ya tienen, hacemos un seguimiento para orientarlas en el éxito de sus actividades y detectar los problemas a tiempo. Los créditos sólo se dan para que realicen actividades generadoras de beneficios, no damos créditos para fines materiales, lo cual las podría endeudar más. Los beneficios se reinvierten en nuevas mujeres, de esta forma se retroalimentan ellas mismas.
Aunque es necesario un crecimiento como organización para mantenernos, no pretendemos un crecimiento desmesurado que nos haga perder la esencia que define esta ONG.

-Las mujeres en África son un pilar insustituible....
Por supuesto, y no es cuestión de feminismo, “África descansa sobre la espalda de las mujeres” La mujer es la responsable directa de la familia, de ella depende la salud y la educación de sus hijos, es por ello que si quieres beneficiar a los niños tienes que empoderar a las madres. Además de su familia, la mujer es también la responsable de casi el 80% de la producción, elaboración y comercialización de los alimentos; potenciar a la mujer es invertir en desarrollo económico y social.

-La crisis está golpeando mucho al tercer sector en general, ¿cómo se sobrevive cuando las ayudas públicas a la cooperación se reducen o, incluso, desaparecen?
-Las entidades pequeñas tenemos que luchar el triple para abrirnos camino, hay que ser consciente de las limitaciones y de los probables cambios que puede traer esta crisis que sufrimos para no hacer apuestas de riesgo. Actualmente mantenemos un crecimiento del programa de microcrédito y formación adaptado a la financiación en curso; entre socios, donaciones y actividades de captación de fondos garantizamos la continuidad ascendente. En caso de suspensión de las financiaciones seguiremos de forma lineal.
Por el momento dos entidades públicas apuestan cada año por nuestro proyecto. La falta de experiencia acumulada en este proyecto te cierra las puertas de grandes donantes que en sus bases piden ya un mínimo de 5 años de proyecto y los demás no apuestan por los pequeños desconocidos, así que no nos queda más remedio que seguir haciendo camino paso a paso.

-Un mensaje para los estudiantes que no ven futuro.
-No es fácil un mensaje en pocas palabras. La realidad está presente y aún durará cierto tiempo antes de que podamos ver un cambio social.
Dentro de una visión siempre positiva hay que adaptarse a las situaciones cambiantes que la vida nos ofrece y tratar de sacarle el mayor partido posible. Mantener la mente abierta a diferentes experiencias aunque ello nos lleve por caminos distintos a los planeados en el momento de elegir nuestra profesión. Adaptarse no significa conformarse.

 

 

Publicado en: Archivo antiguos alumnos