"De la Universidad me llevo la capacidad para pensar, analizar por mí misma y decidir"

Carmen Rodríguez ostenta actualmente el cargo de presidenta ejecutiva de la Sociedad Estatal de Gestión de Activos (AGESA) moviéndose en un mundo puramente empresarial. Estudió Ciencias Empresariales en la UAH compaginando, estudios con trabajo e intercalando, mientras tanto, la faceta de esposa y madre. Su currículum está lleno de éxitos y experiencia por ser una mujer que se ha superado a sí misma y que le ha echado valor y esfuerzo a la vida como combustible.

- ¿Qué carrera cursó en la Universidad de Alcalá?
Estudié Ciencias Empresariales. Empecé la carrera arriba, en los barracones, donde transcurrieron los dos primeros años. Ya en tercero nos bajamos al centro de la ciudad, al edificio que alberga la actual sede, donde todo era un lujo.
- Cuénteme algo sobre su promoción
De mi promoción recuerdo, sobre todo, que éramos muy pocos (terminamos, si no recuerdo mal, solo 6 en junio) y en ese escaso colectivo, las mujeres estábamos en minoría absoluta. Mi promoción se configuraba a partir de dos grupos perfectamente diferenciados: los mayores, ya procedentes de otras carreras, todos encorbatados y con portafolios de cuero que por su porte y planta parecían más bien los profesores y los jóvenes que no alcanzaban la veintena y que en nuestra clase eran una franca minoría. En tercero algo se equilibró la situación al incorporarse gentes de otras facultades y ciudades. Yo por aquel entonces ya trabajaba y tenía mi primera hija. Pese a todo, como no tenía el portafolio de cuero ni carrera previa, creo que cualquier observador no me hubiera clasificado en el primer grupo. Por edad, tampoco en el segundo... así pues, en medio.
- ¿Cómo recuerda los años universitarios?
Fueron años duros para mí. Esa Universidad de hacer amigos y vivir algo de marcha no fue la mía. El estar casada, trabajando, con una hija, exigía de mí el rentabilizar al máximo el tiempo de estudio. Así me fue, que de tanto aplicarme coleccioné varios sobresalientes y alguna que otra matrícula.
- ¿Está satisfecha con la formación que recibió? ¿Cree que le ha abierto puertas?
La formación que recibí la calificaría de muy buena sin que en conjunto se pueda decir que se alcanzó la excelencia por la deficiente entrega y actitud de algún profesor que ciertamente bajó la media. Es justo reconocer que tuve muchos otros que sí se preocupaban por el alumnado y su constante afán de estar al día, hacía que tu esfuerzo se viese notablemente recompensado.
Sin duda la conclusión de mis estudios universitarios no fue sino el inicio de mi carrera profesional porque, aunque ya trabajaba, las expectativas cambiaron, y mucho, una vez obtenido el título.
- ¿Qué asignaturas recuerda con más cariño?
En cuestión de materias de las que recibí formación, en mi caso, mi carrera profesional ha venido marcada por mis gustos en los estudios. Así, lo que más me atrajo siempre fue el Fiscal, la Hacienda Pública, el Derecho Administrativo y la Contabilidad. Estaba claro, no me quedó mas remedio que hacerme Inspectora Financiera y Tributaria.
- ¿Qué era lo que más le gustaba de la Universidad? ¿Y lo qué menos?
Lo que más me gustó de la Universidad, sin duda, fue la capacidad para pensar, analizar por mí misma y decidir. Ya no te organizaban la vida como en COU. Te la organizabas tú y asumías las consecuencias de tus opciones. Eso para mí es fabuloso. Lo que menos me gustaba mejor lo dejamos. La memoria selectiva actúa borrando siempre aquéllos pasajes menos gratos.
- ¿Cómo desarrolló su trayectoria profesional al terminar la carrera?
Al terminar la carrera preparé de inmediato oposiciones. A los dos años tras aprobarlas pasé a formar parte del cuerpo de Inspectores Financieros y Tributarios. Hice las dos
especialidades (de cuatro que entonces eran posibles) y así hoy en día pertenezco a
Inspectores de Hacienda y a Interventores del Estado.
Después de la formación pertinente de un año en la Escuela de Hacienda Pública, y otros seis meses más para la segunda especialidad, fui nombrada en un tiempo relativamente breve Subdirectora General Jefe de la Oficina Presupuestaria del Ministerio de Trabajo. De allí pasé a la gestión más directa del presupuesto del Instituto Nacional de Empleo como Subdirectora General de Gestión Económica. Tras cuatro años más, fui nombrada Directora del Departamento de Finanzas de Correos y viví la transformación del Organismo en Entidad Pública Empresarial. Siete años más tarde pasé a ser Subdirectora General Financiera en el Instituto Nacional de Empleo y allí mismo, tras la fusión de dos subdirecciones generales para constituir una Secretaría General, pasé a ocuparla desde donde fui nombrada Presidenta Ejecutiva de la Sociedad Estatal de Gestión de Activos (AGESA), sitio donde llegue hace tres años y donde sigo trabajando.
- ¡Vaya currículum! ¿En qué consiste el cargo que ocupa actualmente?
Mi actual puesto de trabajo se desenvuelve ya en el ámbito de la gestión empresarial pura y dura. Esto es una empresa del Estado, pero es una sociedad anónima que compite en plano de igualdad con otras. Además de ser responsables todos los activos que se heredaron de la Expo del 92 en Sevilla, por cargo también ocupo la Vicepresidencia primera del primer parque tecnológico de Andalucía, Cartuja, 93. Así pues, me desenvuelvo en mundo puramente empresarial.
- ¿Cómo animaría a la gente joven para que se formaran en las Universidades?
A la gente joven le trataría de inculcar el espíritu de lucha que presidió mi generación. No hay que sentirse conforme si se intuye que algo puede cambiar. Hay que insistir, y la mejor insistencia se desarrolla desde la consistencia que te da una buena preparación. Tienen, además, la ventaja de que en este nuevo modelo de universidad abierta a los intercambios, interactuando con otras, adquieren conocimientos y experiencias más amplias, vencen barreras idiomáticas. Y ya, desde mi propia y muy personal experiencia, la discriminación de género en la función pública no existe. Así pues, animo a todas y todos a que preparen oposiciones. No se sentirán defraudados.

Publicado en: Archivo antiguos alumnos