Beatriz Talegón: "los jóvenes están cansados de que la política sea un patio de colegio"




Beatriz Talegón
acaba de ser nombrada vicepresidenta de Unión Internacional de Juventudes Socialistas. Licenciada en Derecho por la UAH, esta joven habla en la entrevista de su experiencia universitaria y su implicación política.

Tiene 27 años, se licenció en Derecho en la UAH en el año 2007 y en la actualidad trabaja como asesora de asuntos europeos en la Oficina Regional de Castilla-La Mancha en Bruselas. Beatriz Talegón habla en esta entrevista de su paso por la UAH y de su experiencia política en el ámbito europeo.

Beatriz Talegón estudió Derecho en la UAH.

-¿Qué recuerdo tienes de tu paso por la UAH?
-Mis recuerdos de la Universidad, no tan lejanos, son muy positivos porque la facultad en la que estudié se encuentra en el centro de la ciudad, en la calle Libreros, lejos del Campus -lo que para nuestro disgusto estudiantil nos alejaba de los demás compañeros-, pero que nos daba la posibilidad de tener un ambiente muy agradable en nuestra Facultad, donde todos nos conocíamos. Desde el profesorado al personal de administración, la biblioteca, los conserjes. Todos nos llamábamos por nuestro nombre, y esa era una de las cosas que me hicieron disfrutar mucho del tiempo que pasé allí.

-Eres muy joven y ya desempeñas una importante labor en la directiva de las JJ.SS, ¿qué te llevó a implicarte en la política?
-Lo de la política como vocación es algo que viene contigo desde el principio, hasta el día en que das la posibilidad de que comience a salir de ti esa energía. En la facultad empecé participando como delegada de curso el primer año. Esas interminables discusiones en la delegación de alumnos comenzaron a enseñarme la participación en una organización, las distintas maneras de debatir, aunque todo se redujera a fijar la fecha de un examen. Comencé a estudiar durante el último periodo del gobierno de Aznar, marcado por los atentados del 11-S. Supongo que eso marca de una manera inevitable. Viví las manifestaciones contra la LOE y poco a poco quería estar más informada. Aprendí a bucear en los libros para darle un sentido a lo que sentía, y gracias a la participación que se nos daba en clase iba forjándome una visión crítica de lo que pasaba a mi alrededor. Los atentados del 11-M nos marcaron de una manera especial a los estudiantes de Alcalá, otro momento que no podía dejarnos indiferentes.
También estudiar de la mano de profesores de la talla de García Valdés y Luzón Peña me enseñó a adoptar una postura analítica, profundizar, tratar los problemas desde distintas perspectivas. Desde entonces leer el periódico se convertiría en un ejercicio que durante las clases trataríamos en clave legislativa. La curiosidad y las ganas de aprender dieron paso a las ganas de participar más activamente. Decidí acercarme por la sede del PSOE en Guadalajara, y conocí así las Juventudes Socialistas. Al principio acudía a las charlas, debates, tertulias donde podía aportar mi punto de vista, ése que se iba creando con las herramientas que me daban en clase. Decidí aprender, colaborar, pero priorizar mis estudios. Entendí en aquel momento que podría participar más y mejor si aportaba al proyecto los conocimientos que en la Universidad pudiera recopilar. Durante toda la carrera compaginé estudios y trabajos que me han servido de mucho para entender los distintos puntos desde los que afrontar posibles realidades. Y eso, sin duda, a día de hoy, creo que me ha dado una oportunidad estupenda de aprender tanto del mundo académico como de aquello que solamente se aprende fuera. Sin darme cuenta, cada día disfrutaba más, tanto del Derecho como de la política. Y antes de terminar la carrera tomé posesión como concejal en un pueblo de Guadalajara. Pero la Universidad siguió ofreciéndome la posibilidad de aprender más, y al finalizar la licenciatura obtuve una beca para especializarme en asuntos europeos. Así que comenzó una nueva etapa, ligada al Derecho, esta vez en Bruselas. Para alguien como yo, con ganas de aprender y con tal interés por la política, fue sin duda la oportunidad más interesante que he podido disfrutar: seis meses estudiando el funcionamiento de las instituciones europeas de primera mano se convirtió en lo que hoy es mi trabajo diario. La pasión por la política se conjuga en mi día a día y sin duda, creo que todo esto se fraguó en mi etapa universitaria.

-¿Qué dirías a los jóvenes que 'pasan' y cómo afronta una el hecho de que el sector de población al que pertenece, en general, esté más que desencantado con la política?
-Sinceramente creo que la juventud, en la que me incluyo, no está desilusionada con la política. Más bien quizás esté desligada de la manera en que a veces se desarrolla. Todos sabemos que en aquellos lugares en los que no hay política entendida como servicio público no hay calidad de vida. Como nos decían en clase, “donde no hay justicia, es un peligro tener razón”. Y el valor de la política es algo que a día de hoy me resulta incuestionable. El problema es que hay quien se aprovecha de crear la fama negativa a la labor del político. Y precisamente son los mismos que se niegan a fomentar en la población el espíritu de ciudadanía.
No nos equivoquemos: los jóvenes están cansados de que la política se haya convertido en un patio de colegio y recordemos todos que la crispación fue la nota característica de quien no quiso promover la educación para la ciudadanía en las aulas. Todavía me sorprende que algo que beneficia a todos pueda generar tanto debate. ¿A caso la ciudadanía no quiere conocer sus derechos, su papel en la sociedad? Solamente a un sector muy determinado le interesa que esto sea así. Precisamente ahora contamos con la generación joven más preparada, con más criterio, y que ha crecido con menos necesidades. Y esto ha sido posiblemente gracias a la democracia que los que nacimos en los ochenta hemos estrenado. Sería ingrato por nuestra parte no reconocer a la política todas las oportunidades que nos ha dado y que a nuestros padres y abuelos, su falta, les negó.

-En los tiempos que nos toca vivir, ¿estar comprometido es una satisfacción o es más una carga?
-Depende de con qué se comprometa uno. Yo, personalmente, estando comprometida como socialdemócrata me siento satisfecha, entiendo que mi manera de entender la vida parte desde una perspectiva global, incluyente y me resulta imposible concebir las cosas de una manera superficial. Supone una responsabilidad el hecho de tratar de transmitir ideas, valores; en definitiva, el objetivo de transformar la sociedad para mejor. Pero si algo caracteriza a la izquierda es su ilusión, su capacidad de renovación continua y sus ganas incesantes de mejorar.

-¿Qué opinas de los que convierten la política en una profesión?
-Creo que hay personas, la gran mayoría de las que yo conozco en el partido al que pertenezco, que dedican su vida a la labor política. Que entienden que se trata de un servicio público, dedicado al beneficio de la sociedad. En ese sentido, ser un profesional de la política me parece lo más loable y respetado. Sin embargo, hay quien está tratando de hacer de la dedicación política una manera de acceder por la vía rápida a privilegios exclusivos, a costa de la ciudadanía. Este tipo de personas me resultan despreciables, como a toda la población, y lo más triste es que son quienes quieren hacer creer a todo el mundo que, en general, la clase política es así. Y yo, desde mi corta experiencia sé que el proyecto del partido al que yo pertenezco funciona gracias al esfuerzo continuo y a la dedicación de personas, en la mayoría de sus casos anónimas, que trabajan por conseguir beneficios para el conjunto de la población, sin pedir nada a cambio. Cada vez que alguien me comenta esta cuestión siempre le respondo con una pregunta: ¿a cuántos políticos conoces personalmente? Como en todo, es una lástima que por los escándalos de determinadas personas que no representan a nadie se vea afectada todo un conjunto de personas que, independientemente del partido al que representen, hacen una importante labor por la sociedad.

-¿Qué les dirías a los estudiantes de la UAH?, un consejo
-Sobre todo, que disfruten de estudiar, cosa que parece imposible cuando uno está cercado por exámenes, perspectivas de futuro y un reloj que camina a contratiempo. Sin duda, que no tengan prisa por llegar, que lo importante es hacerlo en cada momento lo mejor posible, no conformarse con pasar una prueba, tratar de acumular el mayor bagaje posible. No perder demasiado tiempo es algo fundamental, pues pasa factura; y sobre todo, que hagan lo posible por cambiar aquéllas cosas que consideren que pueden beneficiar, desde el propio funcionamiento de las clases. Muchas veces se pueden conseguir grandes resultados con muy pequeño esfuerzo.

-Dos frases para convencer a los jóvenes de que tener una ideología política y un compromiso con unas siglas vale la pena.

-Que hayamos nacido disfrutando de una serie de derechos no significa que se vayan a mantener solos y esto es algo fundamental que los que hemos crecido en democracia debemos tener en cuenta. El compromiso con la sociedad es lo que garantizará un avance conjunto, hacia una misma dirección, un camino que es imposible emprender solo, y que, por mi experiencia, merece la pena no por alcanzar la meta, sino por quien lo recorre contigo, los que son mis compañeros.

 

Publicado en: Archivo antiguos alumnos