Xoán Doldán: "la economía debería ser vista como algo que sucede en la naturaleza"



Xoán Doldán
es miembro del Comité Coordiandor de la Red de Economía Ecológica en España y doctor en Economía Aplicada por la USC. Especialista en economía ecológica, este gallego de pró se confiesa ligado a la UAH no sólo por formación -hizo el posgrado en Economía de los Recursos Naturales y Medio Ambiente- sino también personal y sentimentalmente.

LLegó a la UAH, procedente de la Universidade de Santiago de Compostela atraído por el curso de postgrado de Economía de los Recursos Naturales y del Medio Ambiente, y por sus directores, Diego Azqueta y José Manuel Naredo, a los que considera "algunos de los mayores referentes del Estado en estas disciplinas". Aquí confiesa que aprendió "las bases de mucho de lo que ahora aplico en mis investigaciones", pero también se llevó de Alcalá de Henares la amistad de personas que comparten con él inquietudes científicas y vitales. Así se presenta Xoán Doldán, un especialista en economía ecológica que habla hoy para la sección de Antiguos Alumnos.

Xoán Doldán estudió en la UAH un curso de posgrado en Economía de los Recursos Naturales y del Medio Ambiente.


-¿Qué es la economía ecológica?
-La economía ecológica es una forma de concebir la economía que se opone a la visión reduccionista de la economía convencional que centra su atención en el mercado y prescinde de aspectos esenciales de la reproducción económica como es la propia reproducción de la vida humana o gran parte de lo que está presente en la naturaleza de la que somos parte. Por ello, la economía ecológica tiene una perspectiva holística, y concibe los procesos económicos como un subsistema que forma parte de otro más amplio que aglutina las diferentes actividades sociales, y estos subsistemas son a su vez parte de la biosfera. De tal modo que la economía debería ser vista como algo que sucede en la naturaleza de la que participan los seres humanos y no como algo que se opone a ella.

-Y en estos tiempos de crisis, en los que parece que algunos temas, como los objetivos del Milenio o el cambio climático son prehistoria, ¿tiene cabida la economía ecológica?
-Por supuesto que sí. Es más, pese a la insistencia en que la crisis actual es fundamentalmente mercantil y, en particular, de los mercados financieros, esa es sólo una parte de la realidad. Como por desgracia la economía convencional, hegemónica, sólo sabe mirar esa parte, nos lleva a creer que el problema comienza y se resuelve en una cuestión mercantil y financiera. Pero, en buena medida, los problemas prácticos más graves con los que se enfrenta la humanidad son esencialmente ecológicos. La forma en que hemos organizado nuestra vida económica parte de la consideración de que existe compatibilidad entre el crecimiento indefinido de los agregados monetarios y un aumento continuado de la producción y el consumo de bienes y servicios, ignorando la existencia de leyes físicas y biológicas que nos imponen límites. Sin embargo, cerrar los ojos a estas leyes no lleva a que desaparezcan, aún así seguimos creyendo que la solución a la crisis pasa por reanudar el camino que nos ha traído precisamente hasta aquí. Nuestra economía se ha convertido en un monstruo voraz, ávido de energía y recursos naturales, además de un agresor despiadado de la naturaleza. Nos hemos convertido en gigantes con pies de barro, una base que cada vez es más débil, pues todo indica que estamos entrando en una nueva etapa energética, con la inminencia del cenit del petróleo, con muchos recursos minerales y biológicos en una profunda crisis, además de haber puesto en peligro los mecanismos de sustento de la vida en el planeta. Pensar que esto es cosa del pasado o algo que no requiere urgencia es errar completamente en el diagnóstico y acercarnos más a una crisis irremediable. La economía ecológica entiende, en cambio, el proceso económico desde la existencia física de los objetos económicos en forma de recursos hasta el momento en que, tras el consumo o la producción, se forman los residuos y se depositan en la naturaleza. Para la economía ecológica el problema a resolver es como garantizar la reproducción de la economía y de la biosfera simultáneamente. Por todo ello, no sólo la economía ecológica tiene cabida en tiempos de crisis sino que considerar esta perspectiva resulta imprescindible si queremos realmente descubrir el camino para su superación, sabiendo ya de partida que esa solución es sumamente compleja dado el grado de deterioro al que hemos llegado.

-Danos algunas claves para que las empresas se apliquen el cuento
-Nuestro objetivo no debe ser tan sólo analizar los residuos que provoca la acción humana y el modo de reducirlos o corregirlos sino estudiar el conjunto de los procesos que dieron lugar a esa contaminación, el conjunto del metabolismo que los generó y como interactúa con otros sistemas, para analizar la compatibilidad entre los ecosistemas biológicos y una determinada organización urbano-industrial. Digo esto porque los problemas y sus soluciones no deben buscarse sólo en el ámbito empresarial, aunque obviamente ahí radique una parte importante del problema, sino que también hay que considerar aspectos territoriales, su ordenación, y aspectos sociopolíticos, de relaciones de poder.
La respuesta es, por lo tanto, colectiva, del conjunto de la sociedad, de su forma de aprovisionarse de recursos, de organizar su producción y consumo, de tratar sus residuos. Y esto significa que las empresas deben dejar de ser el centro de organización económica para serlo la sociedad, que debe tener la oportunidad de participar más directamente de lo que lo es hoy en la toma de decisiones y en la definición de sus prioridades. Esto no evita la responsabilidad de las empresas ya que una parte considerable de los problemas ambientales derivan de un determinado funcionamiento generalizado de aquellas, ni evita que debamos controlar ciertos comportamientos especialmente contaminantes o agresivos con el entorno. Pero lo que deberían entender las empresas, incluso desde una visión estrictamente empresarial, es que no siempre existe contradicción entre un modo de producir ecológicamente respetuoso y unos buenos resultados económicos, así lo ven ya muchas empresas que han visto que, por ejemplo, ser más eficientes en el uso de la energía o de las materias primas, o buscar sustitutos de carácter renovable, puede reducir sus costes de producción, y que una actitud responsable con el medio ambiente puede conllevar una mejor imagen de sus productos. En cualquier caso, el futuro de las empresas pasa también por que la sociedad misma tenga futuro y éste no existirá sino garantizamos un equilibrio ecológico en el planeta.

-Ahora, ¿a qué te dedicas?
-Desde el año 2001 soy profesor titular de Economía Aplicada de la Universidade de Santiago de Compostela. Además de mi labor docente, sigo investigando en temas vinculados a los recursos naturales y la economía ecológica, en particular sobre diversos aspectos relacionados con la energía y el metabolismo económico.

-¿Cuál es tu recuerdo de tu paso por la UAH, qué valoras más de esta entidad?
-Lo cierto es que cuando en 1997 vengo a la Universidad de Alcalá de Henares ni conocía la ciudad ni había tenido la oportunidad de participar de algún modo en sus actividades. Por otra parte, llegaba de una universidad, la de Santiago de Compostela, de larga tradición con todo lo que esto significa en sus aspectos positivos y negativos, y de una ciudad en la que la vida universitaria supone una parte central de su vida económica, cultural y social. Así que mis expectativas se centraban casi exclusivamente en el curso de postgrado, pero lo que me encontré fue una actividad universitaria y una vinculación con la ciudad que, agradablemente, me recordaba en muchos aspectos al lugar de donde yo venía. Por otra parte, pude ver y disfrutar de unas instalaciones y unos servicios universitarios modernos y, aunque no en todos los casos, de calidad muy superior a los que tenía a mi alcance en Santiago de Compostela. En cuanto a los cursos de posgrado, en aquellos años gozaban de una organización que sólo años más tarde se comenzó a tener en mi universidad. Desconozco en detalle los avances que desde aquel momento se han producido en la Universidad de Alcalá de Henares pero debo suponer que, partiendo del nivel que yo conocí, hoy serán aún mucho mejores.

-Un mensaje para los alumnos, ¿qué les recomiendas?
-Sobre todo que disfruten de los años que pasan en la universidad, únicos en la vida de muchas personas, que aprovechen para conocer gente y divertirse. No obstante, esto no debería significar, antes al contrario, que desaprovechen una oportunidad también única de aprender, de conocer nuevas parcelas del saber, de descubrir caminos por los que seguir aprendiendo en el futuro. Y si por suerte descubren en alguno de esos caminos algo que les motive, sea tan sólo un poco, que no se nieguen la aventura de emprenderlos. La universidad acaba por ser, en el mejor de los casos, sólo el comienzo para mucho de lo que uno hace posteriormente, así que deberían aprovechar y poner los medios posibles para conseguir un buen comienzo.

-¿Te gustaría volver?
-Pues que no me importaría volver a pasar una buena temporada en la Universidad de Alcalá de Henares. Quizás tenga que ponerme a ello.

Publicado en: Archivo antiguos alumnos