Profesores de la UAH ponen cara y dan color al sudoku

Ahora los sudokus pueden tener la forma de un faraón y hasta se pueden colorear. Dos profesores de Teoría de la Señal de la UAH, Sancho Salcedo (a la izquierda de la imagen) y Antonio Portilla (derecha), junto a un grupo de investigadores han creado un programa para generar puzzles japoneses por ordenador, a partir de cualquier imagen en color o blanco y negro.

¿Quién no ha hecho o ha intentado hacer un sudoku alguna vez? Este pasatiempo de origen asiático goza de gran popularidad actualmente. Menos son los que conocen los puzzles japoneses o monogramas. La primera vez que Sancho Salcedo y Antonio Portilla (con corbata roja), profesores de Teoría de la Señal de la UAH, vieron un puzzle japonés, se percataron de que era “un problema matemático que se podía resolver con algoritmos”.
Estos puzzles lógicos se basan en un sistema de filas y columnas donde hay que reconstruir una imagen sobre una malla rectangular de celdas blancas y algunas coloreadas. Con pistas, como el número de celdas que llevan color en el dibujo y el número de celdas que están en blanco, hay que conseguir colocar correctamente en la cuadrícula los colores indicados para obtener la imagen.
Estos dos profesores vieron que podrían estudiarlos: “Empezamos con los que eran en blanco y negro -monogramas- y en tan sólo 2 meses éramos capaces de resolverlos en cuestión de segundos”. Llevaron su descubrimiento a una conferencia científica del IEEE (Institute of Electrical and Electronic Engineers) donde tuvo una gran aceptación.

¿Cómo obtiener puzzles policromáticos?
Pero Salcedo y Portilla no se detuvieron ahí y su investigación continuó intentando conseguir la ecuación inversa: crear un puzzle de manera automática a través de una imagen pixelada, a la que se le reduce la gama de colores al mínimo para que cualquiera pudiese resolverlo, obteniendo puzzles policromáticos.
Gracias a sus originales hallazgos han elaborado un programa informático que aplica algoritmos a las imágenes y permiten trasladar los colores que más se acercan a la realidad. Además, “estas operaciones matemáticas que hemos aplicado a los juegos tienen otras utilidades en el ámbito de las redes” y les sirve “para explicar a los alumnos de posgrado este tipo de algoritmos”.
Su investigación fue presentada en la Semana de la Ciencia de la UAH de la cual Antonio Portilla destaca que lo más bonito fue “ver a los niños que se llevaban un puzzle a su casa con su foto para que ellos mismos fueran capaces de resolverlos”.