El Quijote es un manual práctico de cómo hacer una novela, dice Carlos Alvar



Cientos de versiones de cine y de teatro, de obras pictóricas, de esculturas, de réplicas literarias y trabajos de investigación, y otras cientos de expresiones artísticas remiten a la figura de Miguel de Cervantes y a su obra más universal, ‘El Quijote’. Pero, ¿quién era el Cervantes escritor? ¿Él fue consciente de que su forma de narrar abría una puerta nueva en la literatura universal?

En esta entrevista, el director en funciones del Instituto Universitario de Investigación en Estudios Medievales y del Siglo de Oro ‘Miguel de Cervantes’, en proceso de constitución, Carlos Alvar, habla de Cervantes y de su

Carlos Alvar.
‘conciencia de autor’.

-Profesor Alvar, ¿Cervantes fue consciente de que ‘El Quijote’ era un relato ‘revolucionario’?

-Para conocer a Cervantes hay que leer su obra, porque la documentación que tenemos sobre él es escasa y poco significativa en lo relativo a su pensamiento y su compromiso vital. Cuando uno lee al Cervantes que escribe en primera persona en las introducciones a los libros, en las cartas al lector o en los prólogos de sus obras, nos damos cuenta de que es una persona con una conciencia de autor muy clara. Esto ya es un aspecto importante. Cervantes empieza publicando ‘La Galatea’, una novela pastoril, y fracasa. Intenta escribir teatro y fracasa (aunque luego publica comedias y entremeses). Pero insiste y publica una cosa rarísima, que no es novela al uso, ‘El Quijote’, y triunfa, y eso le da seguridad para publicar las ‘Novelas Ejemplares’, en las que muestra su orgullo como inventor del género. Posteriormente publica las comedias y los entremeses.
Cervantes sabe que es un innovador en la novela corta y lo es en el género que hoy llamamos novela. ‘El Quijote’ es un relato completamente novedoso a comienzos siglo XVII. Ese es el elemento fundamental. Es absolutamente novedoso que ya en el prólogo, Don Quijote salude al conde de Lemos. Ha convertido a su personaje de ficción en una persona real que está dispuesta a saludar al protector de Cervantes, su mecenas.
Cuando se habla de ‘El Quijote’ en ese paso de la ficción a la realidad todos pensamos en las aventuras más conocidas: los molinos, los rebaños de ovejas, los odres de vino, la venta del Castillo…pero Cervantes va mucho más allá; esa transformación entre la realidad y la ficción llega hasta tal punto que, en la segunda parte, un viajero en la venta, lee en voz alta ‘El Quijote’ y él dice ‘ese no soy yo’. Eso es absolutamente innovador y el propio Cervantes es consciente. Y eso es lo que más se aprecia por parte de los escritores posteriores: esa capacidad de innovación y de confusión entre la realidad y la ficción y la recreación de un mundo literario absolutamente ficticio.

-¿Sigue siendo un innovador a día de hoy?
- Ya se ha experimentado mucho…pero digamos que es el primer gran innovador. Cervantes es el que enseña el camino, luego lo han transitado miles, pero él es el impulso y es el espejo en el que luego se ha reflejado toda la literatura.

-¿Quién era Cervantes?
-¿Qué sabemos de los demás? Es muy difícil saber quién era. Yo diría que Cervantes fue un superviviente, como el 80% de la población de la época. Él optó por la milicia pero ¿qué hacen los miembros de la milicia cuando se acaban las batallas? Son miles de personas que pululan por las calles sin saber a dónde van, tratando de adaptarse a una nueva realidad. Cuando se acaba la milicia Cervantes busca el camino de las letras, pero compaginándolo con otras actividades, porque solo de las letras no se puede vivir. Hizo de todo lo que pudo, legal o alegal, sin duda. Es verdad que al convertirse en un gran escritor se ha ennoblecido su figura, pero él se buscó la vida. No tenía medios, no tenía tierras…y había que comer todos los días.

-Se habla mucho de la trascendencia que tiene Cervantes y de lo poco que se le lee
-Absolutamente. Cervantes, y sobre todo ‘El Quijote’, es un mito, y a los mitos se les conoce sin necesidad de leerlos. Muchos conocemos el mito de Orfeo y Eurídice o el de Ícaro o el de Ulises, ¿pero quiénes han leído su historia? En el caso de ‘El Quijote’ ocurre lo mismo, pero reforzado por el hecho de que hay una gran tradición cinematográfica, se han hecho más de 200 películas, y porque tiene unos símbolos perfectamente identificables, como es la bacía del barbero o el molino de viento. Con otros mitos no ocurre lo mismo… Lo que es evidente es que la mayor parte de los escritores lo leen porque es un manual práctico de cómo hacer una novela; encuentran técnicas, formas de insertar relatos dentro del relato, de ir desarrollando una novela…

-¿Cree que se está aprovechando el acontecimiento del IV aniversario de forma adecuada?

-¿La verdad? Llega la primavera y surgen las setas de primavera y el campo está hermoso… pero a mí me gusta el campo en todas las estaciones y me gusta trabajar en el campo en cualquier época del año…Lo importante es que el Instituto avance, más allá de celebraciones, y continúe con su labor de investigación.