Las 15 impresoras 3D de la Universidad (9 de la Fundación SEPI, 5 de la Escuela de Arquitectura y 1 de la Facultad de Farmacia) y miembros de la comunidad universitaria que cuentan con esta tecnología en sus domicilios se han unido a la iniciativa y están fabricando este tipo de protectores desde casa. Además, toda persona que disponga de esta maquinaria, y quiera colaborar, se puede incorporar a la producción.
Hasta ahora, estas impresoras se usaban para la docencia e investigación, como la fabricación de piezas utilizadas en robots, drones o modelos a escala para su uso en el aula. Ahora su función ha cambiado y el personal responsable de controlar la producción se encuentra realizando turnos de trabajo para garantizar las condiciones higiénicas tanto de las instalaciones, como de las máquinas y el material.
El stock de plástico con el que cuenta en la actualidad la UAH va a permitir fabricar unas 500 máscaras en los próximos días, y ya se está procediendo a adquirir más materia prima para continuar produciendo tantas como sea necesario. Una vez fabricadas, está previsto que se desinfecten e envíen al Hospital Universitario Príncipe de Asturias (HUPA), aunque los coordinadores están abiertos a peticiones de otros centros sanitarios que las precisen.
También se está colaborando con el desarrollo, a nivel nacional, de un prototipo de respirador de rescate diseñado con técnicas 3D gracias al proyecto coordinado por la Fundación SEPI. Estos se utilizarían puntualmente para el traslado de pacientes o para su uso durante un espacio de tiempo moderado, de modo que no haya que recurrir, para estas funciones, a los respiradores convencionales que son imprescindibles para pacientes graves, que sí los necesitan de manera continua.
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