El Instituto de Evolución en África (IDEA) de la UAH es pionero en el uso de la inteligencia artificial para estudiar la evolución humana

El Instituto IDEA, que pertecene a la Universidad de Alcalá, es pionero en el desarrollo y utilización de estas herramientas en dicho ámbito.

El método y los primeros indicios presentados en su aplicación a estas respuestas van a suponer una transformación de cómo los arqueólogos pueden interpretar fósiles a partir de ahora.

Las aplicaciones de la inteligencia artificial se están multiplicando rapidamente, incluso para mejorar las técnicas de estudio de nuestros antepasados más antiguos, sus formas de vida y su evolución. Tanto es así, que permite a los investigadores conocer más sobre cómo actuaban los humanos prehistóricos.

La inteligencia artificial supera la capacidad de los expertos para detectar correctamente las alteraciones que los humanos prehistóricos realizaron en los fósiles. Modelos de visión computerizada identifican correctamente más del 90% de las alteraciones de los fósiles, frente a un máximo de un 62% por parte de expertos humanos. Con ello, por primera vez se dispone de una herramienta poderosa y objetiva en la interpretación de fósiles que descubre que Madagascar pudo haber sido conquistada hace 10.000 años, con poblaciones paleolíticas que podrían haber atravesado grandes distancias por mar; la primera evidencia del consumo de carne podría haber sido anterior a las primeras herramientas de piedra conocidas o que los primeros seres humanos en España, hace casi 1,5 millones de años no eran carroñeros, de acuerdo con las evidencias halladas en fósiles.

El Instituto de Evolución en África (IDEA) de la Universidad de Alcalá es pionero en el desarrollo y utilización de herramientas de inteligencia artificial para el estudio de la evolución humana. Una de las áreas de aplicación consiste en el uso de visión computerizada para analizar, microscópicamente, las alteraciones que los seres humanos dejaban en los huesos de los animales que consumían, en forma de marcas de corte.

Trazas muy similares a esas huellas en los huesos pueden tener diferentes causas, como puede ser el efecto abrasivo que dejan, de forma natural, los pisoteos de los huesos sobre sustratos arenosos (lo que se conoce como trampling). En algunos casos, estas alteraciones también pueden confundirse con las que dejaban los animales carnívoros cuando mordían los huesos y dejaban las marcas de sus dientes.

Durante los últimos cuarenta años, conseguir diferenciar estas alteraciones en los huesos ha resultado sumamente complicado y terminaban determinándose por la experiencia subjetiva de los expertos. Ahora, por primera vez, la inteligencia artificial aporta objetivamente mucha más fiabilidad de la que ningún otro método había logrado en el pasado.

Con esta tecnología, es posible identificar a qué se deben dichas alteraciones de los fósiles y responder a preguntas de gran importancia en la evolución humana como cuándo tuvo lugar la primera evidencia de consumo de carne, cuándo aparecen los primeros usos de herramientas de piedra en la evolución humana, cómo identificar procesos colonizadores a gran escala en ausencia de herramientas de piedra o cómo explotaron las diversas criaturas protohumanas que nos precedieron los recursos animales y qué relevancia tuvieron en su fisiología y adaptación.

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