El archivo de la UAH, un filón para reconstruir la presencia femenina en el mundo de la enseñanza y docente

La presencia de las mujeres en el campo de la educación y la docencia se ha incrementado considerablemente en los últimos años y exponencialmente desde hace tres siglos. Esta es una realidad que queda muy patente cuando uno se zambulle en los documentos que atesora el Archivo de la UAH, y que bien podría ser objeto de una investigación en profundidad.

A estas conclusiones llegó Alicia López González, técnico del Archivo, en su comunicación titulada ‘La mujer en el Archivo de la Universidad de Alcalá: enseñando y aprendiendo’ que presentó hace poco en las XIV Jornadas de Castilla-La Mancha sobre investigación en archivos ‘Mujeres. Espacios y tiempos’.

El Archivo de la Universidad de Alcalá (AUAH) custodia el patrimonio documental de esta institución educativa y en su fondo histórico se encuentra la tesis de la primera mujer que se convirtió en doctora en España, María Isidra de Guzmán, en el siglo XVIII, una época en la que a la mujer no se la atribuían capacidades intelectuales. Desde entonces, esa evolución de la presencia femenina en el mundo de la enseñanza ha sido muy lenta. ‘Se puede apreciar que sobre todo ha sido a finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI cuando realmente la figura de la mujer ha podido introducirse en el mundo de la enseñanza como profesora, investigadora y sobre todo como estudiante, como consecuencia de la socialización de la educación. Especialmente en áreas que siempre habían sido eminentemente masculinas, como las ingenierías y ciertos estudios impartidos en el Campus Científico-Tecnológico de la UAH’, explica Alicia.

Aunque una gran parte de los documentos son de índole administrativa como expedientes, actas de ingreso y de calificación de los estudiantes, en ellos están plasmadas muchas vivencias y sus páginas no dejan de sorprendernos porque reflejan los contrastes existentes entre la realidad de hoy día, y décadas pasadas que tampoco son tan lejanas, como los años de la dictadura franquista. Alicia nos cuenta que, ‘para poder acceder a la Escuela de Enfermería, las aspirantes tenían que contestar un formulario de 150 preguntas que serían inadmisibles con la actual legislación sobre protección de datos. Eran del estilo ¿sales mucho?, ¿has tenido muchos novios?, ¿cuántos amigos tienes? Lo más impresionante es que después emitían una valoración de cada una de ellas con expresiones como ‘parece muy casquivana’, o ‘no es apta porque no tiene sensibilidad’… pese a que además tenían que hacer un examen de evaluación de conocimientos’.

Cuando echó a andar la Universidad Laboral de Alcalá de Henares, lo hizo con estudios de Telecomunicaciones. Alicia explica que el padre de una de ellas escribió una carta en la que decía que, al ser la única chica de clase, renunciaba a ese estudio. Entre 1966 a 1992, el número total de alumnos es de 5.975 y de una muestra de 2.157 alumnos, sólo 30 eran mujeres. Con este dato, se puede comprobar que, si bien el fin de la universidad era la ‘total formación cultural y humana para hacer posible su acceso a cualquier puesto social’, la mujer estaba a años luz de tener las mismas oportunidades que los hombres en este sentido. La documentación procedente de la Escuela de Magisterio de Guadalajara muestra las dificultades de las mujeres al acceso los estudios, y aunque existiera profesorado masculino, destacaban las figuras femeninas en la enseñanza mixta o diferenciada.

En sus páginas está reflejada la vida, la sociedad, y la forma de pensar del momento. Por eso, más allá del trabajo que hacen los técnicos de procesamiento de la documentación, convendría que los investigadores analizaran todos esos fondos y recuperaran de ellos esas historias personales, casos particulares y vivencias. Sería interesante que se profundizara más en el estudio sociológico de esa evolución de la presencia femenina en el ámbito docente como continuación a la línea de investigación que ha abierto Alicia. Rastrear esas diferencias en la oferta educativa, que no era universal, sino que estaba enfocada fundamentalmente a hombres, como el caso de las ingenierías, o a mujeres, en el caso de la Enfermería o Magisterio.

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Alicia López

El grueso de la documentación de la Universidad cisneriana está custodiado en el Archivo Histórico Nacional. Aun así, existe una parte en el archivo de la UAH que se puede considerar histórica y que se unificará con la documentación relativa al germen de la universidad actual, que ahora está siendo objeto de estudio y valoración. Otro tipo de fondos lo conforman los relacionados con la Arquitectura, en el que se incluyen proyectos, trabajos de restauración y planos, así como fondos personales de arquitectos como Manuel Barbero y el recientemente incorporado Antonio Rubio. Además, posee un extenso fondo audiovisual susceptible de enriquecer mucho la documentación de cualquier investigación: imágenes de espacios, sus distintas remodelaciones, autoridades de la UAH, políticos, profesores y personalidades del momento. Todas estas pueden ser unas fuentes muy valiosas para el investigador que desee reconstruir la historia de la Universidad, ya que son una expresión directa de cómo han repercutido a lo largo del tiempo sus actividades.

Este año el Archivo incorporará una nueva herramienta tecnológica que abrirá un mundo nuevo de posibilidades, ya que permitirá acceder, a largo plazo tanto al usuario interno como al externo, a la documentación digitalizada de acuerdo a la legislación vigente de acceso a la información, transparencia y protección de datos. Alicia nos recuerda que está abierto a los investigadores de la comunidad universitaria, estudiantes, PDI y profesores.

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