De las aulas al hospital: la experiencia de tres profesoras del Grado de Enfermería de la UAH en el hospital de Alcalá

Hoy, 12 de mayo, se celebra el Día Internacional de la Enfermería. que visibiliza la gran labor de este gremio. Un ejemplo lo tenemos en Patricia Fernández, Montserrat García y Purificación González, enfermeras y profesoras del Grado de Enfermería de la UAH que no han dudado en prestar su ayuda en el Hospital Príncipe de Asturias (HUPA) ante la llegada de pacientes contagiados por el COVID-19.

Patricia, está trabajando en la planta 5ª del HUPA, donde todos los pacientes tienen coronavirus. ‘Ha sido como volver a casa’ puesto que aquí comenzó a trabajar nada más terminar sus estudios de enfermería. Corría el año 1996 y, después, en el año 2007, volvió al servicio de urgencias. Quién le diría que, tras varios años, regresaría a trabajar en la misma planta del hospital. Esta vez las circunstancias son algo distintas, a pesar de que volver a trabajar en el hospital le ha supuesto el reencuentro con personas estupendas, ‘que me han facilitado la vuelta y que me han hecho sentir integrada en el equipo desde el minuto uno’ afirma.

Montserrat decidió aportar su granito de arena por ética enfermera, por compromiso profesional y para cuidar a quien lo necesitara junto con los que han sido sus profesores y compañeros en sus veinte años de experiencia profesional. Ella ha esarrollado su trabajo en el pabellón deportivo Rector Gala de la Universidad, habilitado como hospital de campaña para descongestionar de pacientes contagiados al Hospital. ‘Para mí, el HUPA es como una segunda casa, es parte de mi familia, ya que ha sido mi lugar de trabajo, y en el momento actual lo sigue siendo porque es extensión de nuestro Departamento, ya que nuestros estudiantes reciben allí formación y contamos con el apoyo de un número significativo de profesores’ afirma. Debido a la incompatibilidad con la conciliación familiar y la situación jurídico-administrativa, el periodo de colaboración en el hospital de Montserrat no ha sido tan largo como le hubiera gustado, pero aun así ha sido es una experiencia gratificante que no olvidará.

Para Purificación esta experiencia ha sido la primera vez que trabajaba en el Hospital de Alcalá y ha colaborado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) que se montó en la sala de reanimación (REA) ‘con la necesidad y con satisfacción por poder ayudar, con preocupación por el contagio y con ilusión por la vivencia en un ambiente de trabajo con mucha cohesión entre los profesionales’ asevera.

Tres experiencias distintas, porque como responde Purificación a la pregunta de qué consejos daría a un recién titulado que deba enfrentarse a esta situación: ‘depende de donde estés trabajando. Si estás en la UCI has de ser cuidadoso, meticuloso y estar muy atento a la tecnología, medicación y procedimientos, porque en eso nos podemos jugar la vida de los pacientes, sin olvidar nunca que son personas. Pero si estás en un ámbito menos crítico, le recomendaría que trabaje aportando los cuidados de la mejor manera posible y que no se olvide nunca de que tiene la responsabilidad del cuidado a las personas’ uno de los conceptos principales del Grado.

Patricia recomienda que ‘se centren en la persona, que los lleven a cabo con compasión, prudencia, paciencia y fortaleza, siempre basados en conocimientos basados en la evidencia’. Y, aunque Montserrat apunta que ‘no es el escenario ideal para su incorporación, ya que, a pesar de su ilusión, ésta se ve eclipsada por la situación sobrevenida, sé también que son capaces de dar lo mejor de ellos mismos a la sociedad porque están preparados y se les hará crecer exponencialmente, aunque sea en circunstancias tan adversas’.

Patricia y Montserrat definen su experiencia como agridulce, con momentos de mucha carga emocional. Y es que, ‘es una mezcla de tristeza, por un lado, y una satisfacción y felicidad plena por otro’ precisa Patricia. Lo más duro para ella está siendo ‘dar respuesta al miedo e incertidumbre que, tanto los pacientes como familiares nos manifiestan, y afrontar cada día cómo las personas mueren sin poder despedirse de los suyos. Además, no voy a olvidar, nuestros propios temores de ser covid-19 positivos, y sobre todo, de poder ser la fuente de infección para nuestros propios familiares’.

A estos sentimientos se les unen aquellos más satisfactorios: la cara de la solidaridad, de la generosidad, de la paciencia, del trabajar todos por conseguir un objetivo común. ‘Los pacientes reconocen el esfuerzo realizado y entienden nuestras limitaciones de una manera admirable. Cada sonrisa, cada alta hospitalaria, cada gesto de agradecimiento o los aplausos recibidos al terminar la jornada, compensan las dudas o los momentos más duros, y hace que todo lo que hacemos tenga sentido y merezca la pena. Seguramente cuando esto termine, empezaré a procesar cada una de las vivencias, de los momentos, de las situaciones… que estoy segura, supondrán un antes y después en mi vida’ afirma Patricia.

Purificación, al estar en la UCI con los pacientes más graves, afirma que estos valoraban mucho el contacto con la familia a través de una tablet con la que podían contactar con sus seres queridos para hacer una videollamada.

Sus clases, a partir de ahora, serán mucho más enriquecedoras gracias a la experiencia que intentarán transmitir a los estudiantes y ‘les seguiré hablando de la importancia de las personas, de la familia, de la comunicación, de la relación entre los profesionales y un aspecto muy importante: la ética. Vamos a tener mucho material en Enfermería porque lo nuestro son las personas y los cuidados y el covid-19 lo ha tocado todo, pero nos ha dejado muchos mensajes para reflexionar. Tenemos que seguir trabajando de manera que podamos tratar a las personas de forma humana. Este es uno de los grandes valores en cualquier situación y es necesario desarrollar las estrategias para tenerlo en cuenta en situaciones extraordinarias como las vividas en esta pandemia’ finaliza Purificación.

Patricia y Montserrat agradecen enormemente el apoyo de toda la comunidad universitaria para facilitar su incorporación rápidamente al hospital y a la pregunta de qué podemos hacer los demás, Purificación responde: ‘ayudar en la medida que se pueda a sostener esta situación, sin crear bulos, ni pánico y manteniendo la calma. Debemos ser sensatos, mantener el sentido común y confiar en los profesionales. Hay que dejarse orientar y participar en las decisiones, como por ejemplo en el cuidado de los allegados’. Por ellas y por todas las personas que están en primera línea de batalla, como son los sanitarios, debemos poner nuestro granito de arena.

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