Bruno Suárez, exalumno de la UAH: ‘para la electroestimulación hay que ponerse en buenas manos'


En esta entrevista, Bruno Suárez Luginick, exalumno de la UAH, nos ofrece su visión sobre la irrupción de la electroestimulación en el ámbito deportivo.

Bruno, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, tiene un máster en gestión y dirección de organizaciones deportivas, un posgrado en entrenamiento personal y un máster en docencia universitaria, este último realizado en la UAH. En este momento codirige dos proyectos: Emotion, un centro especializado

Bruno Suárez.

en actividad física y salud y EntrenaMadrid, orientado a la formación a entrenadores y a equipos de diferentes centros deportivos.

-¿Qué entendemos por electroestimulación y por qué se ha puesto tan de moda en los gimnasios?
-Como señala Boscheti, la electroestimulación ‘reside en un impulso eléctrico enviado al nervio motor que posteriormente excita el músculo y provoca la contracción del mismo, teniendo influjo de este modo en la transmisión de información desde el sistema nervioso a la fibra muscular’. Digamos que imita las condiciones fisiológicas de la contracción voluntaria creando de forma artificial el estímulo para activar la musculatura. En estos momentos disponemos de varios equipamientos especializados en este tipo de trabajo. Me gustaría poder diferenciar entre dos: uno de electroestimulación local y otro de electroestimulación integral, conocido como ‘Whole body electromyostimulation’. El primero de ellos procede de un ámbito clínico, aunque ya forma parte del día a día del entrenador deportivo. Y el segundo surgió como método de entrenamiento y mejora de la condición física directamente y es cierto que vive un momento de auge debido al número de personas que lo utilizan.

-¿Y a qué cree usted que se debe ese auge?

-Personalmente lo achaco a la capacidad que tienen las marcas a nivel mundial de poder desarrollar campañas de consumo. Es cierto que el aumento de practicantes no obedece al avance de la ciencia a nivel médico y deportivo para la mejora de determinadas capacidades físicas y sí al desarrollo de nuevas herramientas. Podríamos decir que la cantidad de estudios realizados con estos equipamientos cada día es mayor, pero aún está lejos de poder equipararse en cantidad y calidad de publicaciones a otros, como puede ser la cinta de correr, la bicicleta o el ecógrafo.

-¿Se está abusando de la electroestimulación en el ámbito deportivo o no hay ninguna contraindicación?

-Para empezar a responder a esta cuestión me voy a apoyar en la definición de dos de los principios básicos del entrenamiento, el principio de la sobrecarga y el principio de la individualización, porque ambos mal planteados pueden desembocar en el sobreentrenamiento, con todas sus vertientes negativas tanto fisiológicas, psicológicas y estructurales. Con respecto al principio de la sobrecarga podemos decir que las actividades físicas provocan adaptaciones en el organismo siempre y cuando sean lo suficientemente intensas para suponer un esfuerzo significativo.
Todos no somos iguales. Cada persona tiene un punto, un umbral, a partir del cual percibe un estímulo y desarrolla un rendimiento físico. Y si el estímulo no es suficientemente intenso para superar el umbral, no hay rendimiento. ¿Qué está ocurriendo? Hay un importante sector de la población que está acudiendo a este tipo de entrenamiento con electroestimulación porque no recibe de forma natural un estímulo mínimo para sentir la mejora de su organismo. Además, este sistema permite mediante sesiones más cortas, rápidas y, según la propaganda, efectivas, la oportunidad de poder disfrutar de las mejoras del rendimiento en todas sus vertientes, tanto saludable como estética.
Pero hay que tener en cuenta el otro principio, el de individualización: cada persona tiene unas características fisiológicas que determinan su estado de condición física. Es decir, el umbral de cada uno se encuentra en un punto diferente y es imprescindible conocerlo para ir progresando desde un trabajo general a uno individualizado.
Por tanto, si este trabajo inicial no se hace, cualquier sistema de entrenamiento, incluido la electroestimulación, podría tener efectos negativos. La falta de personal cualificado para aplicar cualquier técnica es uno de los principales factores que pueden afectar negativamente a la utilización de este u otro sistema.
Es clave una correcta valoración inicial y un conocimiento por parte de profesional del equipamiento que tiene en sus manos y cómo va a responder el organismo a dichos estímulos, porque cuando se usa esta técnica todo está en manos del profesional.

-¿Puede llegar a ser un sustitutivo o es solo un apoyo a la actividad física?
-La variedad hará que podamos disfrutar de su mejor efecto. No podemos obviar que la electroestimulación como motivación para empezar a practicar actividad física ha ganado la batalla mediática a otras ‘armas’, como la defensa de hábitos de vida saludable o la propuesta contemporánea de ‘mens sana in corpore sano’, y ha conseguido ‘levantar’ del sillón a muchos y muchas que no pensaban retomar una actividad física regular. Debemos conseguir que esta inyección inicial sirva para poder dar una oportunidad a la mejora de las condiciones físicas y de la vida en general de la gente que opta por este tipo de técnicas.
Además, cada vez más autores e investigadores acuñan más beneficios de la práctica deportiva con estos equipamientos, como por ejemplo: mejora de la fuerza en sujetos sedentarios, mejora de la oxigenación de los tejidos y con ello, aumento del rendimiento en algunos deportes, mejora del tejido magro y prevención de la sarcopenia en personas de avanzada edad o mayor gasto energético durante la sesión de entrenamiento. Pero no debemos olvidar, como ya he mencionado, que aún carecemos de la investigación suficiente sobre este asunto. Sin embargo, es reseñable que todos los investigadores hayan llegado a la misma conclusión: este tipo de sistema no es, ni probablemente llegue a ser, un sustituto del verdadero estímulo de entrenamiento, sino el complemento que algunos necesitan en ocasiones para poder seguir motivados con su entrenamiento.


-Denos algunas recomendaciones para quienes hacen uso de este tipo de técnicas de forma habitual o de forma esporádica
-Como en toda práctica deportiva, debemos de tener muy claro qué profesional nos va a asesorar, cuál es su formación -tanto académica como complementaria-, saber con qué tipo de equipamiento trabaja, cuáles son las ventajas y características diferenciadoras respecto a otras marcas, y saber qué tipo de valoraciones se van a llevar a cabo para descubrir cuál es el mejor protocolo a seguir. No debemos olvidar que la formación universitaria de un profesional del deporte está orientada también hacia la docencia. Por ello, si durante el entrenamiento uno no siente que está aprendiendo algo y el entrenador no puede aportar más que promesas y resultados virtuales, definitivamente debe pensar que ese no es un profesional. En resumen, la electroestimulación es como el bisturí, ‘en manos adecuadas puede salvar vidas, en manos equivocadas puede destrozarlas’.

 

Publicado en: Actualidad